Un vertiginoso viaje del caos al rap con ayuda de un pinchadiscos conduce a materializar "Hierro", el primero de los 18 elementos elegidos para presentar el retrato de una realidad profundamente urbana por parte del grupo La Corte, que lidera la escena del hip hop en Venezuela.
El disco "Imperia" apareció en marzo y representa una expresión militante del hip hop en clave de país caribeño sudamericano, cercano al "salso" o "directo de las cloacas" como dice una de las canciones.
"Ver crecer el movimiento hip hop ha significado la vida para nosotros", dicen los integrantes de La Corte.
La música, que al sonar parece radicalmente inspirada por Caracas y por sus códigos, ya paseó por México y Trinidad Tobago, tiene en la agenda a Puerto Rico y Colombia y después "toda América del Sur", según dijo a IPS el representante del grupo, Alberto Barnet.
Comentaristas especializados consideran que La Corte es el principal grupo de hip hop venezolano, el primero que logró romper los moldes de la escena local y, si se concretan los planes respaldados ahora por una compañía de discos grande, el de mayor proyección internacional.
Los cinco MCs o maestros de ceremonia que componen el grupo recitan y cantan sus canciones compuestas por escenas y situaciones típicas de esta ciudad sudamericana, respaldados por la agilidad de un DJ o pinchadiscos.
Barnet los describe como una alternativa "al hielo del hip hop americano".
"Es muy de nosotros", afirmó el representante, que espera abrir un espacio importante para este hip hop con una posición sobre la realidad.
"La Corte es la crema, es hip hop que fluye por las venas", aseguró uno de los visitantes al sitio en Internet que acompaña el lanzamiento del nuevo disco, http://lacorteimperia.com.
En esa página se refieren a su público: "los que están escribiendo sus primeras rimas, los que están hangeando y pateando acera, los que revientan tablas de patineta en el asfalto, los que están haciendo beats y creando crews, los breakers que arrasan pisos y los grafiteros que adornan las calles del mundo de colores, diseños y mensajes llenos de una nueva filosofía de vida".
La Corte comenzó a nacer de la casualidad cuando algunos de sus integrantes coincidieron en 1997 en un programa de radio de esta capital, llamado "Las Cosmo Baby". Un año después ya habían producido el primer disco, llamado "Código demente".
Ese disco de producción casi casera puesto a la venta en espacios alternativos al circuito comercial se abrió camino hacia las radios que programan hip hop, vendió unas 7.000 copias e incluso fue "pirateado".
"Imperia" apareció este año como un trabajo más formal y, según la crítica musical local, más acabado "depurado y diversificado", en el cual el tradicional eclecticismo del hip hop se nutre de pasajes melódicos y de bases rítmicas muy variadas.
El productor Carlos Julio Molina, que como DJ13 es uno de los MCs de La Corte, ha planteado que con el nuevo disco pretenden "la consolidación de los códigos del hip hop venezolano", basado en el uso de una jerga muy particular, inundada de doble sentido.
Hierro, cédula, guayaba, hielo, mantequilla, queso, fuego, barro, leche, jugo, sangre y alma son algunos de los 18 elementos que a su vez dan origen a 18 canciones.
Pero todo está impregnado por su significado urbano contemporáneo. Hierro son "las armas con las que cuenta cada quien", mientras Leche contiene "perseverancia y suerte, las claves del éxito", y Sangre es "lo que cada uno tiene por dentro, el mundo interior".
Cédula (de indentidad) alude al "atropello a la identidad que cada uno debe tener ante la sociedad", Fuego es "el elemento principal en el amor y el sexo", mientras que Mantequilla representa "la fiesta, la parte alegre que se cultiva en el hip hop".
"Imperia" es producto de las vivencias de los integrantes del grupo, y la manera que cada uno tiene de vivir", advierte la solapa del disco.
Una de las novedades de La Corte es el uso de lo que han denominado como "el salso" en muchos de sus temas. El hip hop abandona allí las rutas tradicionales y se acerca a la salsa que se tocaba en el Caribe en los años 70, "la buena, la vieja".
El hip hop "es un movimiento real", agrega La Corte. En su calidad de reflejo de una realidad urbana, las letras son fuertes y en ocasiones ponen en evidencia la agresividad que habita las calles.
"Pero no es una apología sino un rechazo a esas cosas que están pasando", dijo Barnet. Cuando el retrato franco lidia con palabras o imágenes que suelen encontrar obstáculos para ser difundidos al gran público, la reacción es diversa.
Algunas radios no tienen problemas con las letras, pero en otras las canciones de La Corte pueden aparecer adornadas con un pito: otra realidad. (FIN/IPS/lc/dm/cr/00