/REPETICION/ CHILE: Entre desafíos y esperanzas comienza gobierno de Lagos

El socialista Ricardo Lagos Escobar se convirtió hoy en el presidente número 46 en la historia de Chile para hacerse cargo de las esperanzas de sus compatriotas de completar la transición democrática y enfrentar los desafíos que se oponen a esta meta.

La solemne ceremonia en que el mandatario saliente Eduardo Frei entregó la insignia del mando y la banda presidencial a Lagos se realizó en el Salón de Honor del Congreso Nacional en su sede en Valparaíso, 120 kilómetros al oeste de Santiago.

Numerosos presidentes y ex presidentes de América Latina, así como jefes de Estados y de Gobierno de Europa, Oceanía y otras regiones del mundo se dieron cita en este cambio de mando que contó con más de 150 invitados extranjeros.

A las 14.50 GMT, con la mano derecha en el corazón, Lagos respondió "sí, prometo", cuando el presidente del Senado, Andrés Zaldívar, le tomó el juramento o promesa de rigor en presencia de Frei y del presidente de la Cámara de Diputados, Carlos Montes.

Una larga ovación saludó el momento en que Lagos, un abogado y economista de 62 años, pasó a ser el segundo mandatario socialista en la historia chilena, casi 30 años después del presidente Salvador Allende, derrocado por un cruento golpe el 11 de septiembre de 1973.

"No puedo evitar sentir mucha emoción. Esta es una gran jornada democrática que me trae el recuerdo de cuando asumió mi padre en noviembre de 1970", señaló la diputada socialista Isabel Allende, hija del mandatario que se suicidó durante el golpe de 1973.

El nuevo presidente representa la continuidad en el gobierno de la Concertación por la Democracia, la coalición de los partidos Demócrata Cristiano (PDC), Por la Democracia (PPD), Socialista (PS) y Radical Socialdemócrata (PRSD).

La coalición de centroizquierda gobierna el país desde el fin de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90), pero ahora el liderazgo presidencial pasó a un socialista, tras las administraciones de Patricio Aylwin (1990-94) y Frei, ambos demócrata cristianos.

El ex dictador Pinochet, quien es senador vitalicio, no participó en la ceremonia de cambio de mando, apaciguando así la polémica en torno a su figura, que recrudeció el día 3 cuando regresó al país tras un arresto de 503 días en Londres.

El caso Pinochet es tal vez el mayor desafío para el nuevo gobierno, que deberá materializar el insistente argumento de que el ex dictador "puede y debe" juzgado en Chile por violaciones de los derechos humanos, con que Frei se opuso a su detención en Londres y a su extradición a España.

En el lapso de un mes la Corte de Apelaciones de Santiago podría pronunciarse sobre la revocatoria de la inmunidad parlamentaria de Pinochet solicitada por el juez Juan Guzmán, quien instruye 72 querellas críminales contra el general retirado de 84 años.

El día 25 el Parlamento votará una controvertida reforma constitucional que otorgaría a Pinochet un fuero especial y una elevada pensión como ex gobernante si renuncia a su condición de senador vitalicio.

Activistas de las agrupaciones de familiares de desaparecidos y ejecutados durante la dictadura se apostaron en las afueras de la sede del Congreso en Valparaíso en una manifestación pacífica para recordar y exigir a Lagos el juzgamiento del ex dictador.

Los observadores políticos coinciden en que el otro gran desafío inmediato para Lagos es el conflicto étnico en el sur del país, donde comunidades mapuches realizan desde hace 15 meses intensas movilizaciones en demanda de la devolución de tierras ancestrales.

Lagos prometió una política nacional frente a los conflictos indígenas, que incluyen también la lucha de la comunidad pehuenche contra la construcción de una gran central hidroeléctrica en el curso superior del río Bíobio, 500 kilómetros al sur de Santiago.

El nuevo gobierno planea también lanzar como una de sus primeras medidas un plan especial de empleo, para enfrentar la más crítica de las herencias de la crisis internacional en 1999, que provocó aumentos sin precedentes de la tasa de desocupación.

En el frente sindical, este tercer gobierno de la Concertación por la Democracia deberá responder de inmediato a demandas pendientes de los gremios de profesores, transportistas y trabajadores de la Salud Pública.

Para enfrentar este complejo cuadro en los frentes de los derechos humanos y la política social y laboral, Lagos conformó un equipo ministerial que encabezará, en la cartera del Interior, el socialista José Miguel Insulza.

Como canciller y luego Ministro Secretario General de la Presidencia, Insulza fue considerado uno de los más hábiles negociadores de la administración de Frei.

El rasgo tal vez más característico del gabinete ministerial de Lagos es la presencia, sin precedentes en la historia de Chile, de cinco mujeres, encabezadas por Soledad Alvear, ex ministra de Justicia de Frei, que ahora estará a cargo de la Cancillería.

Las otras ministras son Mariana Aylwin en Educación, Alejandra Krauss en Planificación y Cooperación, Michelle Bachelet en Salud y Adriana Delpiano en el Servicio Nacional de la Mujer.

En las jerarquías gubernamentales están también ocho mujeres en los viceministerios. Entre los jefes de los 13 gobiernos regionales (intendentes) hay otras cuatro mujeres designadas por Lagos.

"Esto es la democracia: que estén representadas todas las miradas, las visiones y las esperanzas", dijo la ministra Aylwin al comentar la participación femenina en el nuevo gobierno. (FIN/IPS/ggr/ip/99

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