Un nuevo líder, Alejandro Toledo, de ascendencia indígena y propuestas de centroderecha, podría reeditar en Perú el fenómeno electoral que en 1990 condujo a la Presidencia al casi desconocido candidato Alberto Fujimori, que esta vez es el favorito.
En ambos casos, la raíz étnica de los candidatos parece haber jugado un importante papel en el meteórico ascenso al primer plano electoral y en el desplazamiento de figuras políticas tradicionales.
"Fujimori ganó por su origen japonés, porque los electores indígenas y mestizos lo encontraron más parecido a ellos que los demás candidatos, de raíz y maneras europeas. Ahora, Toledo, con su rostro de cerámica indígena, encarna directamente a los 'cholos"' (mestizos), expresó el periodista Raúl Serrano.
La historia de Toledo es como un cuento de hadas. Nacido en una comunidad indígena de la sierra peruana, trabajó desde los siete años como lustrador de zapatos, ganó una beca para estudiar en secundaria. Luego, obtuvo otra para seguir estudios de Economía en la Universidad de Stanford, Estados Unidos.
Allí conoció a Eliane Karp, una antropóloga belga con quien se casó y que ahora es importante respaldo de su candidatura.
"Toledo combina muy bien su prestigio intelectual como profesor universitario en Estados Unidos y ex economista del Banco Mundial, con sus ancestros indígenas (a los) que gusta resaltar", comentó Manuel Torrado, director de la empresa encuestadora Datum.
"Para un creciente sector de peruanos, Toledo es el cholo con éxito, que hasta conquistó a una princesa rubia", añadió Torrado.
La economista Raquel Lara coincidió con la visión de "cuento de hadas electoral". "El ceniciento y casi marginal candidato podría imponerse, sin recursos financieros y casi sin aparato político, al poderoso y autoritario candidato y jefe del aparato político estatal", dijo.
"Es claro que hay algunas diferencias entre las candidaturas de Fujimori en 1990 y la de Toledo en 2000. El primero se enfrentaba con un rival que sólo tenía prestigio intelectual y un excelente discurso político. Toledo debe lidiar con un gobernante de reconocidos logros económicos, políticos y sociales", añadió.
"Fujimori se enfrenta con un nuevo Fujimori. Luego de 10 años de gobierno, el presidente Fujimori sufre aquello que hizo padecer a su adversario Mario Vargas Llosa en 1990: no avanzar en las encuestas mientras un adversario menor sube día a día", comentó el analista político Federico Salazar.
En 1990, Fujimori emergió del casi cero en las encuestas para desplazar en pocas semanas a los partidos políticos tradicionales, obtener el segundo lugar con 24,6 por ciento de los votos en la primera ronda y en la segunda batir al escritor Mario Vargas Llosa, quien era considerado seguro ganador.
Toledo parte del seis por ciento de enero, y el 25 de marzo, ultima fecha en la que podían difundirse encuestas, tenía ya 27 puntos en la primera ronda, contra 37 por ciento de la candidatura reeleccionista de Fujimori, y el pronóstico de que ganaría en la segunda vuelta electoral.
Si ningún candidato supera en la primera ronda 50 por ciento de los votos válidos, quienes ocupen los dos primeros lugares deberán dirimir la Presidencia en una segunda vuelta 30 días después.
Según las encuestas, en una segunda ronda Toledo será favorecido por los votantes del resto de los candidatos opositores a Fujimori y se impondría con 44 por ciento de los votos, contra 43 por ciento del reeleccionismo.
Si su ritmo de crecimiento electoral se mantiene, es posible que el 9 de abril la distancia entre Toledo y Fujimori se haya acortado, e incluso algunos vaticinan que podría ganar en la primera ronda.
Sus competidores en el campo opositor parecen a punto de arrojar la toalla. En la semana previa a las elecciones varios de ellos discutirán si declinan sus candidaturas presidenciales, pero no sus listas parlamentarias, para impedir la reelección de Fujimori.
"La más importante consideración que los detiene es la presión de los miembros de sus listas parlamentarias, quienes entienden que tendrán menos posibilidades si todos se ponen debajo de la sombrilla de Toledo", comenta Serrano.
Toledo soporta una campaña hostil de parte de la maquinaria propagandística gubernamental, que lo relaciona con un banquero estafador y difundde los detalles del juicio por paternidad que le sigue hace 12 años una ex secretaria que le exige un examen genético.
El candidato niega haber asesorado al ex banquero Carlos Manrique, hoy preso, y se rehúsa a contestar si acepta que se le practique el examen de ADN, pues, afirma, se trata de una cosa juzgada.
Si se reabre el caso por paternidad, se dañará la estabilidad jurídica del país, "lo que preocupará a los inversionistas", dijo. "No debemos ocuparnos de esos temas bajos y ruines. Debemos discutir programas y confrontar ideas", afirmó.
Algunas de sus propuestas económicas han sido controvertidas por expertos que respaldan a Fujimori e incluso por opositores.
"Toledo tiene un mensaje no coherente, que cambia según cada auditorio, para ganar votos de cualquier manera. Es un vendedor de ilusiones con pocos escrúpulos", sostuvo el economista Alejandro Indacochea.
El candidato, por ejemplo, prometió en actos públicos subir los sueldos de todos los empleados públicos, pero en reuniones con empresarios prevé la reducción de impuestos y el recorte de los gastos fiscales, recordó Indacochea.
"Toledo sabe, como debe saber todo ex asesor o ex funcionario del Banco Mundial, que no hay gastos fiscales significativos para recortar", dijo el economista.
Una de las promesas a los empresarios estuvo a punto de convertirse en un grave escollo para su campaña electoral: la eliminación "en el corto plazo" de los programas de asistencia alimentaria creados por el gobierno de Fujimori.
Esta propuesta, difundida de inmediato por portavoces de la candidatura oficialista, fue desmentida por Toledo, quien dijo haber sido mal interpretado.
El candidato opositor no precisó cuándo desmontaría la ayuda alimentaria, que hoy distribuye más de un millón de raciones diarias de almuerzos y desayunos en áreas pobres.
Otro ex economista del Banco Mundial, Guillermo Castañeda, candidato al parlamento del movimiento opositor Avancemos, dijo que "Toledo tiene un comportamiento poco ético y técnicamente incorrecto al prometer que bajará a la mitad el pago mensual de 80 millones de dólares a los acreedores extranjeros".
"El podría proponer reducir la cuota mensual de pagos, pero depende de los acreedores aceptar o no. Por consiguiente, no puede ofrecer aumentos de salarios a cuenta de un ahorro semejante, que en el mejor de los casos demoraría varios años de negociaciones", concluyó Castañeda. (FIN/IPS/al/mj/ip/00