INDIA: Minoría hindú se niega a abandonar Cachemira

El problema de Cachemira, región que India y Pakistán se disputan desde hace más de 50 años, también incluye el de la minoría hindú, conocida como "pandit".

Poco se sabe de los 300.000 pandits que abandonaron la zona de mayoría musulmana entre 1989 y 1991 debido a la violencia guerrillera para refugiarse en India. Pero menos se sabe de los 18.000 pandits que se quedaron en Cachemira.

Los pandits no se organizaron frente a las matanzas que sufrían miembros de su comunidad y en su lugar optaron por refugiarse en campamentos en Jammu y Delhi.

El misterio aún envuelve al éxodo de los pandits.

"Decenas de miles de musulmanes de Cachemira murieron frente a las fuerzas de seguridad (de India) o los guerrilleros (contrarios a Nueva Delhi), pero seguimos aquí", dijo Shafi, un artista musulmán que tenía numerosos amigos pandits antes del éxodo.

Shafi no toma en cuenta que los pandits temían ser exterminados. El, como otros musulmanes, se sintió traicionado por sus amigos cuando partieron sin despedirse.

Pero en Delhi, un anciano pandit también se siente traicionado. El era un funcionario en Cachemira que confiaba en sus vecinos musulmanes pero sintió que éstos no lo ayudaron cuando comenzaron las matanzas contra su comunidad en 1989.

"¿Por qué nos expulsan? ¿Acaso hemos asesinado, robado o violado? Nosotros les enseñamos a leer y escribir", se quejó el anciano.

Los pandits de Cachemira pertenecen a la encumbrada casta de brahmanes y se enorgullecen de ser la única que se resistió a la conversión al islam cuando éste fue introducido pacíficamente en Cachemira en el siglo XIV por sufis de Asia central.

Los pandits ejercían cierto poder, ya que eran los únicos con una fuerte tradición de educación, lo cual significó que fueron el objeto de la tiranía de invasores, como durante la ocupación afgana en la región a mediados del siglo XVIII.

Cuando el rey de Cachemira entregó la zona a India, los pandits sufrieron grandes pérdidas cuando el líder Abdullah impuso en 1949 una reforma agraria que redistribuyó la tierra perteneciente en gran medida a la comunidad a los campesinos musulmanes.

"Hemos sufrido a lo largo de la historia. Hubo cuatro migraciones de pandits, esta es la quinta y la última", aseguró Yuvraj Raina, activista de la organización Panun Cachemira en Nueva Delhi.

Panun Cachemira, formada en 1991, cree que la única solución para los problemas de los pandits de Cachemira es una zona autónoma en la región, obtenida por medios pacíficos.

Esa región, llamada Panun Cachemira, sería un estado laico autónomo y se regiría por la Constitución india. Esa sería la única forma de proteger los intereses, valores y la cultura pandit, aseguran sus integrantes.

"A aquellos que se quedaron les dijimos, es cuestión de tiempo antes de que los maten", dijo Raina, que asegura que lo que ocurre en Cachemira es limpieza étnica del peor tipo.

"Los fundamentalistas musulmanes quieren un estado panislámico que se extienda de Medio Oriente hasta Asia Central y Cachemira, mientras el mundo guarda silencio", agregó al señalar que en las últimas semanas seis pandits fueron asesinados en la región.

"Para nosotros, o conseguimos la patria o morimos", aseguró. Sin embargo, ese no es el sentir de los pandits que eligieron permanecer en Cachemira.

"Es el único hogar que conozco. Son los únicos amigos y vecinos que he tenido, y siempre han sido muy buenos con nosotros. ¿Por qué habríamos de abandonarlo todo?", se preguntó la maestra Jyoti, habitante en Mattan, en el sur de Cachemira.

"Claro que a veces sentimos temor. Es que ya nadie sabe quienes son los asesinos. No es como antes cuando todos sabían a cuál grupo de guerrilleros pertenecían. Ahora no tienen nombre ni rostro", precisó.

"Nunca supimos que se iban, nadie nos dijo nada. Por la noche conversaban normalmente con nosotros y por la mañana encontrábamos sus casas cerradas, sin nadie", dijo Jyoti con respecto al éxodo de pandits.

El éxodo también significó que mujeres como Jyoti tiene muchas dificultades para encontrar pareja. En Srinagar hay una concentración apreciable de pandits, pero en las zonas rurales hay muy pocas familias de esa comunidad entre la población musulmana.

"Realmente no sé qué voy a hacer. Mis padres no quieren que me case con alguien de una familia que viva en un lugar aislado. Se preocuparían por mi seguridad. Supongo que me casarán con un hombre de Jammu y estaré obligada a abandonar Cachemira", comenta.

En Srinagar, al Foro de Bienestar Hindú, fundado en 1991 para proteger a los pandits que permanecieron en Cachemira, le inquietan los últimos asesinatos y temen otra migración.

"El gobierno estatal y el gobierno de India no hacen nada para protegernos. Nadie sabe que existimos. Incluso nuestra propia comunidad en India y en el exterior nos consideran traidores porque nos negamos a irnos", dijo un miembro del Foro.

"Nunca nos iremos de Cachemira y no creemos en una patria autónoma", dijo Wanchoo, un empresario e integrante del Foro.

"Esta es nuestra patria y queremos vivir en paz aquí. En cuanto a las muertes, es un problema que padecen todos en Cachemira, no sólo los hindúes. Todos los días son asesinados ocho o diez personas y por lo general son musulmanes", explicó.

La esposa de Wanchoo, quien padeció los últimos 12 años de violencia, relata una experiencia que la hace sonreír con esperanza.

"En una boda hace poco muchas de nosotras nos reunimos después de mucho, mucho tiempo. Tanto musulmanas como sijs y pandits, y nos divertimos en grande, cantando y bailando hasta tarde, como lo hacíamos antes de que empezara a actuar la guerrilla", contó.

"¿No es verdad que un jardín es más hermoso cuando hay gran diversidad de flores?", se preguntó. (FIN/IPS/tra-en/sj/an/aq/hd/00

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