CHILE-CUBA: Castro se abstiene de asistir a asunción de Lagos

El presidente de Cuba, Fidel Castro se abstuvo de viajar a Chile para la transmisión este sábado del mando presidencial, a la que estaba invitado, y envió en su lugar al vicepresidente Carlos Lage.

Fuentes cercanas al gobierno arguyeron que Castro prefirió dedicarse totalmente a la disputa por la repatriación desde Estados Unidos del niño cubano Elián González, de seis años, sobreviviente del naufragio de una embarcación con inmigrantes indocumentados.

La prensa cubana, de monopolio estatal, se abstuvo de comentar la demanda radicada en Santiago por la ex ministra chilena Mónica Madariaga contra Castro por su supuesto apoyo a un grupo armado que en 1983 dio muerte al entonces intendente de Santiago de Chile, general Carol Urzúa, y a dos de sus guardaespaldas.

La acción judicial incluye la petición de arraigo (prohibición de salir de Chile), pero el presidente cubano hubiera visitado ese país invitado por el gobierno y, por lo tanto, contaría con inmunidad diplomática, sostuvieron expertos en derecho internacional.

El diario Granma, órgano oficial del gobernante Partido Comunista de Cuba, sostuvo que la visita de Lage a Chile "constribuye al fortalecimiento de las relaciones bilaterales", que mantuvieron "un ritmo ascendente" desde la restauración del vínculo en 1991.

Ambas naciones rompieron relaciones diplomáticas a raíz del golpe militar del 11 de septiembre de 1973. En 1991 se reanudaron las relaciones consulares, que en 1995 se elevaron a nivel de embajadas.

La asistencia de Lage a la toma de posesión del socialista moderado Ricardo Lagos expresa "la determinación de nuestro gobierno de continuar avanzando en el estrechamiento de los lazos de amistad y cooperación que unen a ambos países", dijo Granma en su portada.

La demanda contra el presidente cubano es atribuida a la intención de derechistas chilenos de responder al arresto del general Augusto Pinochet en Londres, desde el 16 de octubre de 1998, bajo acusaciones de crímenes contra la humanidad por pedido de la justicia española.

Sin embargo, la posición oficial del gobierno cubano es que Pinochet, quien retornó a Chile el día 3, debe ser "ejemplarmente sancionado", pero por las leyes de su país.

"Pienso que desde el punto de vista legal es cuestionable la acción", comentó Castro pocos después de la detención de Pinochet, que coincidió con la octava Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de gobierno, celebrada en Oporto, Portugal.

El mandatario cubano también consideró que el arresto era "justo" desde el punto de vista moral, aunque expresó preocupación porque el caso podría crear "una situación complicada en Chile, por la forma en que se ha desarrollado el proceso político allí".

Castro no viaja al extranjero desde abril de 1999, cuando asistió en República Dominicana a la II Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC). En febrero de ese mismo año había asistido en Venezuela a la asunción presidencial de Hugo Chávez.

En cambio, prefirió no viajar en noviembre a Seattle, Estados Unidos, a donde había sido invitado por instituciones académicas, empresarios y legisladores, pese al interés que había manifestado de participar entonces en la III Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio.

Castro explicó en carta al diputado por el estado de Washington, Jim McDermott, principal promotor de la visita, que ante la certeza de que el Departamento de Estado (cancillería estadounidense) no le concedería la visa, no la solicitó, aun cuando estaba "prácticamente decidido" a viajar.

"No quería ser sometido a esa humillación", señaló el presidente, quien aseguró, además, que resultaba "incuestionable el complot que con el apoyo del Departamento de Estado se llevaba a cabo" contra el viaje.

En esa ocasión, grupos de exiliados cubanos en Miami que le son adversos pretendían que Castro fuera arrestado y juzgado en Estados Unidos por el derribo en febrero de 1996 de dos avionetas de la organización Hermanos al Rescate, con el saldo de tres muertos, que, según Cuba, violaron su espacio aéreo.

Fuentes oficiosas consultados por IPS se negaron a relacionar el caso de Seattle con el de Chile, país que Castro visitó en 1971, bajo el gobierno de la izquierdista Unidad Popular, y en 1996, en ocasión de la Cumbre Iberoamericana celebrada en ese país.

"Son hechos absolutamente diferentes", comentaron esas fuentes, que insistieron en la "absoluta dedicación" del gobernante al caso del niño náufrago, que de litigio familiar por su custodia devino prácticamente en "asunto de Estado".

A su vez, medios periodísticos de Chile comentaron en su momento que "el entorno de Lagos envió discretos mensajes" a Castro pidiéndole que se abstuviera de viajar a los actos de investidura.

Ya a fines de 1999, portavoces de Lagos comenzaron a considerar "improbable" la presencia del líder cubano, invitado al igual que todos los jefes de Estado y de gobierno de países con los cuales Chile mantiene relaciones diplomáticas. (FIN/IPS/pg/mj/ip/00

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