Brasil asumió finalmente un papel de liderazgo activo en América del Sur, al tomar la iniciativa de convocar una cumbre regional, fijada para el 31 de agosto y 1 de septiembre en Brasilia.
Consultas a los gobiernos comprobaron la "voluntad política" para celebrar la Cumbre Sudamericana, en gestación desde que el presidente Fernando Henrique Cardoso era canciller hace siete años, dijo el actual canciller Luiz Felipe Lampreia en un artículo publicado este viernes en varios diarios brasileños.
Uno de los objetivos de la cumbre es impulsar la creación del Area de Libre Comercio Sudamericana (ALCSA), "propuesta por Brasil ya en el gobierno del ex presidente Itamar Franco" (1992- 1994), según Guy de Almeida, presidente del Foro Permanente Universitario del Mercosur.
Ese proyecto fue "hasta ahora neutralizado por la frustración de las primeras negociaciones entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Comunidad Andina de Naciones (CAN)", observó.
Pero su avance fortalecería a América del Sur en la negociación con Estados Unidos para la integración continental, que deberá acelerarse después de las elecciones presidenciales estadounidenses a fines de este año, evaluó Almeida.
Hay un sentido de urgencia, porque es un proceso que "llevará unos tres años para presentar resultados concretos" y el Area de Libre Comercio de las Américas tiene 2005 como fecha para despegar, señaló el peruano Enrique Amayo Zevallos, profesor de la Universidad Estadual de Sao Paulo.
El producto interno bruto de Brasil, medido en dólares, es hoy inferior al de México y representa sólo la mitad del de California, el estado más rico de Estados Unidos. "El desequilibrio aumenta cada día", advirtió Amayo, investigador de Historia Económica y Relaciones Internacionales.
Una omisión de Brasil para asumir activamente su liderazgo, como ocurría antes, "sería un suicidio", afirmó.
La complementariedad entre los países atlánticos del Mercosur, más industrializados, con la ubicación estratégica de los andinos sobre el océano Pacífico, "hoy el area más dinámica de la economía mundial", puede hacer América del Sur menos débil ante Estados Unidos, según Amayo.
El momento es favorable, con un Mercosur "en aparente revigorización, tras el acuerdo automotor argentino-brasileño y la asunción de los nuevos presidentes en Argentina, Chile y Uruguay, todos destacando la importancia estratégica de la integración subregional", acotó Almeida.
La cumbre se enmarca en la "diplomacia presidencial" que se intensificó últimamente y en la "acumulación de experiencias", desde los años 60 orientadas a la cooperación y unión de mercados en América del Sur, dijo Sonia Camargo, directora del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de Río de Janeiro.
Los regímenes autoritarios que dominaban la región hace 20 años, alimentando "desconfianzas y rivalidades", impedían un acercamiento que solo se hizo posible con la democracia, observó en su artículo el canciller Lampreia.
Consolidar la democracia en la región es el primer tema de la Cumbre, añadió. Además los presidentes discutirán aspectos comerciales, infraestructura integradora y combate al crimen organizado.
Asuntos como "el narcotráfico, la explotación de la Amazonia (…) y la inestabilidad política o económica de algunos países" ganan relevancia, según Almeida.
"Pueden llevar a una gradual profundización de la intervención política y/o militar en la región por parte de las grandes potencias, en especial Estados Unidos", advirtió. El nuevo gobierno de Venzuela, presidido por Hugo Chávez, genera controversia en los centros del poder mundial, ejemplificó.
El riesgo inmediato, precisó Amayo, es una intervención estadounidense en Colombia, cuya conversión en "zona de guerra sería una tragedia" y dividiría a América del Sur. La región debe unirse en defensa de soluciones políticas en el país, recomendó.
La iniciativa brasileña es acogida con "alegría pero también con cautela" por los demás países sudamericanos, opinó el investigador peruano, porque hay recelos en relación a Brasil, por su pasado de expansionismo territorial y proyectos unilaterales.
Un ejemplo sería el Sistema de Vigilancia Amazónica que Brasil está implantando y le permitirá recoger informaciones de toda la región, "sin garantía de que no serán usadas en las negociaciones con Estados Unidos en desmedro de los países vecinos observados".
De todas formas, es alentador que el mayor país de la región asuma activamente su liderazgo natural, afirmó Amayo, recordando que los andinos fueron pioneros en la integración sudamericana, formando el primer bloque subregional e impulsando la creación del Parlamento Latinoamericano, que hoy tiene sede en Sao Paulo. (FIN/IPS/mo/mj/ip if/00