Muchos de los analgésicos más usados escasean en los países en desarrollo y son consumidos en forma excesiva en Estados Unidos y Europa, indicó el informe anual 1999 del Consejo Internacional de Control de Narcóticos (INCB), difundido hoy.
El INCB, con sede en Viena, es un organismo independiente que tiene a su cargo la implementación de los tratados internacionales como la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Drogas Narcóticas y Sustancias Psicotrópicas.
En la actualidad se reconoce ampliamente que la administración oral de opiáceos como la morfina y la codeína contribuye al tratamiento eficaz de dolores agudos, en especial para pacientes con cáncer.
El Consejo afirmó que la disponibilidad de narcóticos para su uso con fines médicos está aún lejos de ser universal, y que en los países en desarrollo "el alivio del dolor tiene una prioridad mucho menor que otros problemas sociales y de salud más urgentes".
Las enfermedades infecciosas, las infecciones gastrointestinales y la desnutrición, figuran entre los problemas sociales y sanitarios más acuciantes de las naciones pobres.
Sin embargo, proyecciones de la Organizacion Mundial de la Salud (OMS) indican que dos tercios de los 15 millones de nuevos casos anuales de cáncer que se prevén se producirán en países en desarrollo en el 2015. En las últimas etapas del cáncer, 80 por ciento de los pacientes sufren grave dolor agudo o crónico.
La disponibilidad de algunos medicamentos en cada país depende de muchos factores, incluyendo el desarrollo económico y la estructura social, el tipo y calidad de los servicios de salud, la legislación y los antecedentes y tendencias culturales.
El INCB afirmó que las razones más frecuentes de la falta de opiáceos en países en desarrollo son normas restrictivas, procedimientos administrativos engorrosos, preocupación por eventuales adicciones y falta de formación del personal sanitario.
El Consejo pidió "un enfoque flexible y humanitario" para asegurar que drogas controladas con propósitos medicinales estén disponibles, aun en los casos en que los recursos para salud pública sean muy limitados.
El organismo instó a los gobiernos del mundo a que aseguren la disponibilidad de narcóticos para que los pacientes no sufran en forma innecesaria, pero tambien a mantener "estrictos procedimientos de control" a fin de que lleguen a hospitales, médicos y pacientes, pero no a traficantes de drogas.
El uso mundial de morfina casi se ha duplicado cada cinco años desde 1984, llegando a 21 toneladas en 1998, pero esa tendencia se debe en su mayor parte al aumento del consumo en países industrializados.
"La farmacoterapia no es una panacea universal", señaló el INCB al comentar el hecho de que la actual disponibilidad de medicamentos tiende a exceder las necesidades reales, y ha sido muy influenciado por las políticas de venta de las compañías farmacéuticas.
El exceso de medicación conduce a otros dolores y padecimientos, apuntó el organismo, cuyo próximo informe anual será dedicado a esta cuestión.
Dinamarca, Canadá, Portugal y Nueva Zelandia están a la cabeza en el consumo anual de morfina con propósitos medicinales, medido en gramos por cada 1.000 habitantes, mientras Mozambique, Argelia, Venezuela, Bolivia y Vietnam casi no emplean ese opiáceo.
En Colombia, Cuba, Arabia Saudita, Irán, Turquía y Tailandia se registra un consumo muy bajo de morfina por persona.
El Consejo tambien destacó que el consumo por habitante de anfetaminas y otros estimulantes del sistema nervioso central en América del Norte es el más alto del mundo, y que Europa presenta el consumo más alto de hipnóticos y sedantes del tipo de la benzodiacepina.
Según el INCB, en Estados Unidos el consumo diario de anfetaminas es 10 veces mayor que en cualquier país europeo, y se registra el mayor índice de uso de metilfenidato, el estimulante contenido en la ritalina, una droga cuyo uso en el tratamiento de trastornos de la atención en niños y adolescentes es polémico.
El promedio de consumo por persona de hipnóticos y sedantes del tipo de la benzoadiacepina es tres veces superior en Europa que en Estados Unidos, con considerables variaciones en los distintos países europeos.
En el informe se indicó que los médicos de Francia recetan cuatro veces mas sedantes, hipnóticos y tranquilizantes que sus colegas de Alemania y Gran Bretaña. Además, algunas de esas sustancia han sido usadas como sustitutos de la heroína, por lo cual el INCB recomendó que los gobiernos ejercieran más control.
El Consejo rechazó la "aprobación tácita o explícita", por parte de las autoridades, de instalaciones donde los adictos se inyectan drogas ilícitas, que se han establecido en diversos países europeos, incluyendo a Suiza y España, y cuya instalación se estudia en otros.
La existencia y aceptación de esas instalaciones promueve la tolerancia hacia el consumo y tráfico de estupefacientes y hace más difícil su control, afirmó. (FIN/IPS/tra- en/ib/cr/ego/mp/he/00)