El presidente interino de Rusia, Vladimir Putin, decretó un aumento de 20 por ciento en las pensiones en un intento por conquistar los votos de los 38 millones de jubilados y pensionados, según observadores.
El decreto firmado por Putin, quien sustituyó a Boris Yeltsin el 31 de diciembre, ordenó el aumento a partir del 1 de este mes. La pensión promedio se sitúa en el equivalente a 22,7 dólares mensuales.
A medida que se acercan las elecciones presidenciales del 26 de marzo, el gobierno adopta medidas desesperadas para obtener el apoyo de sectores como el de los jubilados, señalaron analistas.
Los ancianos, acostumbrados al antiguo régimen soviético de elecciones obligatorias, son considerados los electores más disciplinados del país y suelen concurrir masivamente a los centros de votación.
No obstante, Putin declaró a la prensa que el gobierno atenderá los problemas de los jubilados en forma regular, independientemente de consideraciones políticas.
El ministro de Trabajo, Sergei Kalashnikov, atribuyó el incremento de las pensiones al "aumento de la recaudación fiscal" y prometió nuevos incrementos en los próximos meses.
Los pensionados rusos han sido uno de los sectores más afectados por la dolorosa transición de este país hacia la economía de mercado.
Muchos ancianos perdieron sus ahorros de toda la vida de un día al otro a fines de 1991, cuando la hiperinflación acabó con los depósitos del banco estatal de ahorro. La situación de los pensionados se agravó más con la crisis económica de agosto de 1998 y la devaluación del rublo.
Antes de la crisis económica de agosto de 1998, el promedio de las pensiones era 30 por ciento superior al nivel mínimo de subsistencia, estimado oficialmente en 2.000 rublos mensuales (casi 70 dólares), pero ahora apenas llega a dos tercios de ese mínimo.
En 1999, cerca de un tercio de los rusos, en su mayoría jubilados y pensionados, vivían por debajo de la línea de pobreza.
Actualmente, unos 2,7 millones de rusos cobran pensiones mínimas de 14,3 dólares (410 rublos) por mes.
Aunque las jubilaciones son muy bajas, el sistema de seguridad social no es responsable por los males económicos del país, destacó Mijail Zurabov, presidente del Fondo de Pensiones de Rusia.
"Si tenemos un salario promedio inferior a los 2.000 rublos, ¿cómo podemos tener pensiones altas?", preguntó.
El fondo estatal de pensiones recibe un impuesto de 28 por ciento pagado por los empleadores y uno por ciento pagado por los empleados.
En los últimos años, la mayoría de las regiones rusas se atrasaron dos o tres meses en el pago de las jubilaciones por incapacidad financiera. Además, más de un millón de ancianos sin registro de residencia no pueden cobrar pensión alguna.
El pasado septiembre, Putin anunció que el gobierno se puso al día con todas las pensiones, a un costo de 1.000 millones de dólares. (FIN/IPS/tra-en/sb/sm/mlm/ip/00