La escalada de violencia en el sur de Líbano desatada la semana pasada es consecuencia del bloqueo en el diálogo entre Israel y Siria, advirtieron analistas políticos.
"Este es un resultado natural. Atrapados en un plazo, Israel y Siria tratan de asegurarse como pueden. El bloqueo del diálogo dio a Hezbollah mayor libertad de maniobra", sostuvo Nizar Hamzeh, profesor en la American University de Beirut.
Hezbollah (Partido de Dios) es una guerrilla musulmana embarcada en una guerra de desgaste para desalojar a Israel de los 850 kilómetros cuadrados del sur de Líbano que ocupa desde 1978.
En esta ocasión, el grupo no utiliza los cohetes Katyusha, habituales en sus operaciones, y sus blancos han sido exclusivamente militares.
Hezbollah cuenta con el respaldo moral de Irán, que, según Israel, también colabora con armas. También lo apoya Siria, que usa al movimiento como elemento de presión con el objeto de recuperar los Altos del Golán, perdidos en la guerra árabe-israelí de 1967.
El ejército israelí sufrió seis muertos y nueve heridos en los últimos 10 días, y su aliado en el área, el Ejército del Sur de Líbano, también sufrió bajas considerables.
Hezbollah mejoró la calidad y la precisión de los ataques y se anotó como un triunfo la muerte del subcomandante del Ejército del Sur de Líbano, Aql Hashem. La sexta muerte israelí fue el martes, en un ataque en represalia por los ataques aéreos del lunes.
Diarios de Israel afirman que en los últimos días aumentaron los suministros de armas de Irán a Hezbollah.
La mortal precisión de los ataques de Hezbollah fue comparable a la devastación que causaron los ataques aéreos israelíes de la noche del lunes, que destruyeron por completo tres centrales de generación de electricidad e hirieron a 20 civiles.
"Somos el blanco equivocado. No creo que Israel logre impresionar a los sirios bombardeándonos a nosotros. Israel sabe que el gobierno libanés no es capaz de detener a Hezbollah. ¿Por qué nos bombardean, entonces?", se preguntó un joven libanés que se negó a informar su nombre.
Los libaneses saben que Hezbollah es una herramienta de presión en manos sirias, pero también consideran que la liberación del sur del Líbano es una causa justa.
"Esto se convirtió en una cuestión personal entre Hezbollah y los israelíes, pero Hezbolla trata de liberar nuestra tierra, lo han hecho durante años y son los únicos que lo hacen", dijo Michele Maria, una arquitecta cristiana de 24 años.
Sin embargo, los libaneses también sienten depresión tras los últimos ataques aéreos israelíes, cansados de la violencia cosntante que este país sufre desde 1975. Tras 15 años de guerra civil, que incluyó varias invasiones extranjeres, la paz parecía haber llegado con los acuerdos de 1990.
Pero no habían tomado en cuenta que Líbano todavía es el último frente activo en la lucha contra Israel. En 1993, Israel lanzó un ataque. En 1996, la operación Viñas de Ira dejó 170 muertos, 250 heridos y daños de infraestructura por 20 millones de dólares.
La operación Medicina Alternativa destruyó dos centrales de generación de electricidad y varios puentes, con un total de daños de 35 millones de dólares.
Las pérdidas ocasionadas por los últimos ataques aéreos fueron calculados en 40 millones de dólares.
Cada una de estas operaciones israelíes se registraron luego de que Hezbollah hubiera lanzado sus cohetes Katyusha contra poblados del norte de Galilea, en represalia por los ataques contra civiles libaneses.
Un acuerdo alcanzado en abril de 1996 tenía el objetivo de acabar con la violencia e impedir que los civiles quedaran atrapados en los combates.
En esta ocasión, las represalias israelíes responden a bajas militares, y no hubo Katiushas de Hezbollah para vengar la destrucción masiva de infraestructura civil.
"Era impredecible que Hezbollah haya evitado disparar sus Katyushas. Debe haber alguien pensando con cuidado en las consecuencias", dijo el portavoz de la misión de paz de la Organización de las Naciones Unidas en Líbano desde 1978, Timor Goksel.
"Usted no encontrará a nadie en Líbano que condene a Hezbollah o a los libaneses. Los israelíes rompieron el acuerdo. Ellos dicen que se trata de un mensaje para los sirios, pero no creo que ese sea le modo", dijo Gokse.
Las conversaciones de paz reanudadas entre Israel y Siria en diciembre se detuvieron en enero, cuando comenzó la discusión en torno de las fronteras.
La ausencia de Katyushas dirigidos hacia el norte de Galilea se considera un signo de que Siria trata de impedir que se llegue a un punto sin retorno. (FIN/IPS/tra-en/km/sm/mj/ip/00