México, un país que sorprendía a Luis Buñuel por la corrupción, la violencia y su "complejo de inferioridad", y en el que realizó gran parte de su obra, se sumó a las celebración de los 100 años del nacimiento de aquel cineasta español fiel al surrealismo.
Nacionalizado mexicano en 1949, Buñuel dirigió en este país 21 de sus 32 películas, y aunque la mayoría fueron realizadas con escasos recursos y poco tiempo, algunas marcaron época.
Una muestra de las películas del cineasta, nacido en España el 22 de febrero de 1900 y fallecido en México el 29 de julio de 1983, se presentan este mes en salas locales, mientras en "cine- foros" se discute sobre su obra y pensamiento, y se exhiben fotos relativas a su trabajo.
Además, en marzo, la XV Muestra Internacional de Cine de Guadalajara, la segunda ciudad de México, dedicará un día a la obra de Buñuel, proyectando 11 de sus películas.
En Francia el Instituto Cervantes homenajea este mes al cineasta con una serie de actos organizados bajo el título "Buñuel cumple 100 años. Es peligroso asomarse al interior", mientras en España se montan exposiciones y exhiben películas con el título "Buñuel, el ojo de la libertad".
Los biógrafos del cineasta menosprecian la filmografía mexicana y destacan la etapa española y francesa, pero debe recordarse que en este país el director vivió días intensos y entregó gran parte de su creatividad, dijo el crítico de cine Tomás Cueto.
El español se balanceó en México entre el rechazo y la admiración que despertaban sus filmes, realizados en su mayoría entre 18 y 24 días y con pago modesto, que lo obligó a vivir durante dos años del dinero que le enviaba su madre.
En México "he tenido que aceptar temas que yo no había elegido y trabajar con actores muy mal adaptados a sus papeles. Sin embargo, lo he dicho a menudo, creo no haber rodado nunca un sola escena que fuese contraria a mis convicciones, a mi moral personal", escribió en su autobiografía.
Figura del movimiento surrealista impulsado por André Breton, Buñuel llegó a México en 1946, animado por un etnólogo mexicano y luego de la guerra civil española (1936-39) y de trabajar en Estados Unidos, donde estuvo a punto de obtener la residencia.
El cineasta tuvo en México experiencias que le permitieron descubrir "un verdadero país, en el que los habitantes se hallan animados del impulso, de un deseo de aprender y avanzar que raramente se encuentra en otras partes".
Dueño de un estilo vanguardista y poco comercial, llegó a la capital mexicana, refugio seguro para perseguidos políticos de España y América, más por accidente que por voluntad.
"Me sentía tan poco atraido por la América Latina que siempre decía a mis amigos: si desaparezco buscadme en cualquier parte menos allí. Sin embargo vivo en México (…) y soy incluso ciudadano mexicano", escribió el cineasta.
Cuando Buñuel llegó a México en 1946, casi 20 años después de haber impactado al mundo del cine con sus filmes "El Perro Andaluz" y "La Edad de Oro", algunos críticos consideraban ya agotada su fama.
Sin embargo, pronto retomó los reflectores con "Los Olvidados" (1950), premiada en el festival de Cannes, pero censurada en México.
La película provocó violentas reacciones en el medio político mexicano, que consideraba inadmisible que expusiera la existencia de niños pobres y olvidados. El día del estreno, amigos de Buñuel cuentan que una mujer indignada estuvo a punto de sacarle los ojos al cineasta.
"Uno de los grandes problemas de México, hoy como ayer, es su nacionalismo llevado hasta el extremo que delata un profundo complejo de inferioridad", escribió Buñuel a propósito de la reacción que despertó su película.
Pero nada hacía variar el espíritu rebelde del director español, quien se declaraba surrealista a tiempo completo.
"El surrealismo me reveló que en la vida existe un sentido moral del que el hombre no puede eximirse. El me llevó a descubrir que el hombre era libre", señaló Buñel en una entrevista.
En su autobiografía, pinta a México como un país que amaba, pero que observaba con extrañeza por la corrupción política, la inseguridad, el nepotismo, el consumo indiscriminado de alcohol y el frencuente uso de armas.
El país que conoció Buñuel no ha cambiado demasiado y muchos de sus filmes rodados en México conservan vigencia y tienen carácter universal, señaló Cueto. (FIN/IPS/dc/ag/cr/00
