El presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, perdonó a todos los presos condenados a muerte que pasaron más de 20 años en prisión sin que se cumpliera la pena máxima.
La noticia se supo esta semana al finalizar la reunión del Consejo Ejecutivo Federal en Abuja, durante la cual Jerry Gana, ministro de Integración y Cooperación en Africa, anunció que Obasanjo concedía su perdón.
"A todos los presos que esperaron su ejecución durante los últimos 20 años pero no fueron ejecutados se les concede el perdón absoluto", declaró.
"A aquellos con menos de 20 años, pero con más de 10 años (en prisión) se les conmutará la pena de muerte por cadena perpetua", agregó.
Los presos liberados serán sometidos a un breve curso organizado por el Ministerio de Justicia para permitir su reintegración a la sociedad, explicó Gana.
El perdón presidencial significa para muchos el comienzo de la abolición de la pena de muerte en este país. La decisión fue bien recibida por organizaciones de derechos humanos.
"Es un hecho positivo, pero básicamente debemos concentrarnos en la administración misma de la justicia penal", dijo Onyeisi Ohiemeke, director del Proyecto de Reforma Penal y de Prisiones en la Organización por las Libertades Civiles, un grupo de Lagos.
Sin embargo, Ohiemeke no cree que el perdón conduzca a la abolición de la pena de muerte en Nigeria.
"La abolición de la pena de muerte es un tema complejo que necesita ser manejado adecuadamente porque podría conducir a más crímenes", explicó.
"Se cometen tantos crímenes en el país que antes debería instituirse alguna forma de indemnización a la persona afectada por el crimen antes de pensar en abolir la pena capital", comentó.
Ohiemeke instó al gobierno a brindar buen alojamiento, instalaciones sanitarias, centros de capacitación vocacional y recreativos en las prisiones para aplicar las normas que recomienda la Organización de las Naciones Unidas para el tratamiento de los presos.
"Esperamos que la práctica (del perdón presidencial) se reitere periódicamente para descongestionar las prisiones superpobladas", dijo Segun Jegede, del Comité en Defensa de los Derechos Humanos.
Las últimas estadísticas, divulgadas en junio, revelaron que entonces había 40.598 presos en las 147 prisiones del país. De esa cantidad, 60 por ciento aún no pasaron a juicio o no recibieron sentencia.
Otro dato inquietante es que el crecimiento de la población carcelaria supera la capacidad de las prisiones en todos los casos.
El peor caso de superpoblación, según un informe del Proyecto Derechos Constitucionales (CPR) al que tuvo acceso IPS, se encuentra en la cárcel de Awka, en el sudoriental estado de Anambra, donde están confinados 452 presos en un edificio con capacidad para sólo 98.
Las dos prisiones del estado de Oyo son las menos congestionadas, ya que tienen 761 presos, aunque fueron construidas para alojar a 496.
El CPR atribuye el fuerte incremento en la población carcelaria a la elevada delincuencia y al burocrático sistema penal.
En 1999 se hicieron importantes esfuerzos para mejorar las condiciones en las cárceles, así como la situación de los presos, lo cual llevó a que la población se redujera de 50.000 a unos 40.000.
En abril fueron liberados 646 presos, y desde entonces 1.403 más lograron la libertad.
Cuando asumió la presidencia en mayo, Obasanjo, quien también se beneficiara de ese perdón, ordenó la libertad de los presos que esperaban ser sometidos a juicio por delitos que no incluyeran asesinato, robo a mano armada y otros calificados de graves.
Obasanjo pasó varios años en prisión por el presunto intento de derrocar al dictador Sani Abacha. (FIN/IPS/tra-en/to/mn/aq/hd/00