Las probabilidades del Partido Republicano de Estados Unidos de conquistar votos de la comunidad negra en los comicios presidenciales de este año se redujeron por su apoyo implícito al mantenimiento de la bandera de los Sudistas sobre el Capitolio de Carolina del Sur.
Sobre el edificio del parlamento estadual ondea junto a la bandera nacional la de los Confederados o Sudistas, nombre que llevaron en la guerra de Secesión (1861-1865) los partidarios de la esclavitud.
La Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color (NAACP, por sus siglas en inglés), intentó durante gran parte de la última década que el parlamento estadual quitara la bandera, a la que consideran un insultante símbolo de la esclavitud y de la resistencia del Sur a los derechos civiles de los negros.
El lunes, que fue el Día de Martin Luther King en todo Estados Unidos excepto en Carolina del Sur, NAACP congregó a unas 50.000 personas en los alrededores del Capitolio en apoyo a su reclamo.
Se trató de la mayor manifestación de la historia del estado, y fue ocho veces más grande que otra demostración a favor de la bandera que tuvo lugar la semana pasada en el mismo lugar.
La bandera de los Confederados pasó a un primer plano debido a la importancia de las elecciones primarias de los republicanos, que tendrán lugar en ese estado en febrero.
Mientras dos líderes del Partido Demócrata, el vicepresidente Al Gore y el ex senador Bill Bradley, se hicieron eco de las demandas de NAACP, los principales candidatos republicanos trataron de eludir el asunto.
El principal precandidato republicano y gobernador de Texas, George W. Bush, no llegó a afirmar que apoyaba el mantenimiento de la bandera, pero se escudó en los "derechos de los estados" que llevaron a la separación del Sur del resto de los Estados Unidos en 1861.
"No creo que alguien que no pertenece a Carolina del Sur y pretenda ser presidente debe venir a este estado y decirle a su gente lo que debe hacer con su bandera", declaró cuando se planteó el tema por primera vez, en una debate a principios de mes.
La mayoría de los otros líderes republicanos también arguyeron que la cuestión de la bandera es "un tema local" sobre el que los precandidatos presidenciales no deben expresar opinión. Todos temen perder votos de los blancos de derecha, muy numerosos en Carolina del Sur, según observadores.
Para John McCain, principal rival de Bush y el más progresista de los precandidatos republicanos, la cuestión es más removedora, porque sus ancestros pelearon por el Sur durante la guerra civil.
"Algunos ven a la bandera como un símbolo de esclavitud, y otros como parte del patrimonio nacional. Yo la veo como parte del patrimonio", expresó, a lo que muchos manifestantes del lunes respondieron con pancartas que decían: "Su patrimonio es mi esclavitud".
Una vez más, parece que los republicanos -entre cuyos antecesores políticos se encuentra el presidente abolicionista Abraham Lincoln- ahuyentaron al electorado afro-estadounidense, 84 por ciento del cual votó por el presidente Bill Clinton en 1996.
Un porcentaje similar podría determinar la victoria del candidato demócrata el próximo noviembre, además de otorgar a los demócratas la mayoría de los escaños de la Cámara de Representantes.
"En los comicios generales, este tema regresará y perjudicará a John McCain o a George Bush", advirtió el republicano William Bennett, quien fue asesor de ambos precandidatos.
"Ellos deberían defender la remoción de esa bandera, que significó la esclavitud y la separación de la Unión. Y eso, creo, no es algo para izar, aclamar ni saludar", opinó.
"Los que pelearon bajo la bandera de los Confederados eran rebeldes traidores que se proponían destruir nuestra Unión", escribió Glenn Loury, un destacado conservador afro- estadounidense, en el diario The New York Times.
Loury recordó que la bandera fue izada por primera vez sobre la cúpula del Capitolio como símbolo de resistencia al creciente movimiento por los derechos civiles en 1962, y añadió que "no hay nada honorable en eso, y no se precisa ser descendiente de esclavos para decirlo".
Pero los candidatos republicanos sí se niegan a decirlo, en particular en Carolina del Sur, uno de los estados más reaccionarios de este país en lo referente a las relaciones raciales.
De hecho, otros estados sureños también hicieron ondear la bandera de los Confederados sobre sus capitolios durante gran parte de los años 60 y 70 para simbolizar su oposición a la integración racial, pero todos excepto Carolina del Sur la quitaron.
Así mismo, todos los otros estados sureños reconocen hoy el aniversario del nacimiento del líder negro por los derechos civiles Martin Luther King como un feriado oficial, aunque algunos, como Virginia, también aprovechan el día para recordar a los héroes de guerra sudistas.
Carolina del Sur pagó un alto precio por su terquedad. Tras varios años de negociaciones con legisladores estaduales, NAACP lanzó el pasado julio un boicot contra la multimillonaria industria turística del estado, y hasta ahora 90 grupos que planeaban realizar convenciones allí las cancelaron, según funcionarios. (FIN/IPS/tra-en/jl/ks/mlm/ip/00