El socialista Ricardo Lagos obtuvo hoy la victoria en la segunda vuelta de la elección presidencial en Chile, para convertirse en el sucesor de Eduardo Frei y marcar la continuidad en el gobierno de la centroizquierdista Concertación por la Democracia.
El derrotado candidato derechista Joaquín Lavín acudió hasta el céntrico Hotel Carrera, sede del comando de Lagos, para felicitar al vencedor, luego de que el segundo cómputo oficial asegurara el triunfo del abanderado oficialista.
El viceministro del Interior, Guillermo Pickering, informó que sobre 87,45 por ciento de la votación, Lagos alcanzó 51,31 por ciento, aventajando por 163.321 votos a Lavín, quien obtuvo 48,69 por ciento en ese cómputo parcial.
"La diferencia es concluyente", dijo el diputado Alberto Espina, del Partido Renovación Nacional (PRN), el primer político derechista en reconocer la derrota de su candidato. El PRN integra la Alianza por Chile, de Lavín.
Lagos recibirá el 11 de marzo la banda presidencial de parte de Frei, con lo cual comenzará la tercera administración de la Concertación por la Democracia, la coalición que gobierna Chile desde marzo de 1990.
Mientras Frei y su predecesor Patricio Aylwin (1990-1994) son militantes de la Democracia Cristiana, Lagos, un socialista moderado, representa un relevo en el liderazgo de la coalición que integran además sectores socialdemócratas.
Esta es la primera vez en la historia de Chile que una elección presidencial debió resolverse con el mecanismo de la segunda vuelta, incorporado en la Constitución que en 1980 promulgó el entonces dictador Augusto Pinochet (1973-1990).
Con respecto a la primera vuelta, realizada el 12 de diciembre y que finalizó en un virtual empate, Lagos aumentó ahora su votación 2,93 por ciento, en tanto Lavín lo hizo sólo 1,14 por ciento.
Lavín admitió que la diferencia en favor de Lagos era definitiva al salir de su residencia para ir a felicitar al vencedor. "Estoy tranquilo, pienso que obtuvimos un gran respaldo", dijo el aspirante de derecha.
Una de las primeras señales del triunfo irreversible de Lagos surgió discretamente desde el propio comando de Lavín, en el hotel Crowne Plaza, cuando los obreros que levantaban un estrado para que el candidato pronunciara un discurso recibieron órdenes de suspender su labor.
El segundo cómputo alteró levemente la tendencia marcada por el primer escrutinio oficial, sobre 50,63 por ciento de la votación, el cual atribuyó a Lagos un respaldo de 51,37 por ciento y a Lavín de 48,63.
Pero lo determinante en el segundo cómputo fue la ventaja que Lagos alcanzó en la región Metropolitana (Santiago), con 50,91 por ciento, revirtiendo el respaldo de 50,17 que el primer escrutinio asignó a Lavín.
En el recuente general, el candidato del oficialismo triunfó en ocho de las 13 regiones del país, con ventaja clara en la mayoría de las zonas mineras del norte y en la zona industrial de Concepción, 500 kilómetros al sur de la capital.
Desde que se difundió el primer escrutinio favorable a Lagos, sus adherentes comenzaron a desplazarse hacia los alrededores del Hotel Carrera, donde se instaló el comando oficialista para esta jornada electoral.
Miles de partidarios de la coalición gobernante coparon así la Plaza de la Constitución, aledaña también al palacio presidencial de La Moneda, en el corazón del barrio cívico de Santiago, esperando la señal para dar inicio a la celebración.
La presencia de Lavín en el lugar fue recibida con algunos gritos de "Lavín, entiende, el pueblo no se vende", alusivos a los actos de presión y de cohecho por parte de la candidatura derechista que se denunciaron durante la campaña.
Desde allí, Lavín fue hasta su comando en el hotel Crowne Plaza donde dirigió un breve discurso a sus adherentes, acompañado en un improvisado proscenio por su esposa Estela León y sus siete hijos.
"He ido a felicitar a Ricardo Lagos, quien es ya el próximo presidente de Chile", fueron las primeras palabras del derrotado candidato, recibidas con algunas silbatinas por parte de los militantes de la derecha.
"No podemos estar tristes. Obtuvimos una votación espectacular", agregó Lavín, quien destacó el carácter "alegre y transparente" de su campaña que, según dijo, determinó "una nueva forma de hacer política" en Chile.
"Nos propusimos nunca responder ataques con ataques ni hacer alusiones al pasado de nadie", dijo el abanderado derechista, quien durante su campaña se desentendió de su identificación con la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90).
Este estilo de campaña contribuyó a tener una elección muy pacífica y al reencuentro de los chilenos, dijo Lavín, quien se declaró confiado en que su movimiento llegará a ser mayoría en el futuro. (FIN/IPS/ggr/ff/ip/99