/BOLETIN-DD HH/ HONDURAS: Crece cantidad de bebés abandonados en hospitales

En los hospitales de Honduras cada vez es más común escuchar el llanto de un bebé abandonado por su madre horas después del parto, por causas vinculadas a la pobreza, la desintegración familiar o irresponsabilidad paterna.

Estadísticas oficiales señalan que cada año un promedio de 35 niños y niñas son dejados a su suerte en los centros de atención, tras ser anotados con nombres falsos y otros datos inexactos, sin que se sepa el paradero de sus progenitores, por lo cual son llevados a institutos estatales para ser dados en adopción.

En los primeros 10 días de este año ya fueron dejados 10 bebés en la sala materno infantil del estatal Hospital Escuela que esperan ser recogidos por familias sustitutas, mientras son cuidados por enfermeras que les han puesto nombre, comprado ropa, leche y biberones.

Estos niños son en su gran mayoría hijos de madres solteras adolescentes.

El director de atención médica del Hospital Escuela, Manuel Carrasco, informó que un promedio de cuatro niños es abandonado cada mes en este centro.

Carrasco explicó que el problema es en parte producto de la situación socioeconómica de las madres, la mayoría de entre 15 y 19 años "que, al no obtener el apoyo de su familia o de su pareja, optan por dejar a sus hijos en un hospital".

Lamentó que en estos casos solo a la madre se la califique de irresponsable, porque "detrás de esa acción están los hombres que por 'machismo' nada más embarazan a una mujer y la dejan sin apoyo alguno".

"La responsabilidad de los niños es tanto del hombre como de la mujer, pero como aquí el machismo pesa mucho, estos holgazanes dejan a su suerte a la mujer sin importarle el paradero de su vástago", afirmó.

Por esa razón las organizaciones defensoras de la niñez y los grupos de mujeres insistan en la necesidad de aplicar en Honduras un manual de salud sexual reproductiva que brinde a los jóvenes una educación amplia y completa para luchar contra el abandono de los niños y las muertes maternas.

La enfermera Norma Flores aseguró que muchos fallecimientos maternos y abandonos de bebés se dan por la falta de conocimiento de los jóvenes sobre la sexualidad sin riesgos, la importancia de procrear un hijo y la necesidad de cuidar su salud y evitar enfermedades como el sida.

"Muchas madres de estos pequeños que hoy están aquí provienen del interior del país y fueron engañadas por sus novios cuando llegaron a la capital ilusionadas con un futuro mejor. Son jovencitas de 15 y 16 años que carecen de madurez y educación, en especial en materia sexual", señaló.

Para enfrentar el problema, las autoridades de Salud, con ayuda del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA), preparan un manual de educación sexual y prevención del sida para adolescentes.

Estadísticas del UNFPA ubican a Honduras como el cuarto país de América Latina con mayor mortalidad materna, estimada en 108 por mil. A pesar de que tres años atrás se registraban 226 muertes maternas cada mil nacimientos, aún falta mucho por hacer indican las autoridades de salud.

Sin embargo, la decisión de publicar un manual de educación sexual reproductiva ya encontró piedras en el camino, ante la férrea oposición de grupos conservadores de la Iglesia Católica.

Portavoces de la organización Pro Vida, perteneciente al Opus Dei, dijeron el fin de semana pasado que el manual a estudio del Ministerio de Salud "cercena la ilusión y el derecho a la niñez de los menores", porque considera a las niñas de 10 años como "mujeres" en edad fértil.

Martha Lorena Casco, presidenta de esa organización, afirmó que el manual es "absurdo y rompe cualquier lazo familiar, porque se habla de anticonceptivos para las niñas y pone a los padres en un papel muy secundario, algo que va en contra de todas las normas cristianas de respeto a la vida humana".

La oposición radical de Pro Vida logró por el momento detener la publicación del documento educativo elaborado por las autoridades de salud, en tanto esas políticas no sean concertadas con las distintas organizaciones religiosas existentes en el país.

El viceministro de Salud, José Luis Matheu, dijo que la posición del grupo del Opus Dei es un tanto ilógica, ya que en ningún momento se atenta contra la unidad familiar, y muchas de las madres solteras son jóvenes indígenas de entre 10 y 13 años, gente pobre de tierra adentro".

"Por mitos y culturas, pero sobre todo por un machismo mal infundado, esas menores son forzadas apenas entran a la adolescencia a tener vida sexual y un hogar, por eso se nos mueren cuando dan a luz, debido a que carecen de educación y formación", afirmó Matheu.

El funcionario explicó que el manual de salud sexual reproductiva está orientado a educar a las jóvenes sobre los riesgos de una sexualidad sin prevención.

Pero "si tenemos que concertarlo, pues lo vamos hacer, con tal de evitar que sigan muriendo nuestras niñas por ser madres o abandonen a sus hijos aterrorizadas porque ignoran como manejar la situación", agregó en forma contundente.

Matheu también señaló que el sida en Honduras tiene un ascenso increíble, al reportarse casos en adolescentes que, de una u otra forma, inciden en la futura fuerza laboral del país.

Mientras esta polémica transcurre, en algún hospital del país un nuevo bebé es abandonado y su suerte, de momento, será un centro de adopción en espera de un hogar, que tardará un par de años por los trámites legales hasta que se agota la búsqueda de sus verdaderos padres.

Ajenos a la disputa si debieron nacer o no, los 10 pequeños que por ahora se encuentran en el Hospital Escuela lloran no solo por hambre o frío sino también por la sed de amor. (FIN/IPS/tm/dm/hd pr/00)

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