/BOLETIN-DD HH/ CANADA: Gobierno pide disculpas a indígenas pero no les paga

El gobierno de Canadá pidió disculpas a los soldados indígenas que lucharon en la segunda guerra mundial y no recibieron las mismas compensaciones que el resto de los ex soldados, pero no decidió pagarles.

Las autoridades se limitaron a presentar disculpas verbales a los veteranos de guerra indígenas, expresando su arrepentimiento por haberlos discriminado al otorgar diversos beneficios a ex combatientes. Prometieron, además, que les entregarán medallas de guerra especiales.

La respuesta de un grupo de veteranos de guerra indígenas fue no iniciar un juicio que pensaban entablar contra el gobierno, pero otros aborígenes sostienen que una disculpa no es suficiente.

Los indígenas fueron los únicos canadienses no obligados a servir como soldados durante las dos guerras mundiales del siglo XX, pero se presentaron como voluntarios en una proporción mayor que la de cualquier otra etnia del país.

Los que volvieron de la guerra no recibieron becas de estudio, subsidios estatales para comprar viviendas, empleos públicos, tierras baratas ni otros beneficios otorgados a veteranos no indígenas. Muchos descubrieron al regresar que sus tierras habían sido divididas en parcelas y entregadas a otros veteranos.

El jefe de la Asociación de Veteranos Indígenas Saskatchewan (SIVA), Howard Anderson, declaró que las familias de muchos aborígenes sufrieron graves discriminaciones mientras ellos luchaban en el extranjero.

El gobierno también se negó a financiar la instalación de monumentos recordatorios en las reservas nativas.

Hasta 1960, los aborígenes canadienses ni siquiera podían votar, y muchos de ellos recibieron por primera vez un trato igualitario en las Fuerzas Armadas. Unos 200 murieron en la segunda guerra mundial, y hay varios nativos entre los veteranos de guerra más condecorados de Canadá.

Dieciocho de los más de 7.000 indígenas canadienses que lucharon fuera de su país en guerras del siglo XX fueron condecorados por su valentía.

El SIVA se proponía plantear una demanda judicial contra el gobierno, y decidió no hacerlo cuando los ministros de Asuntos Indígenas y de Veteranos de Guerra aceptaron pedir disculpas y otorgar un reconocimiento especial a los ex soldados indígenas.

Anderson dijo que tiene esperanzas de que el gobierno negocie algún tipo de compensación, pero señaló que la idea de entablar un juicio "nunca fue por dinero".

"Se trataba de una cuestión de honor. La mayoría de los veteranos ya murieron, y los que aún viven sólo quieren recibir el mismo reconocimiento que el resto de los ex soldados canadienses", explicó.

Sin embargo, varios dirigentes indígenas piensan que el pedido de disculpas no basta.

Spencer Greyeyes, director de la Federación de las Naciones Indígenas Saskatchewan, advirtió que la mayoría de los veteranos aborígenes no aceptarán las medallas que el gobierno piensa entregar en junio en Ottawa.

"No nos interesan las medallas. Queremos que el gobierno negocie una compensación por la injusticia a la cual nos sometió", afirmó.

La Ley de Asentamiento para los Veteranos de Guerra Canadienses permitió que ex soldados compraran tierras a precios muy bajos, como premio por haber combatido.

A los veteranos aborígenes nunca se les ofreció la posibilidad de beneficiarse con esa ley, y ni siquiera se les informó sobre su existencia.

Irónicamente, parte de las tierras ofrecidas a los ex soldados eran antiguas reservas indígenas, confiscadas por el gobierno durante la guerra para instalar bases de entrenamiento militar.

Indígenas canadienses participaron en las principales batallas y campañas militares de la segunda guerra mundial, incluyendo el desastroso ataque contra Dieppe y la invasión de Normandía, en la región septentrional de Francia, y la cruenta batalla en el estuario del río Scheldt, sobre el Mar del Norte.

También lucharon en Hong Kong, donde bisoños soldados de Canadá impidieron el paso de los invasores japoneses durante tres semanas, en diciembre de 1941.

Unos 500 soldados canadienses murieron en aquella batalla. Otros 2.000 fueron tomados como prisioneros de guerra por el ejército japonés y obligados a trabajar como esclavos durante los cuatro años siguientes.

"Los veteranos de guerra indígenas tienen razones para sentirse muy orgullosos", indicó el ministro de Veteranos de Guerra, Bob Nault.

"Los soldados indígenas de Canadá se enfrentaron a desafíos tremendos y realizaron sacrificios y contribuciones muy importantes para la nación, que se esforzaba por restablecer la paz mundial. Fue una respuesta increíble, y mostró un coraje que nunca flaqueó ante el enemigo", detalló.

"Como pago parcial por esos logros y sacrificios, los canadienses han reconocido que es un deber nacional cuidar a quienes nos cuidaron", añadió. (FIN/IPS/tra-en/mb/ks/ceb/mp/hd pr/00

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