Alemania evalúa el costo de haberse involucrado en el conflicto de Kosovo, casi un año después de aceptar unirse a los ataques aéreos contra Yugoslavia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), liderados por Estados Unidos.
Alemania aportó alrededor de 250 millones de dólares para la reconstrucción de Kosovo, según un documento oficial al cual accedió IPS. También aportó fondos a esa provincia separatista yugoslava a través de la Unión Europea (UE), el Banco Mundial y Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De ese dinero, unos 150 millones de dólares provinieron de donaciones voluntarias de la población alemana. Además, 87 millones de dólares fueron destinados a asistencia, y otros 15 millones a las tareas de mantenimiento de la paz y a la misión civil de la ONU en Kosovo (UNMIK).
Los ataques aéreos de la OTAN se realizaron con la intención declarada de evitar una tragedia humanitaria en Kosovo. En su enfrentamiento previo con los separatistas kosovares, el ejército yugoslavo había desplazado a miles de albaneses étnicos y fusilado a supuestos guerrilleros.
Alemania, gobernada por una coalición de socialistas y verdes, se unió por primera vez a sus aliados de la OTAN en una acción bélica, tras un largo debate que incluyó la evaluación de ventajas y desventajas políticas. La decisión implicó romper un tabú posterior a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
El canciller (jefe del gobierno) Gerhard Schroeder, el ministro de Relaciones Exteriores, Joschka Fischer, y el de Defensa, Rudolf Scharping, alegaron que "teniendo en cuenta la historia reciente, manchada por el genocidio de judíos ordenado por el dictador Adolf Hitler, Alemania no podía permitirse permanecer inactiva".
También señalaron que el presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, estaba exterminando a los kosovares, y que esa grave violación de los derechos humanos no podía quedar impune.
El debate al respecto amenazó con dividir a la coalición de gobierno el año pasado. Las dudas del gobierno se debieron en parte al resentimiento que perdura en Yugoslavia por la brutal ocupación de Alemania durante la segunda guerra mundial, y el eventual impacto de la presencia de tropas alemanas en ese país.
En el documento oficial se apuntó que "desde el conflicto de Kosovo (1998-1999) el gobierno alemán se ha visto involucrado de distintas maneras en la provisión de ayuda humanitaria y técnica para la reconstrucción" de esa provincia.
"La participación alemana se ha concentrado en la KFOR (fuerza multinacional de mantenimiento de la paz en Kosovo) y la UNMIK, y en medidas adicionales coordinada con instituciones y agencias internacionales que trabajan allí", agregó la declaración sobre Kosovo, preparada este mes por el gobierno.
La KFOR está actuando sobre la base de la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada el 10 de junio de 1999, que contiene el mandato para establecer en Kosovo una fuerza militar de seguridad así como una misión civil, ambas con participación multinacional.
Las tropas multinacionales cuentan con 41.350 soldados, incluyendo a 4.870 del ejército alemán, según cifras compiladas en noviembre último. Una fuerza de 7.900 soldados, incluyendo a 1.160 alemanes, está acantonada en Macedonia y Albania.
Kosovo fue dividida en cinco sectores, y el administradco por Alemania se encuentra en la región meridional, en torno a la ciudad Prizren. En ese sector están estacionadas tropas de Austria, Holanda, Rusia, Turquía y Ucrania.
Según el documento, la UNMIK asumió de hecho la responsabilidad de la vida pública en Kosovo. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, nombró al francés Bernard Kouchner como jefe de esa misión.
La UNMIK está dividida, a su vez, en cuatro sectores cuyas actividades son cordinadas, respectivamente, por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, la propia ONU, la Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa, y la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE.
En el documento se señaló con satisfacción que se ha logrado en gran medida el retorno de 775.000 personas desplazadas y refugiadas desde países vecinos, y de alrededor de 52.000 desde otras naciones solidarias. La asistencia a los necesitados en Kosovo es brindada por 300 organizaciones humanitarias.
Annan designó al alemán Tom Koenigs como jefe del segundo sector de la UNMIK, el cual tiene a su cargo el desarrollo de una fuerza de policía, un sistema judicial y estructuras para la administración pública. Se prevé que 210 de los 3.100 efectivos previstos de la fuerza policial provendrán de Alemania.
Ese sector organizó cursos para la formación de funcionarios locales de policía y la asistencia a la prensa internacional, instaló escuelas de administración e instruye actualmente a personal judicial. De las 300 personas que componen el elenco internacional, 13 son alemanes.
El cuarto sector se ocupa de las finanzas, el presupuesto y el sector bancario, la reconstrucción de viviendas, caminos, puentes, escuelas y estructuras sanitarias, el abastecimiento de electricidad y agua, y la limpieza de campos minados.
Se calcula que los costos a mediano plazo de esas actividades ascenderán a 2.500 millones de dólares.
Berlín estableció una oficina en Pristina para la coordinación de la asistencia alemana a Kosovo, bajo la supervisión del ministerio alemán de Relaciones Exteriores y con una dependencia ejecutiva en Prizren.
Tambien abrió una oficina en Pristina el grupo de tareas para Reconstrucción del Sudeste Europeo, supervisado por el Ministerio de Cooperación Económica y Desarrollo, que coordina iniciativas de la Corporación de Créditos de Reconstrucción, la Compañía Alemana de Inversión y Desarrollo y la Agencia Alemana para Cooperación Técnica.
"La Oficina de Información y Prensa del gobierno alemán ha aportado asistencia en planificación, organización y finanzas para numerosos proyectos de medios de comunicación, con la intención de promover el desarrollo de una prensa libre y democrática en Kosovo", se expresó en el documento. (FIN/IPS/tra- en/raj/mn/ego/ip/00)