AFRICA: Consejo de Seguridad se ocupa por primera vez del sida

La pandemia de sida que asola a Africa es un "cóctel de desastres", dijo el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, en el primer debate sobre salud del Consejo de Seguridad.

El órgano del foro mundial se dedicó el lunes a examinar el impacto devastador causado por el VIH (virus de inmunodeficiencia humana) y la enfermedad que provoca, el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), en el mundo entero, y en particular, en Africa.

La iniciativa fue de Estados Unidos, que este mes ocupa la presidencia rotativa del Consejo, órgano de la ONU que normalmente se ocupa de las operaciones de mantenimiento de la paz y de los conflictos armados.

El vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, presidió la primera parte de la sesión. "Debemos entender que hay que ampliar la vieja concepción de seguridad mundial, que se centraba casi únicamente en Ejércitos, ideologías y geopolítica", declaró.

"Tenemos que mostrar que no sólo podemos contener agresiones, evitar guerras y mediar en conflictos, sino que además somos capaces de trabajar juntos para anticiparnos y responder al nuevo siglo con sus nuevos imperativos planetarios", dijo Gore.

El vicepresidente anunció también que el gobierno de Bill Clinton propone aumentar en 100 millones de dólares el dinero destinado a la lucha contra el sida, sobre todo en Africa y Asia, para llegar a un total de 325 millones de dólares.

Gore es el primer vicepresidente de Estados Unidos que preside una reunión del Consejo de Seguridad.

Annan advirtió al Consejo que "el sida es una amenaza contra la estabilidad económica, política y social de Africa austral y oriental, a una escala que no se aplica en otros lados. Su impacto en esa región no es menos destructivo que el de la guerra".

"En cierto sentido es mucho peor. El año pasado, el sida mató a 10 veces más personas en Africa que los conflictos armados", insistió.

Africa subsahariana, con 23,3 millones de personas portadoras del virus, alberga a 69 por ciento de la población seropositiva de todo el planeta.

Cerca de 13,7 millones de los 16,3 millones de personas que murieron de sida hasta la fecha eran africanas, y 90 por ciento de los 11 millones de huérfanos que dejó el sida son de Africa, al igual que 2,2 de los 2,6 millones que murieron a causa de la enfermedad en 1999.

Los ministros de Salud de Namibia, Uganda y Zimbabwe fueron los primeros en pedir la palabra durante la reunión, junto con los directores de tres agencias de desarrollo.

La ministra de Salud de Namibia, doctora Libertine Amathila, recalcó ante el Consejo que "en la actualidad, los recursos disponibles para prevenir y tratar el VIH/sida no son proporcionales a (la magnitud del) problema".

Se calcula que de los 2.500 millones de dólares que se necesitan cada año para combatir la enfermedad en Africa, sólo hay 165 millones a disposición.

"Ni siquiera en Namibia, donde destinamos cerca de 15 por ciento del PIB (producto interno bruto) a los servicios de salud, logramos causar un impacto en el tratamiento del VIH/sida", se lamentó.

El administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Mark Malloch Brown, advirtió que "se avecina un agotamiento extraordinario del capital humano de la región".

"Los gobiernos débiles, los malos servicios y los fracasos económicos se traducen directamente en el fracaso de (los programas de) vacunación y en la contaminación de la sangre donada. En general, significa que escuelas, familias, lugares de trabajo y economías no lograron superar el desafío", indicó.

El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, también participó en el debate. "Solíamos pensar que el sida era una cuestión de salud. Estábamos equivocados…, ya no puede quedar confinado a las carteras de salud o sociedad, (ya que) en Africa siguen girando las manecillas del reloj del desarrollo", dijo.

La esperanza de vida promedio en Africa aumentó 24 años en los últimos 40 años. Pero si el sida se mantiene a este ritmo, ese avance se anulará en una década.

El doctor Peter Piot, director ejecutivo de Onusida, el programa sobre VIH/sida de la ONU, aportó una cuota de optimismo a la reunión.

"Distamos mucho de ser impotentes frente a esta epidemia. En los países donde se unieron el fuerte liderazgo político, la apertura sobre estos asuntos y se encontraron respuestas de amplio espectro, el rumbo está cambiando y se lograron ciertos éxitos", aseguró Piot.

Malloch Brown y Piot presentaron a Uganda como ejemplo de país que está ganando la batalla contra el sida. El número de infectados está bajando desde 1991, en particular entre las mujeres embarazadas, donde se redujo a la mitad, explicó Piot.

El ministro de Salud de Uganda, Crisps Kiyonga, atribuyó esos progresos al "alto perfil de la educación pública", la investigación nacional y al "cambio de conducta" de la población, junto con una conciencia "casi universal sobre el sida".

La consecuencia es que "un alto número de personas" usa preservativos y practica la monogamia. "Fuimos capaces de quitarle el estigma al VIH/sida. Quienes tienen la enfermedad están a la vista y enseñan a sus conciudadanos a evitar contagios", explicó.

"Lo que finalmente detendrá esta pandemia será el descubrimiento de una vacuna efectiva y de bajo costo. En este asunto, es necesario llamar a la solidaridad internacional a actuar", manifestó Kiyonga.

La mayoría de los participantes hizo un llamado a la cooperación, pero el ministro de Salud de Zimbabwe, Timothy Stamps, adoptó una postura más combativa.

Stamps denunció las sumas de dinero empleadas para prevenir la "falla del milenio", acusó a "la industria del entretenimiento de Occidente" de estimular la promiscuidad y criticó la "inconciencia" que mostraron los países industriales en los últimos 15 años frente a la epidemia de sida en Africa.

"¿Realmente se trata de incomprensión o es una nueva forma de discriminación racial, otro procedimiento de limpieza étnica?", aventuró Stamps.

"El mundo observó lacónico el crecimiento exponencial de la epidemia de sida en regiones que no tenían un vínculo material con el crecimiento de la economía internacional", insistió.

"Se supone que aceptemos que el no ofrecer las terapias disponibles a quienes las necesitan no constituye una ofensa a los derechos humanos, aunque la salud sea uno de los derechos universales", agregó.

Stamps informó que en Zimbabwe, con poco más de 11 millones de habitantes, mueren unas 1.000 personas por semana a causa del virus, de las cuales 15 por ciento son menores de cinco años.

Malloch Brown presentó un plan de acción de siete puntos entre los cuales figuran dar apoyo a "Africa en sus esfuerzos para combatir la enfermedad", promover la cooperación bilateral y la donación de fondos y coordinar acciones en la comunidad internacional.

La lista incluye también el aumento de la financiación destinada a la investigación para encontrar más medicamentos y más baratos contra el sida. (FIN/IPS/tra-en/jw/ks/ceb/aq/he/00

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