Un pacto comercial entre Estados Unidos y Vietnam es objeto de intenso debate entre las altas jerarquías del Partido Comunista, que cuestionan los presuntos beneficios que aportaría la integración a la economía mundial.
El acuerdo comercial fue aceptado en principio en julio, pero aún no se firmó.
Después de meses de un silencio casi absoluto sobre el tema, el primer ministro Pam Van Khai reafirmó durante las reuniones de la Asamblea Nacional en curso el compromiso del gobierno con el pacto, pero no propuso ninguna fecha para su firma.
La reticencia oficial no es sorpresiva.
El acuerdo daría a Hanoi aranceles preferenciales bajo un estatuto comercial corriente con Washington. El Banco Mundial calculó que las exportaciones a Estados Unidos se duplicarían en el primer quinquenio hasata llegar a 800 millones de dólares.
No obstante, tras una fase inicial de cinco a siete años, bancos, compañías jurídicas, de seguros y de telecomunicaciones estadounidenses tendrían total libertad para operar en Vietnam.
Para entonces, el sistema legal vietnamita deberá coincidir con las normas internacionales y de la Organización Internacional de Comercio (OMC), y se requerirá la reforma aduanera y de los trámites para otorgar autorización para comerciar.
A pesar de la política gubernamental de apertura económica, lanzada a mediados de los años 80, las ineficientes empresas estatales que aportan 40 por ciento del producto interno bruto (PIB) aún reciben tratamiento preferencial.
Esas empresas sufrirían mucho con el nuevo clima de competencia, más aun por la eliminación de las trabas a la importación.
El pacto "se extiende a todas las facetas del sistema y a la identidad cultural del país, y genera considerable angustia en la mirada, mentes y corazones de los dirigentes", observó Carlyle Thayer, un experto en Vietnam del Centro de Estudios de Seguridad Asia-Pacífico, con sede en Hawai.
Las especulaciones sobre por qué el acuerdo no se firmó antes delatan las dudas que tienen los gobernantes con respecto de la dirección ideológica que debe tomar el país y sobre quienes son sus amigos en el exterior.
Tras el proclamado "acuerdo en principio", la firma del pacto estaba prevista para el 12 de septiembre, durante el foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Auckland, Nueva Zelandia.
Fuentes diplomáticas dijeron que el acuerdo no se confirmó por las críticas sobre derechos humanos que formuló la secretaria de Estado estadounidense, Madeleine Albright, al secretario general del partido, Le Kha Phieu, pocos días antes del foro de APEC.
"La reunión estuvo muy lejos de ser cordial", señaló un diplomático.
Las especulaciones también señalan a China. Observadores sugieren que los gobernantes vietnamitas prefieren que Beijing pruebe primero las aguas de la integración mundial.
Otros afirman que Beijing ejerció presión sobre Hanoi para demorar la firma, aduciendo que las condiciones del pacto con Estados Unidos dificultarían la posición de China, que aún debe negociar su ingreso a la OMC.
Vietnam elogió oficialmente el acuerdo de China con Estados Unidos, alcanzado el 15 de noviembre, pero una fuente cercana al Partido Comunista dijo que hubo sorpresa en Hanoi por la rapidez con la cual se concretó.
Durante una visita de una delegación del Partido Comunista chino a Hanoi, los líderes vietnamitas fueron aconsejados de tratar el acuerdo con Estados Unidos con cautela, apuntó la misma fuente.
"Pero después China firmó su propio acuerdo con Estados Unidos. ¿En quién puede confiar Vietnam?", se preguntó.
No obstante, pocos dudan que el ingreso de China a la OMC tendrá serias consecuencias económicas para Vietnam y ejercerá más presión para que Hanoi suscriba su propio acuerdo.
"Por supuesto que la iniciativa china nos afectará. Además de ser un duro rival en las exportaciones, Biejing será muy competitivo en atraer inversiones extranjeras", dijo Pham Chi Lan, vicepresidente ejecutivo de la Cámara de Industria y Comercio de Vietnam.
Las principales exportaciones de Vietnam, como calzado y tejidos, también son fuertes exportaciones chinas.
Vo Ngoc Be, director general de la fábrica de zapatos Legamex, reconoció ante el diario Juventud Ho Chi Minh que su industria podría verse afectada.
"En la actualidad, cada par de zapatos hecho en Vietnam y vendido a la Unión Europea (UE) es seis centavos de dólar más barato que el fabricado en China porque nuestros exportadores no deben pagar aranceles", explicó.
"Sin embargo, cuando China tenga acceso a la OMC, sus zapatos serán vendidos a precios más bajos y el mercado vietnamita del calzado en la UE se verá seriamente amenazado", agregó.
Las exportaciones oficiales a China, especialmente el caucho, que están valuadas en 70 millones de dolares al año, también saldrán perjudicadas.
China "se volcará cada vez más a comprar caucho a miembros de la OMC", apuntó Le Tan Lam Anh, del ente de exportadores de gomas y plásticos de Ho Chi Minh. "Tailandia se convertirá en el principal proveedor chino de caucho".
La amenaza del potencial poderío económico chino se produce en un momento en que la evolución económica vietnamita es observada con atención.
Los delegados a la Asamblea Nacional discutieron en las últimas semanas de qué manera la corrupción, la burocracia y la indulgente industria estatal, que acumularon grandes cantidades de bienes invendibles y exceso de trabajadores, están frenando la economía.
Se prevé que el crecimiento del PIB descenderá a 4,7 por ciento este año, el más bajo en 10 años. La inversión extranjera directa se desplomó de 11 por ciento del PIB en 1995 a 2,2 por ciento este año, equivalente a 1.000 millones de dólares.
Vietnam soportó bien la crisis económica asiática y salió relativamente indemne, lo cual confirmó a los conservadores del partido que el aislamiento es preferible a la integración, las señales de recuperación en países vecinos hicieron que los líderes reconsideren su posición.
El gobierno "debe poner los intereses del país por encima de (sus propios) intereses egoístas, especialmente al firmar el acuerdo comercial con Estados Unidos y al allanar el camino de la integración de Vietnam a la economía mundial", declaró el disidente Nguyen Dan Que, ex candidato al premio Nobel de la Paz. (FIN/IPS/tra-en/nnp/js/ego/aq/if-ip/99