Las agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que operan en Uganda diseñaron una estrategia para ayudar a los refugiados a valerse por sí mismos y hacer casi innecesaria la distribución de alimentos en el 2002.
La distribución de alimentos se mantendrá sólo en los orfanatos y otras instituciones en las cuales unos 3.000 niños refugiados reciben educación primaria y formación vocacional.
Las agencias de la ONU se proponen reducir la distribución de alimentos a la mitad en el año 2000.
El programa conjunto de agencias de la ONU para Uganda elaboró el proyecto de cuatro años "Estrategia de Autoabastecimiento para los Refugiados", con un costo estimado de 25 millones de dólares.
La principal agencia responsable del proyecto será el Programa Mundial de Alimentos (PMA), y también participarán el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) y al gobierno ugandés.
"Hay unos 200.000 refugiados en Uganda en la actualidad. Cerca de 90 por ciento provienen de Sudán. También hay desplazados internos, pero el ACNUR no se ocupa de ellos", declaró a IPS Nino Tomoko, portavoz del ACNUR en Uganda.
Se calcula que el número total de personas que dependen de la ayuda alimentaria supera el medio millón, y que la mayoría son campesinos desplazados por la guerra civil de Uganda.
El objetivo de la nueva estrategia de la ONU es integrar a los refugiados a los procesos de desarrollo de Uganda, mediante diversas actividades que incluyen desde mejorar la alimentación hasta reparar las calles.
La mayoría de los programas de empleo se dirigen a las mujeres, a los soldados desmovilizados, a los niños secuestrados por los rebeldes, y a los pequeños productores agrícolas.
También se entrenará a los refugiados para que aprendan a cultivar la tierra y se les entregarán semillas.
"La situación geopolítica y militar (en Uganda) sigue siendo incierta. Una sóla incursión rebelde podría causar la migración masiva espontánea de desplazados internos que ya fueron reasentados, lo cual nos obligaría a reanudar la ayuda de emergencia", advirtieron las agencias de la ONU.
Unos 2,7 millones de dólares del dinero solicitado para el nuevo proyecto se destinarán a los 18.000 ruandeses y congoleños que se refugiaron en la región occidental de Uganda, desplazados por la guerra civil entre el gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) y rebeldes respaldados por Uganda y Ruanda.
Esa suma se utilizará para crear empleos transitorios y brindar formación vocacional y apoyo psicológico con la intención de aliviar los traumas causados por el tipo de vida que llevan los refugiados.
La situación en la región occidental de Uganda es particularmente delicada en la actualidad. El PMA debió suspender hace dos semanas la entrega de alimentos en la región a causa de ataques de los rebeldes.
Los insurgentes atacaron hace tres semanas una cárcel cercana a Fort Portal, una ciudad cercana a la frontera con la RDC, donde había unos 300 presos. Luego asesinaron a 90 de ellos y mantienen dejaron cautivos a los demás.
El PMA explicó que no ha reanudado la entrega de alimentos en esa región porque el gobierno de Uganda no pudo enviar tropas para proteger al personal y los vehículos de la agencia.
El ministro ugandés de Refugiados y Prevención de Desastres, Tom Butime, aseguró luego de visitar la conmocionada región que el gobierno enviaría alimentos a los refugiados y desplazados internos.
La ONU considera que los distritos más inseguros de Uganda son los occidentales de Arua, Bundibgyo, Kasese, Moyo y Nebbi, los septentrionales de Gulu, Lira y Kitgum, en la frontera con Sudán, y el oriental de Karamoja, en la zona fronteriza con Kenia.
Funcionarios del gobierno anunciaron que los problemas alimentarios han sido tan graves que la mayoría de los niños y niñas refugiados presentan problemas de desarrollo.
"Creemos que quizá 90 por ciento de los niños de entre uno y ocho años en campamentos para desplazados tienen problemas de atrofia. El gobierno de Uganda planea entregar 50.000 dólares a los líderes locales para que traten de mejorar las condiciones de vida de los campamentos", declararon las autoridades.
El nuevo proyecto prevé destinar 150.000 dólares para la instalación en Gulu y Kitgum de servicios del PMA que prestarán atención médica a los refugiados. Pero las agencias de la ONU temen que las minas antipersonales plantadas en la región pongan en peligro la vida de sus funcionarios. (FIN/IPS/tra- en/po/mn/ceb/mp/ip pr/99