Los avances que tuvo este año el movimiento por los derechos humanos complicaron la vida de dictadores y criminales de guerra, según el informe anual de Human Rights Watch (HRW) que analiza la situación en 68 países.
No sólo deben tener más cuidado cuando viajan al exterior, aun para recibir tratamiento médico, sino que pueden sufrir la intervención directa de fuerzas internacionales en sus países, señala el informe de HRW, divulgado en Washington este jueves en la víspera del Día Internacional de los Derechos Humanos.
"El precio que deberán pagar quienes violan los derechos humanos es sustancialmente mayor hoy que lo que era hace sólo unos años", declaró Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW, la principal organización de derechos humanos de Estados Unidos.
En 1999, la soberanía nacional se vio obligada a ceder a la acción internacional en los casos de gobiernos acusados de crímenes contra la humanidad, sostuvo.
Los hechos más destacados del año fueron la intervención militar por razones humanitarias de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra el gobierno yugoslavo en Kosovo, y la presión internacional contra Indonesia para obligarla a aceptar la fuerza multilateral de paz en Timor Oriental, según el informe de HRW.
También se destacan el primer procesamiento por crímenes de guerra de un jefe de Estado en funciones -el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic- y la decisión de un tribunal británico de que el ex dictador chileno Augusto Pinochet puede ser extraditado a España para ser juzgado por abusos cometidos durante su dictadura (1973-90) en Chile.
El procesamiento de crímenes de guerra y casos de genocidio por tribunales penales internacionales en la ex Yugoslavia y en Ruanda, así como la creciente voluntad de las cortes nacionales, sobre todo en Europa, para condenar graves violaciones cometidas fuera de sus fronteras, también socavan la idea tradicional de la soberanía nacional, agrega HRW.
El hecho de que 91 países hayan firmado el Tratado de Roma de 1998 para crear el Tribunal Penal Internacional (TPI) hará posible que el mismo entre en funciones dentro de dos o tres años, aventuró Roth.
Aunque sólo cinco de los 60 países que deben ratificar el tratado para que entre en vigor lo han hecho, muchos países piensan ratificarlo en el año 2000, a pesar de la oposición de Estados Unidos, agregó.
Estos acontecimientos "predicen una era en que la defensa de los derechos humanos puede evolucionar de un paradigma de presión basado en las leyes internacionales de derechos humanos a uno de aplicación de la ley", según HRW.
El informe rindió un homenaje especial a lo que llama la "Doctrina Annan", nombrada así en referencia al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan.
En su controvertido discurso durante la apertura de la Asamblea General de la ONU en septiembre, Annan insistió en que la soberanía debe ceder ante la necesidad de detener los crímenes contra la humanidad.
Diez días antes, según HRW, Annan advirtió a altos funcionarios indonesios sobre la posibilidad de ser procesados por este tipo de crímenes si no detenían la violencia en Timor Oriental que se desencadenó cuando milicias proindonesias se opusieron a la independencia del territorio, o si no permitían el ingreso de una fuerza multinacional para poner orden.
"Este pronunciamiento fue tan importante que merece llamarse la 'doctrina Annan' ", señaló HRW.
La advertencia de Annan, aunque no es obligatoria, apunta al novel principio de que los gobiernos que no puedan o no quieran impedir matanzas podrán ser procesados penalmente si no permiten la intervención internacional.
El informe de HRW parece sumarse al debate sobre el equilibrio entre la soberanía nacional y los derechos humanos.
Ese debate creció desde el fin de la guerra fría y a medida que el Consejo de Seguridad de la ONU y las potencias occidentales usaron la doctrina de la "intervención humanitaria" para justificar las intervenciones, a veces con fuerza militar, en los asuntos internos de países donde se cometieron graves infracciones.
La doctrina se usó por primera vez tras la guerra del Golfo cuando grandes zonas de Iraq se declararon "prohibidas para el vuelo" para proteger a la población local de los ataques de los aviones de guerra de Bagdad.
En la primera mitad de esta década también se usó como pretexto para las intervenciones en Haití y Somalia.
Este tipo de intervenciones alcanzó su punto máximo este año cuando los gobernantes de las potencias invocaron expresamente la doctrina en conexión con las crisis en Kosovo y Timor Oriental.
"Recordaremos a 1999 como el año en que la soberanía cedió en lugares donde se perpetraban crímenes contra la humanidad", dijo Roth.
A pesar de los avances, el informe también mencionó los problemas de aplicación de los nuevos principios.
"Africa parece haber sido especialmente olvidada", señala en referencia a los fracasos de la intervención de la ONU en Somalia, en 1993, y de la comunidad internacional que no pudo evitar el genocidio en Ruanda, en 1994.
El agravamiento de las crisis en Kosovo y Timor Oriental antes de que el mundo interviniera reveló la incapacidad de anticiparlas, agrega.
Otros problemas de violencia y polarización ocurren en la provincia rebelde de Aceh, Indonesia, en Burundi y Colombia, indicó Roth.
HRW también criticó la forma en que la OTAN intervino contra Yugoslavia en Kosovo, y señaló que sus bombardeos, aunque intentaron minimizar las víctimas civiles, pretendieron perturbar la vida civil.
"El resultado fue una peligrosa inversión de los principios de acción humanitaria", según el informe, que señaló que, para evitar los riesgos a sus soldados, la OTAN no tomó las medidas más efectivas para evitar las muertes de civiles y la expulsión de albanokosovares.
"Aunque las acciones de la OTAN en Kosovo mostraron la creciente voluntad de pasar por alto la soberanía para detener los crímenes contra la humanidad, también evidenciaron la preocupante falta de respeto por los principios de humanitarismo", agregó HRW.
La "ética destructiva" de este enfoque se puede ver en la ofensiva militar de Rusia en la provincia rebelde de Chechenia y en los ataques de Israel contra Líbano, señaló. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/aq/hd/99