Cuba descartó problemas en sus sistemas informáticos al recibir el nuevo año, luego de dar por terminado un programa para enfrentar la llamada "falla del milenio".
Autoridades del sector aseguraron que gracias al trabajo de unos 30.000 especialistas, iniciado en 1996, los ordenadores y sistemas computarizados de todo el país podrán ser operados con toda seguridad a partir del 1 de enero.
El error del milenio, también llamado Y2K, tiene que ver con la incapacidad de los viejos programas informáticos de reconocer el año 2000 debido al sistema binario que utilizan. La consecuencia es que podrían leer el 2000 como el 1900, ya que sólo reconocen las dos últimas cifras, 00.
El problema podría manifestarse en la pérdida de información, paralización parcial de los ordenadores, daños de bases de datos o el mal funcionamiento de los relojes internos de equipos electrónicos, entre otros efectos.
El ministro de la Industria Sideromecánica y Electrónica (SIME), Ignacio González Planas, dijo que la isla invierte anualmente 100 millones de dólares en el sector informático.
La política encaminada a "informatizar a toda la sociedad" mencionada por González incluye inversiones en nuevas tecnologías y programas para computadoras, así como en equipos de última generación.
"Con seguridad podemos afirmar que todos los sectores del país entrarán en el cercano 2000 sin errores en sus sistemas de computación", subrayó al entregar sus certificados de garantía a 28 instituciones nacionales.
Entre las primeras entidades cubanas en ajustar sus sistemas para evitar ser afectados por el Y2K figuran el Instituto de Aeronática Civil, el Banco Central (extensivo a todo el sistema bancario), el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y la corporación CIMEX.
Aun considerando que las consecuencias para Cuba no serían las mismas que en países de mayor desarrollo tecnológico, las autoridades crearon la Dirección Nacional de Informática para encargarse del asunto.
La primera fase de la estrategia trazada por el SIME apuntó a la asimilación y comprensión del tema, en tanto la segunda condujo a la formación de los técnicos y especialistas encargados de detectar el problema y darle solución.
En su última fase, el trabajo estuvo centrado en el diagnóstico e los equipos en todo el país y la conversión de los sistemas.
Según expertos, cerca del 34 por ciento de las computadoras de la isla no son compatibles con las modificaciones que fue preciso introducir para evitar el error del milenio, pero un 50 por ciento de ellas pueden ser usado, pues no se afectan con cambio de fecha o se aplican en tareas docentes.
El resto de las computadoras afectadas, unas 11.0000, debieron ser sustituidas.
A la par del trabajo técnico de diagnóstico y conversión, la preparación contra la falla del 2000 fue respaldada por el gobierno mediante disposiciones ministeriales de obligatorio cumplimiento.
Una rsolución estableció la creación de comisiones encargadas del asunto en todas las entidades y normativas de cómo proceder con sus equipos, mientras otra especifica el proceso de certificación del año 2000.
También se establecieron planes de contingencia para el caso hipotético de que fallen las precauciones, con instrucciones claras de qué hacer en cada caso.
En un aeropuerto, por ejemplo, los directivos y técnicos deben conocer cómo funciona manualmente y cuáles corredores aéreos resulta más conveniente usar, comentó al respecto un directivo del área informática.
El sector turístico, el más dinámico de la economía cubana, también adoptó planes especiales de emergencia, sobre todo teniendo en cuenta que la llegada del 2000 coincide con la temporada de mayor afluencia de viajeros al país.
Siguiendo la práctica mundial, en Cuba se recomienda a los propietarios de equipos solicitar a sus suministradores comerciales la certificación de "producto conforme para el 2.000".
La isla integró junto a México y los países de América Central y el Caribe un grupo regional para coordinar acciones de prevención internacional del problema en el marco de Naciones Unidas. (FIN/IPS/pg/dg/if-sc/99