El nuevo secretario general de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), Norman Girvan, de Jamaica, afirmó que los países de la región deben liberalizar su comercio y lograr un desarrollo económico sustentable.
Girvan, un economista, dijo a IPS que la cooperación y la integración del Caribe han cobrado mayor importancia tras el fracaso de la III Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), realizada hace dos semanas en la ciudad noroccidental estadounidense de Seatle.
Durante un encuentro que se realizará en Puerto España a fines de enero del año 2000, una comisión técnica de la AEC analizará una propuesta para establecer en la región un arancel de cinco por ciento, que será considerada luego por la próxima cumbre de la Asociación.
"Tal vez sería posible construir un esquema de comercio libre en forma total o parcial, sobre la base de nuevos retos", dijo Girvan tras ser elegido para desempeñarse como secretario general por un período de cuatro años.
A tal efecto, propuso aumentar la participación de los países de habla inglesa, francesa y española en la AEC, que cuenta con 25 Estados miembros y 14 observadores de América Latina, Africa y Europa.
Girvan advirtió que se está produciendo una transformación en el enfoque de las relaciones mundiales, y opinó que durante los próximos diez años podría desaparecer el Convenio de Lomé, que ha otorgado beneficios en el comercio con Europa desde 1975 a los llamados países ACP (de Africa, el Caribe y el Pacífico).
El economista indicó que si así ocurre "no tendría significado pertenecer o no pertenecer a Lomé", pero estimó que la idea de adoptar medidas en el marco del desarrollo común encuentra cada día nuevos simpatizantes.
"Debemos construir un puente de comunicación para fortalecer la conciencia del Caribe, y desarrollar iniciativas que permitan el desarrollo de actividades como el turismo, el transporte, el comercio y la protección ambiental, de las cuales depende el futuro de nuestros países", enfatizó.
Girvan recordó que en un informe a los jefes de Estado y de gobierno del Mercado Común del Caribe (CARICOM), la Comisión de las Indias Occidentales propuso la creación de la AEC, con el propósito de dar un mayor impulso a la región.
La cumbre inaugural de la AEC se realizó en Trinidad y Tobago en agosto de 1995, y aprobó una Declaración de Principios y un plan de acción.
Girvan opinó que en la V Reunión Ordinaria del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la AEC, que se inauguró el domingo en Panamá, se alcanzaron avances a favor de la unidad.
Durante ese encuentro, las comisiones técnicas analizaron los progresos relacionados con la creación de una zona de turismo sustentable, la unión del Caribe por aire y mar, la aplicación de acuerdos de cooperación para enfrentar desastres naturales y el desarrollo de una estrategia ambiental.
Los cancilleres de la AEC también repasaron iniciativas dirigidas a reconocer al Caribe como un área especial en el contexto del desarrollo sustentable y apoyaron la creación de mecanismos de cooperación en el campo tecnológico.
Girvan aseguró que confía en los esfuerzos desplegados por Estados miembros para lograr un amplio desarrollo del turismo, la principal fuente de divisas en la región.
"Los problemas que en el pasado nos dividieron pueden unirnos ahora, porque ha madurado una conciencia colectiva", apuntó.
Entre los problemas que han provocado diferencias comerciales entre países de la región figura el proteccionismo de la Unión Europea a las exportaciones de banano, azúcar y ron provenientes de sus antiguas colonias en el Caribe.
No obstante, el Consejo de Ministros de la AEC, reunido en la capital panameña en el marco de la transferencia del canal interoceánico a Panamá, privilegió una agenda inspirada en la cooperación y procuró dejar de lado las cuestiones conflictivas.
Girvan señaló que si la AEC no existiera los países caribeños deberían inventarla, porque hay una necesidad de promover el desarrollo común y alguien tiene que hacerlo de forma efectiva.
Añadió que esa necesidad obliga a estrechar los lazos culturales con los pueblos de Mesoamérica y Sudamérica, para asumir un papel activo en la protección de la cuenca del Caribe, amenazada por el deterioro de sus aguas y zonas costeras de singular belleza natural. (FIN/IPS/dc/mp/if ip/99)