ALEMANIA: Nueva ley de ciudadanía genera confusión

Alemania inició una fuerte campaña publicitaria para que los extranjeros que residen en este país, muchos de ellos desde hace décadas, soliciten la ciudadanía alemana bajo una nueva ley que entrará en vigor el 1 de enero.

Según la nueva ley, la nacionalidad no se otorgará sólo a los que pueden probar lazos de sangre.

La ley permitirá a los niños nacidos en suelo alemán retener las nacionalidades de cada uno de los padres y ser acreedores al pasaporte alemán hasta la edad de 23 años, cuando deberán optar por una sola. El período de naturalización para adultos se acortará a ocho años en lugar de los 15 actuales.

En Berlín, carteles de un niño turco con la famosa frase que pronunciara en la ciudad el extinto presidente estadounidense John Kennedy, "Ich bin ein Berliner" (Yo soy un berlinés) invadieron la ciudad. Otro, que muestra un grupo de amigos de orígenes étnicos diferentes, dice "típicos alemanes".

La campaña incluye anuncios, concentrados en 25 ciudades que tienen gran proporción de extranjeros, grandes avisos en los diarios y folletos de propaganda. Una línea telefónica multilingüe fue instalada para responder a las preguntas.

El gobierno aseguró que cesarán las trabas a las solicitudes para la ciudadanía.

Sin embargo, las distintas normas vigentes en los estados alemanes y la falta de pautas sobre la manera de interpretar la nueva ley, amenazan con el caos y la demora en la concesión de pasaportes.

También podría impedir que reciban el pasaporte extranjeros que cumplen las condiciones en algunos estados pero no en otros.

La semana pasada, los ministros del Interior de los 16 estados alemanes acordaron, tras ásperas discusiones, adoptar pautas en común para interpretar la ley, sobre todo con respecto del grado de dificultad que tendrán las pruebas de conocimiento del idioma alemán.

Pero la iniciativa es considerada insuficiente, porque aún debe ser presentada en el Bundesrat, la cámara alta del parlamento en la cual están representados los estados y donde hay una mayoría conservadora opuesta a la ley que, probablemente, insistirá en una interpretación más severa de la medida.

El ministro federal del Interior, Otto Schilly, anunció que, los solicitantes deberán probar que son "leales a la Constitución" y capaces de integrarse a la sociedad. Esto significa que deben aprobar un examen de alemán.

Cuando se redactó el proyecto de ley en medio de gran controversia e histeria xenófoba en algunos estados, a estos se les otorgó la libertad de interpretar cómo comprobar esa lealtad y capacidad de integración.

La coalición gobernante, integrada por socialdemócratas y verdes, juzgó que bastaría una charla en alemán entre el peticionante y el funcionario a cargo, sin intérprete.

Las pruebas escritas que exigen algunos estados con gobiernos conservadores se consideran un problema para los inmigrantes porque el alemán escrito es diferente al idioma hablado y tiene una gramática complicada.

La Liga Turca expresó que hay un vasto grupo de turcos que cumplen con las condiciones de integración, y a los cuales se podría dar la ciudadanía, pero sólo se hacen entender oralmente porque les resulta muy difícil escribir en alemán.

Los 16 ministros del Interior acordaron que la prueba consistirá en leer un diario y explicar oralmente el contenido de una noticia. Un portavoz del ministerio federal del Interior admitió que esa regla significa "una fuerte restricción comparada con la situación legal previa".

La ley actual sólo especifica que los aspirantes a la ciudadanía deben demostrar "un conocimiento adecuado de la lengua".

Incluso después del acuerdo interestatal de la semana pasada, el ministro del Interior de Bavaria dijo que hasta que las pautas federales sobre el idioma sean convertidas en ley en marzo o abril, su estado aplicará reglas lingüísticas propias.

Un político del Partido Verde, Cem Ozdemir, alemán de ascendencia turca, admitió que las prácticas de nacionalización en los diferentes estados aún pueden variar mucho.

Incluso con el acuerdo logrado menos de un mes antes de la entrada en vigor de la ley, la confusión reina en los ayuntamiento mientras las autoridades locales comienzan a procesar las solicitudes de ciudadanía.

Muchos ayuntamientos creen que la nueva ley será modificada en su pasaje por la cámara alta, y no se descuentan futuras postergaciones.

"Si no conseguimos pronto las pautas definitivas sobre cómo administrar los exámenes, será un caos", expresó Gaby Ziegenhagen, titular de la Unidad de Ciudadanía del distrito berlinés de Schoeneberg. "Todavía no se sabe quién podrá tener la ciudadanía a comienzos del 2000 y quién no".

"Aún no tenemos ninguna explicación de cómo se interpretará la ley de ciudadanía', declaró Manfred Nowak, funcionario a cargo del distrito berlinés de Wedding, con una numerosa población turca.

El efecto será demorar el proceso de solicitud hasta que las pautas tengan fuerza legal, prolongando así la espera por la ciudadanía.

De todos modos, la asesora del gobierno federal sobre asuntos de extranjeros Marieluise Beck dijo que el país espera registrar más de un millón de nuevos ciudadanos en el 2000, más del triple del año pasado.

La coalición gobernante de centro-izquierda espera que la nueva ley, aprobada a comienzos de este año luego de meses de agrios debates y amarga oposición por parte de los conservadores democristianos, ayudará a integrar a 7,3 millones de extranjeros que constituyen 10 por ciento de la población del país.

Del total de extranjeros, 20 por ciento nació en Alemania.

Beck señaló que unos 100.000 niños nacen anualmente en Alemania de padres con otras nacionalidades, y hay otros 700.000 niños menores de 10 años que podrán tener el pasaporte en menos de un año si lo piden.

Del total de extranjeros, 2,1 millones son turcos, muchos de los cuales han estado en el país desde hace décadas. La mitad de todos los residentes extranjeros vivieron en Alemania más de 10 años, y un tercio más de tres décadas.

Desde que se lanzó la campaña el mes pasado, alrededor de 50 por ciento de los 2,1 millones de turcos residentes en el país indicaron que solicitarán la ciudadanía. Aquellos que no lo hicieron son sobre todo los más viejos, que no quieren deshacerse de sus pasaportes por motivos sentimentales. (FIN/IPS/tra-en/ys/ak/ego/aq/hd/99

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