El proyecto de nueva Constitución de Venezuela que será sometido referendo el 15 de diciembre propone que el país pase a llamarse República Bolivariana de Venezuela, y la iniciativa está causando polémicas.
El presidente Hugo Chávez propuso y defendió sin tregua esa propuesta como homenaje al prócer Simón Bolívar, líder de las luchas por la independencia de España en las primeras décadas del siglo XIX. Bolívar nació en Caracas en 1783 y murió en la localidad colombiana de Santa Marta en 1830.
Casi nadie cuestiona el valor de Bolívar y de sus ideas, pero muchos venezolanos no están de acuerdo con el cambio de nombre, cuyos críticos han alegado que resultaría innecesario, costoso, ridículo o cargado de un sentido ideológico impropio.
En diciembre los ciudadanos deberán votar por "Sí" o el "No" al proyecto redactado por una Asamblea Constituyente de 131 miembros, elegida el 25 de julio, la cual comenzó a funcionar el 3 de agosto y entregó el resultado definitivo de sus trabajos el 19 de noviembre.
En la primera línea del artículo 1 del proyecto se establece que el país se llama República Bolivariana de Venezuela.
Desde entonces la campaña por el "No" a la nueva Constitución ha adquirido una inesperada visibilidad, y la mayor parte de las personas partidarias del rechazo coinciden en criticar el cambio de nombre.
La iniciativa tuvo un trámite accidentado en la Asamblea Constituyente, pese a que en ella tuvo amplísimo predominio el oficialista Polo Patriótico. En la primera discusión plenaria de la cuestión, una clara mayoría descartó el cambio de nombre.
Muchos asambleístas cambiaron su posición cuando volvió a tratarse el punto, y en medios locales trascendió que eso se había debido a la insistencia de Chávez en su propuesta.
"El nombre de la República una vez aprobada la nueva Constitución será 'República Bolivariana de Venezuela"', dice la disposición transitoria decimoséptima, aprobada por la Asamblea para facilitar la aplicación de la nueva carta fundamental.
Las autoridades e instituciones públicas o privadas estarán obligadas "de manera inmediata" a utilizar el nuevo nombre cuando emitan documentos.
Se previó, sin embargo, que las dependencias administrativas empleen hasta que se agote su actual papelería, con la denominación "República de Venezuela", y se prevé un plazo de hasta cinco años para completar la transición hacia el uso plena del nuevo nombre.
Una de las críticas más difundidas a la iniciativa fue plenateada por el constituyente Hermann Escarrá, un destacado especialista en derecho de las filas del oficialismo, quien consideró que la Asamblea había incurrido en un "exceso de poder" al introducir la propuesta.
"Se divide al país innecesariamente en bolivarianos y no bolivarianos", señaló Escarrá en una entrevista difundida a comienzos de esta semana.
El adjetivo está fuertemente vinculado con el "chavismo", alegó Escarrá, quien recordó que el actual presidente fue dirigente del Movimiento Militar Bolivariano, que intentó sin éxito dar un golpe de Estado en febrero de 1992.
"Yo entiendo la parte idealista del presidente, pero eso no puede llevarlo a modificar el nombre de una república con 22 millones de habitantes", comentó el constituyente.
Chávez es un ferviente admirador de la figura y las ideas de Simón Bolívar. Suele citar de memoria pasajes de los escritos en los cuales el prócer expuso sus ideas sobre la libertad, el gobierno y el destino de las nacientes repúblicas americanas. (FIN/IPS/lc/ip/99
