EUROPA: La guerra fría resurge en cumbre de la OSCE

Las fricciones propias de la guerra fría no estarán ausentes de la cumbre de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) que comenzará este jueves en Turquía, aunque la situación actual es muy distinta a la de 1975, cuando se creó el foro.

Estados Unidos y sus aliados buscarán concentrar la atención en la ofensiva militar de Rusia contra guerrilleros islámicos en Chechenia, pero Moscú advirtió que no tolerará la intervención extranjera en lo que considera un asunto interno.

"Si cualquier país intenta politizar el problema, usarlo en contra nuestro, será muy difícil tener una atmósfera constructiva en la cumbre" de Estambul, declaró el canciller ruso Igor Ivanov este miércoles.

Rusia está decidida a no ser reducida al papel de un jugador de segunda clase en el ámbito internacional, sobre todo en Europa oriental y Asia central. Chechenia es la respuesta rusa a la guerra de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra Yugoslavia, sostienen los analistas.

Pero a las organizaciones de derechos humanos no les preocupa sólo la crisis en Chechenia, sino también los abusos cometidos en Kosovo, el Cáucaso y Turquía, señaló el grupo estadounidense Human Rights Watch (HRW).

"Casi 25 años después de firmados los Acuerdos de Helsinki (que crearon la OSCE)", los retos que enfrenta la organización "son tan importantes hoy como en 1975", declaró HRW en una carta dirigida a los jefes de Estado y de gobierno de los 62 países que estarán representados en la cumbre.

"La guerra devasta nuevamente a Chechenia, la frágil paz de Kosovo es amenazada por la constante violencia étnica, y Asia central se columpia al borde de la violencia regional", advierte la carta.

El Consejo Mundial de Iglesias (CMI), con sede en Ginebra, se sumó a las críticas contra Rusia este miércoles en una carta enviada a Alexy II, el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa.

El secretario general del CMI, Konrad Raiser, deploró "el uso desproporcionado e irresponsable de la fuerza empleada por las fuerzas militares rusas que contribuye con la crisis humanitaria".

Pero el presidente ruso Boris Yeltsin dijo que asistirá a la cumbre de Estambul para defender la ofensiva contra Chechenia, que seguirá hasta "que los bandidos en el oeste de Rusia sean erradicados hasta el último hombre", aseguró.

"Rusia actúa en Chechenia de acuerdo con las normas internacionales civilizadas", declaró Yeltsin a la prensa este miércoles en Estambul.

La guerra en Chechenia ayudó a las autoridades turcas a evitar la discusión pública sobre la situación de derechos humanos en este país.

Pero HRW instó a la Unión Europea (UE) a "presionar al gobierno turco para hacer de la Cumbre la ocasión de anunciar pasos concretos hacia la reforma, especialmente para promover la libertad de expresión, alcanzar el pluralismo auténticamente democrático y sin límites, eliminar la tortura, y cesar la persecución contra los defensores de los derechos humanos".

El primer ministro turco Bulent Ecevit "expresó apoyo a la libertad de expresión, pero sólo en términos generales, y no hubo intentos serios para retirar del código penal artículos que mandaron a la cárcel a periodistas, escritores y académicos", agrega la carta.

Ankara espera que la cumbre sea un trampolín para su antiguo deseo de ingresar a la UE y tener un papel más visible en la región. El gobierno considera un apoyo a su gestión la visita del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, que llegó a Turquía el domingo.

Ankara buscará que en la cumbre se firme un acuerdo con Azerbaiján para constuir un oleoducto que trasladará petróleo del mar Caspio al puerto de Ceyhan, en el sur de Turquía. El gobierno espera que el país se convierta en un protagonista del sector energético.

Las autoridades adoptaron rigurosas medidas de seguridad para la cumbre. Unas 100 personas fueron detenidas en redadas policiales contra organizaciones de izquierda esta semana, mientras 300 más fueron arrestadas el domingo en manifestaciones contra la visita de Clinton.

"La OSCE evolucionó a una formación diferente desde la firma del Acta Final de Helsinki en 1975", observó Turgut Tarhanli, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Bilgi, de Estambul.

"Defiende la economía de mercado, la libertad de expresión y la libertad de conciencia. Otrora punto de reunión entre Occidente y Oriente, ahora… es un foro del 'primer mundo', cerrado al 'tercer mundo' y bajo la hegemonía de Estados Unidos", dijo.

Por lo tanto, la cumbre "se ocupará de los conflictos en el Cáucaso, los Balcanes y la región del mar Negro. Pero esta no es sólo una misión diplomática, sino también económica", aseguró.

Varios puntos se tratarán en la cumbre, como Chechenia, el Cáucaso y Medio Oriente. El documento final se negocia desde hace meses y no tiene sorpresas, hasta el momento.

Hrant Dink, editor de Agos, semanario de la minoría armenia en Estambul, es optimista sobre el impacto que tendrá la cumbre en la situación de su comunidad y otros grupos étnicos en Turquía.

"Occidente cambió su tono crítico hacia Turquía. Ahora el mensaje es que 'le conviene a Turquía mejorar la situación de los derechos humanos', y Ankara lo acepta y responde a ese estilo de acercamiento. Creo que la cumbre tendrá un impacto positivo" para el país, dijo Dink a IPS.

Mientras, líderes exiliados del separatista Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) anunciaron su disposición a "aceptar cualquier decisión de la OSCE dirigida a solucionar el conflicto kurdo".

El consejo presidencial del PKK también instó a la OSCE a "asumir su responsabilidad para corregir la injusticia histórica cometida contra los kurdos". (FIN/IPS/tra-en/nm/ak/aq/ip/99

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