DESARROLLO: Loas terremotos pueden mitigarse con prevención

Los países en desarrollo necesitan crear conciencia de los riesgos de terremotos debido al rápido aumento del peligro sísmico urbano, aconsejó un grupo de investigación establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La Iniciativa Radius, un proyecto de instalación de instrumentos de evaluación de riesgos para el diagnóstico de zonas urbanas contra las catástrofes sísmicas, recomendó también dotar de orientaciones y asesoramiento a los países en desarrollo amenazados.

Los expertos aseguraron que en la actualidad disponen de los instrumentos prácticos para reducir las consecuencias de los temblores de tierra antes de que se produzcan.

La actividad sísmica en el mundo en 1999 resultó moderada pese a algunos terremotos severos, como los registrados en Turquía, Grecia y Taiwán, dijo Philiuppe Boullé, director de la Secretaría de la Década Internacional de Prevención Desastres Naturales (IDNDR), el organismo de la ONU que lanzó la Iniciativa Radius.

En cambio, en los primeros 90 años de este siglo, los terremotos han sido una de las amenazas más letales y destructivas de la naturaleza, con un saldo de muertes de alrededor de un millón y medio de personas.

Los movimientos registrados en Turquía, Grecia y Taiwán remarcaron la importancia de las medidas de prevención a largo plazo para asegurar mayor resistencia de las ciudades ante los temblores.

La Iniciativa Radius, financiada por el gobierno de Japón, realizó un estudio durante los últimos dos años para obtener una evaluación comparativa de la magnitud, las causas y las fórmulas de gestión del riesgo sísmico en ciudades de todo el mundo.

Otro objetivo de la investigación se proponía identificar a las ciudades que enfrentan el desafío de amenazas de terremotos similares. Al concluir los trabajos, Radius intentaba dejar instalado un foro donde las ciudades pudieeran compartir sus experiencias de terremotos y de gestión del riesgo sísmico.

El estudio se concentró en nueve ciudades seleccionadas: Addis Abeba (Etiopía), Antofagasta (Chile), Bandung (Indonesia), Guayaquil (Ecuador), Esmirna (Turquía), Skopie (Macedonia), Tashkent (Uzbekistán), Tijuana (México) y Zigong (China).

La primera fase de la investigación consistió en una estimación del riesgo sísmico de las ciudades, establecido a través de un escenario de perjuicios ocasionados por un terremoto. La labor se completó con una planificación de la gestión del riesgo, mediante un plan de acción.

El estudio de los casos de las nueve ciudades contribuyó a incrementar de manera considerable la conciencia del público, pues las actividades de los investigadores fueron divulgadas profusamente por los medios de comunicación.

El trabajo de los expertos favoreció asimismo una colaboración estrecha entre el sector científico y las autoridades locales.

En el futuro, los instrumentos prácticos de la Iniciativa Radius serán empleados en muchas ciudades para realizar tareas similares de reducción de los perjuicios ocasionados por los terremotos.

El director del proyecto, Kenji Okazaki, estimó que si Radius se aplica en forma correcta, "ayudará a salvar vidas y propiedades'.

Sin embargo, los expertos previnieron que Radius sólo representa el primer paso de un extenso trayecto, pues la reducción del riesgo sísmico es una empresa de largo aliento.

La concreción del objetivo de Radius, de ciudades sísmicamente seguras, demandará decenios porque son sumamente dificultosas las tareas de fortalecer las actuales construcciones vulnerables o de trasladar su ubicación.

En los casos de las nueve ciudades estudiadas, los riesgos sísmicos continuarán aumentando a menos que se adopten medidas inmediatas, admitió el informe de los resultados de la Iniciativa Radius, divulgado la semana pasada en Ginebra.

Pero el estudio ayudará a extender la conciencia entre las comunidades, a otorgar prioridad a la planificación del uso de la tierra conforme a normas de edificación, a readaptar las estructuras existentes y, en especial, a promover el manejo preventivo de los daños sísmicos.

"A pesar de los avances en el campo científico, hasta ahora carecemos de elementos para anticipar los terremotos", precisó Boullé.

"En términos generales, estimamos que en los próximos 50 años todavía no dispondremos de los instrumentos prácticos para la toma de decisiones en esta materia, para el manejo de las crisis y para un sistema de alerta temprana. Pero tal vez necesitaremos más tiempo", insistió.

Los estudios realizados sobre el comportamiento de la falla de Anatolia, en Turquía, sugieren que en la próximas décadas se producirá un gran terremoto en el área cercana a la histórica ciudad de Estambul.

Pero ese terremoto puede desencadenarse mañana, dentro de tres años, o dentro de 30 o 40. No estamos en condiciones de predecir eso, declaró el director de IDNDR.

En cambio, el organismo de la ONU puede examinar con las municipalidades de Estambul y de otras ciudades de esa región la realización de estudios y la aplicación de medidas para reducir la vulnerabilidad de los principaeles elementos amenzados. (FIN/IPS/pc/ag/en/99

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