El futuro de un niño de cinco años involucrado por su madre en un caso de tráfico ilegal de personas enfrenta de nuevo a Cuba con Estados Unidos, dos semanas antes de una nueva ronda de conversaciones sobre migración.
Elián González, de cinco años, sobrevivió al naufragio de una embarcación que con 14 personas a bordo intentó tocar la costa estadounidense, y ahora es reclamado desde la isla por su padre, Juan Miguel González Quintana.
En tanto, familiares del niño en Miami, santuario del exilio cubano en Estados Unidos, se muestran dispuestos a emprender una batalla legal para evitar su devolución a la isla, en un caso que amenaza con enrarecer las ya complejas relaciones bilaterales.
La nave zozobró el día 25 cerca de la costa del estado de Florida, distante 180 kilómetros de Cuba, desde donde había salido tres días antes, con "exceso de peso" y pese "al mal estado del tiempo", de acuerdo con un comunicado de la cancillería cubana.
Sólo Elián y otros dos pasajeros se salvaron del desastre, que costó la vida a Elizabeth Brotón Rodríquez, madre del niño, sacado de Cuba "inconsulta e ilegalmente", según González Quintana, cuyo reclamo es apoyado por las autoridades de su país.
"En correspondencia con esta petición personal, el Ministerio de Relaciones Exteriores ha iniciado los trámites oficiales a través de la Sección de Intereses de Estados Unidos en nuestro país, a fin de que el niño secuestrado sea devuelto cuanto antes a su padre", afirmó una nota oficial.
No se descarta que La Habana acuda en su reclamo a foros internacionales como la Organización de las Naciones Unidas o la Corte Internacional de Justicia de La Haya, según conjeturas de medios judiciales.
A su vez, los tíos abuelos de Elián residentes en Estados Unidos cuentan con el apoyo de grupos de presión cubanos que operan en el Congreso (parlamento) en Washington y la influyente Fundación Nacional Cubano-Americana, que al parecer aprovechará el caso en su campaña contra el gobierno de Fidel Castro.
Esa entidad anticastrista editó un cartel con la foto de Elián para distribuirlo esta semana en Seattle, capital del estado de Washington donde se celebrará desde este martes la reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), a la cual posiblemente asista el presidente cubano.
Portavoces de la Fundación consideraron la tragedia "resultado directo" de la revolución que encabeza Castro y anunciaron su respaldo a los tíos abuelos del niño "en todos los esfuerzos que estén a su alcance", según el diario El Nuevo Herald, de Miami.
En su declaración difundida en las últimas horas por la prensa estatal, la cancillería responsabilizó de la tragedia al gobierno de Estados Unidos "por la forma insensata en que desde ese país se promueve, estimula y premia la emigración ilegal".
Además, calificó de "estúpida" la Ley de Ajuste Cubano, que privilegia la situación de los ciudadanos de la isla que logran pisar suelo estadounidense, aunque sea de manera ilegal.
El comunicado sitúa dentro de esa campaña de estímulo la "incesante exhortación de las emisiones (de radio) subversivas, que en número superior a las 1.000 horas semanales se trasmiten hacia Cuba, a desobedecer las normas legales para emigrar".
El auge del tráfico ilegal de personas cobró ya numerosas víctimas este año y constituye un punto aún sin resolver en esta materia, la única que hasta el momento logró sentar a Washington y La Habana a una mesa de negociaciones.
Portavoces oficiales cubanos confirmaron que las preocupaciones en torno de ese problema deberán figurar en la agenda de las conversaciones que autoridades de los dos países prevén sostener el 13 de diciembre en La Habana.
La reunión será una de las que con regularidad celebran los dos países, de manera alterna en Nueva York y la capital de Cuba, desde la firma de los acuerdos migratorios en septiembre de 1994 y mayo de 1995.
Los convenios comprometen a Estados Unidos a conceder a ciudadanos cubanos no menos de 20.000 visas al año, a fin de lograr que el flujo migratorio entre ambos países se desarrolle de manera legal, ordenada y segura.
Ello ha permitido, desde 1994, la emigración de casi 100.000 personas sin peligro para sus vidas, aunque no se ha logrado frenar las salidades ilegales.
El servicio de guardacostas de Estados Unidos interceptó este año a más de 1.200 cubanos en el estrecho de Florida, mientras que unos 600 han logrado llegar a tierra.
Los acuerdos obligan a la repatriación de los inmigrantes a Cuba, que, a su vez, se comprometió a no tomar represalias contra ellos. Pero la Ley de Ajuste Cubano ampara a quienes logran pisar territorio estadounidense.
Esa legislación concede a emigrantes cubanos facilidades para obtener la residencia e incluso permiso de trabajo, en contradicción con las leyes migratorias que imponen duras restricciones al ingreso y permanencia de ciudadanos de otras nacionalidades.
El gobierno cubano considera que esos privilegios son el caldo de cultivo del lucrativo negocio del contrabando de personas y estableció duras sanciones contra quienes se involucren en ese delito.
Entre 30 y 40 supuestos contrabandistas de personas se encuentran hoy en cárceles cubanas, la mayoría residentes en Estados Unidos.
En septiembre, tribunales de la isla dictaron penas de prisión de 30 años y perpetua contra dos ciudadadanos estadounidenses de origen cubano envueltos en un caso de tráfico de personas que costó la vida a un hombre de 45 años e hizo peligrar la de varios menores. (FIN/IPS/pg/mj/ip pr/99