LA PAZ – Unas 700 familias indígenas guaraníes mantenidas aún hoy en condiciones de servidumbre serán liberadas en los próximos tres años con ayuda internacional.
El Consejo de Capitanes Guaraníes puso en marcha el proyecto "Rekota Tekove" (Liberación de Familias, en guaraní), con una contribución económica superior al millón de dólares aportada por el gobierno de la comunidad española de Navarra y Medicus Mundi.
Aunque la Constitución boliviana prohibe cualquier tipo de servidumbre, los gobiernos fueron indiferentes a la supervivencia de este sistema que rige en algunas zonas de los departamentos de Chuquisaca, Santa Cruz y Tarija, en el sudeste del país.
De los 14.240 indígenas guaraníes que viven en esa región del Chaco boliviano, unos 4.250 se encuentran en una situación de dependencia de hacendados para los que trabajan largas jornadas seis días a la semana y durante todo el año sin percibir salario.
A cambio del trabajo en las haciendas, los patrones les pagan a los indígenas con ropa y víveres en cantidades apenas suficiente para sus familias, pero a fin de año, cuando hacen las cuentas, en muchos casos resultan deudores de los hacendados.
En aquella región se conocen casos en que las nuevas generaciones de guaraníes comienzan a trabajar a los 10 años, heredan las deudas de sus padres ante los terratenientes y reproducen así una cadena sin fin de explotación.
Las mujeres guaraníes, que trabajan para los mismos patrones que sus esposos, no gozan de permiso durante la gestación y muchas niñas son violadas antes de cumplir 12 años.
El maltrato físico y los abusos no son menos dramáticos que la situación laboral. —-