ASIA MERIDIONAL: India busca apoyo de vecinos contra Pakistán

La cumbre de Asia meridional prevista para fin de mes en la capital de Nepal podría aplazarse por iniciativa de India, que se resiste a tratar con el nuevo jefe de gobierno de Pakistán, el general Pervez Musharraf.

Nueva Delhi se sentiría incómoda al legitimar al nuevo régimen militar paquistaní, no porque sus principios le impidan relacionarse con dictadores, sino porque ello interferiría con sus actuales prioridades de política exterior.

La prioridad de Nueva Delhi consiste en colocar a Islamabad a la defensiva y persuadir a las grandes potencias, en especial a Estados Unidos, de que sólo India es una democracia estable y responsable en Asia meridional, y por lo tanto sería una buena aliada estratégica de Washington.

Aunque India no se pronunció sobre el golpe militar del 12 de octubre ni los hechos posteriores en Pakistán, se niega a dialogar con el nuevo gobierno a menos que deje de apoyar lo que Nueva Delhi califica como "terrorismo transfronterizo" en el estado indio de Cachemira, el único de mayoría musulmana.

Así mismo, el gobierno indio despreció todas las ofertas de reconciliación de Pakistán, principalmente porque pretende aprovechar la preocupación de Washington sobre Osama bin Laden, un millonario saudí sospechoso de patrocinar actividades terroristas, y la relación de Paquistán con el movimiento radical islámico talibán, para acercarse a Estados Unidos.

Esta estrategia forma parte de una agenda más amplia de Nueva Delhi para mejorar su imagen internacional tras haber traspasado el umbral nuclear.

India pretende ser reconocida como una gran potencia asiática y hasta mundial, que merece la confianza, sobre todo, de Estados Unidos.

Así mismo, teme que Musharraf utilice la cumbre de la Asociación de Asia Meridional para la Cooperación Regional (SAARC) en Katmandú para hacer una oferta de reconciliación que suene razonable e incluya todos los temas de disputa bilateral, incluida Cachemira.

Nueva Delhi también había realizado negociaciones con el depuesto primer ministro paquistaní Nawaz Sharif, cuyos acuerdos comerciales, incluidos algunos con India, Musharraf prometió investigar por corrupción.

Varios diplomáticos indios intentaron esforzadamente persuadir a sus aliados de proponer una postergación de la cumbre, prevista para los días 26 a 28 de este mes. Si sólo uno de los siete mandatarios decide no comparecer, la cumbre no puede realizarse.

SAARC es la única expresión institucional de cooperación en una región que alberga a un quinto de la humanidad.

El periódico The Indian Express publicó el martes, en base a "una fuente diplomática de SAARC", que Bután, Bangladesh e India "solicitaron la postergación de la cumbre", aunque la cancillería sólo admitió que "hay consultas en curso".

Nueva Delhi intentó que Sri Lanka, donde se realizarán elecciones presidenciales el 21 de diciembre, le hiciera el favor, pero Colombo se rehusó.

Quizá la presidenta Chandrika Kumaratunga no desea afectar su alto perfil regional ni arriesgar sus buenas relaciones con Pakistán.

"Los hechos recientes de Pakistán no habilitan a SAARC a involucrarse en los asuntos internos de un estado miembro", declaró la cancillería de Sri Lanka, que ocupa la presidencia rotativa de la organización regional.

Pakistán aprobó la declaración y advirtió que "cualquier desviación de la carta constitutiva de SAARC y de sus prácticas, en especial en lo referente a la no interferencia en los asuntos internos de sus miembros, tendría consecuencias muy graves y perjudiciales".

Nepal, el país anfitrión, está interesado en la realización de la cumbre por una razón doméstica: el principal partido de gobierno está dividido y un importante evento regional podría ayudar a la estabilización.

Ahora, Nueva Delhi espera persuadir a Bangladesh de postergar la cumbre, pero ningún funcionario bengalí sugirió que Dhaka se negará a reconocer a Musharraf como jefe de gobierno de Pakistán ni que pedirá el aplazamiento de la reunión.

El reino de Bután podría ser una mejor opción, ya que fue por mucho tiempo un protectorado indio británico y tradicionalmente se alineó con la política exterior de India.

Cualquiera sea el resultado de las gestiones, el mensaje del gobierno de Vajpayee será que, para India, SAARC no es una prioridad y está subordinada a otros objetivos, algunos de ellos relacionados directamente con Pakistán. (FIN/IPS/tra-en/pb/an/mlm/ip/99

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