AGRICULTURA: La liberalización parece inevitable

Las condiciones actuales no son óptimas para negociar la liberalización del comercio agrícola, pero los países con fuertes intereses en este sector confían en que las naciones proteccionistas accederán tarde o temprano a una rebaja de subsidios.

Este es el clima reinante entre gobiernos y productores de países agrícolas contrarios a las subvenciones ante la Tercera Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que se celebrará del 30 de este mes al 3 de diciembre en Seattle, Estados Unidos.

Para esa reunión se prepara una declaración que pretende recoger la posición de casi 140 países acerca del comercio mundial. Del resultado de esa cita depende el lanzamiento de una ronda multilateral de negociaciones, que podría prolongarse al menos tres años.

"Estados Unidos debe dar un mensaje político muy fuerte en Seattle, porque siendo el anfitrión no puede permitirse un fracaso rotundo", dijo a IPS el economista Raúl Rocatagliata, de la Federación Internacional de Productores Agrarios.

Con vistas a esta cita, cada reunión de gobiernos este mes termina con un llamado a poner fin a los subsidios, como ocurrió en la Cumbre Iberoamericana celebrada en La Habana o, antes, en la reunión de ministros del hemisferio en Toronto, Canadá.

La resistencia de los países de la Unión Europea (UE) y Japón a eliminar los subsidios a la producción y exportación de productos agrícolas tiene trabadas las gestiones, confió a IPS Alicia Urricarriet, delegada de la Sociedad Rural argentina.

No obstante, sostuvo que el tema agrícola no se puede obviar y, por lo tanto, habrá que negociar, pues de lo contrario no habrá avances en la liberalización de ningún otro sector.

Una opinión similar expresó el embajador uruguayo ante la OMC, Carlos Pérez del Castillo, quien teme que la reunión de Seattle sea un fracaso por la intransigencia de los países proteccionistas. Sin embargo, consideró que se presentarán nuevas oportunidades en el futuro cercano.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Estados Unidos, la UE y Japón, gastan más de 300.000 millones de dólares cada año en distintos tipos de subvenciones a sus sectores agrícolas.

Los subsidios distorsionan el comercio y acentúan la baja de precios, afectando a países eficientes como los del Grupo Cairns: Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Fiji, Filipinas, Indonesia, Malasia, Nueva Zelanda, Paraguay, Sudáfrica, Tailandia y Uruguay.

El Grupo Cairns ya planteó su pretensión de conseguir un compromiso consistente para la eliminación de subsidios a la producción y a las exportaciones, así como garantizar el libre acceso a los mercados.

Para los países de Cairns -que representan 25 por ciento del comercio mundial del sector- se debe dar a la agricultura un trato equitativo respecto de otros sectores como la industria o los servicios, para los cuales los aranceles son 10 veces menores en promedio.

Urricarriet indicó que la UE y Japón rechazaron versiones del cuarto y quinto borrador de declaración ministerial propuestos por el director general de la OMC, Mike Moore, y plantearon una agenda mucho más amplia de temas a discutir.

"Ellos quieren que el tema agrícola se diluya en una lista de cuestiones más amplias que incluye servicios, propiedad intelectual, compras del sector público, inversiones, y hasta proponen abrir temas cerrados como salvaguardias o medidas contra la competencia desleal", dijo.

Moore, ex primer ministro de Nueva Zelanda, es considerado por algunos delegados europeos como un funcionario más sensible a Estados Unidos que a Europa.

En un discurso pronunciado este mes en Roma, Moore exhortó a miembros de la OMC a pensar más allá del comercio, en la necesidad de promover el desarrollo de países que necesitan colocar su producción, para que se consolide un mundo más seguro y estable.

Moore sostuvo que el estado actual de las negociaciones es serio, pero no desesperante. El clima reinante en Ginebra le hace ser optimista y aseguró que el fracaso de la reunión de la Conferencia Ministerial de la OMC es "impensable".

Al finalizar la última ronda de negociaciones comerciales, conocida como Ronda Uruguay, la influencia del Grupo Cairns, apoyado por Estados Unidos, permitió arrancar el compromiso de comenzar a negociar la supresión de los subsidios agrícolas a fines de este año.

"Esto es un mandato vinculante, aún cuando en Seattle no haya lanzamiento formal de una nueva ronda de comercio", expresó Urricarriet, quien, no obstante, admitió que la negociación "será durísima", sobre todo cuando haya que acordar la agenda para el 2000.

Los países proteccionistas no se oponen en forma explícita a la continuación de estas negociaciones, pero se niegan a elaborar el mandato que debe orientar la agenda posterior a la Conferencia Ministerial.

Pérez del Castillo advirtió que la UE y Japón no están dispuestos a definir los objetivos, el alcance, las modalidades y el cronograma de las negociaciones futuras, aunque sí pretenden avanzar en temas de su interés, pero para los cuales no hay mandato.

Urricarriet admitió que el contexto actual no es favorable al reclamo por una rebaja de los subsidios. Cuando la Ronda Uruguay comenzó, el contexto era similar, con precios bajos y un alza de cotizaciones al finalizar la rueda dio, en cambio, un nuevo impulso a la negociación.

En este sentido, la Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) señaló que los altos precios de 1996 determinaron que la cuestión de la protección agrícola pasara a segundo plano.

Pero, al caer un año después las cotizaciones, el arancel para para la importación de trigo en la Unión Europea pasó de 87 a 170 por ciento, señaló la Federación, a modo de ejemplo.

Los precios de los productos agrícolas están en baja desde la crisis financiera internacional comenzada en Asia en 1997. Hay, como consecuencia, una caída de la rentabilidad que lleva a los países a proteger sus mercados, y esa medida acentúa la debilidad de las cotizaciones.

Urricarriet comentó, además, que en Estados Unidos, donde hay elecciones presidenciales en el 2000, la opinión pública no parece muy proclive a la liberalización, debido a algunos efectos negativos que tuvo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (firmado por Washington con Canadá y México), como el desempleo.

Pero, en favor de la liberalización está la carga de los subsidios sobre el presupuesto de los países industrializados y el reclamo del Banco Mundial, que exhortó a los ministros a lanzar en Seattle una "ronda del desarrollo", que cubra las expectativas de todos, pero en especial de los países más pobres. (FIN/IPS/mv/ag/dv-if/99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe