El directorio de Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia, y la Cultura) propuso al japonés Koichiro Matsuura como director general del organismo, luego de tres sesiones de votación tras puertas cerradas este miércoles.
Matsuura, cuya candidatura debe recibir la aprobación de la Conferencia General de Unesco que se realizará en París el 12 de noviembre, sucedería al español Federico Mayor, que ese mes habrá completado el sexto año de su segundo mandato.
La aprobación se considera una formalidad, pero en el improbable caso de que la Conferencia General no ratifique a Matsuura, el directorio deberá elegir a otro candidato en las 48 horas siguientes.
Japón es el segundo contribuyente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ya que aporta cerca de 20 por ciento de su presupuesto de 1.300 millones de dólares. Tokio alega que ese es un buen motivo para acceder a altos cargos del foro mundial.
El presupuesto de la Unesco para el bienio 1999-2000 es de 550 millones de dólares.
Japón pagó la semana pasada todas sus deudas, y fue uno de los mayores contribuyentes de las actividades extrapresupuestales de la Unesco, cuyos fondos proceden de donantes voluntarios.
Estados Unidos, el mayor donante, brinda 25 por ciento del presupuesto de la ONU. Los aportes de Alemania, que representa 9,8 por ciento del total, la sitúan en tercer lugar de la lista de contribuyentes. Luego le siguen Francia, con 6,5 por ciento, Italia, con 5,4 por ciento, y Gran Bretaña, con 5,1 por ciento.
Japón se dedicó a presionar a los países en desarrollo en el período para elegir al director de Unesco, apoyándose también en su condición de segundo contribuyente de la ONU.
"Como la mayoría de los altos puestos del sistema de la ONU se otorgan a los países que más aportan al foro mundial, Japón recurre a la diplomacia de la chequera", dijo a IPS un diplomático del mundo en desarrollo.
Arabia Saudita, Australia, Egipto, Filipinas, Francia, Hungría, Indonesia, Rumania, Sri Lanka y Trinidad y Tobago también libraron una intensa competencia para obtener el cargo principal de la Unesco.
Matsuura fue embajador de su país en Andorra, Djibouti y Francia, y ahora lo es ante Unesco. Fue viceministro de Asuntos Exteriores, estudió derecho en Tokio y obtuvo un título de Economía en el Haverford College de Estados Unidos.
Publicó seis libros sobre diplomacia y economía de su país, y también sobre las relaciones de Tokio con París y con Washington.
El nuevo director de la Unesco debía proceder de un país asiático, ya que el puesto no estuvo en manos de ningún representante de esa región durante los 53 años de existencia de la agencia.
La Unesco fue creada en 1946 con el objetivo de "construir una paz mundial duradera, basada en la solidaridad intelectual y moral de la humanidad". Sus áreas de acción son la educación, las ciencias naturales, sociales y humanas, la cultura y las comunicaciones.
Los directores generales desde 1946 fueron John Huxley, de Gran Bretaña, Jaime Bodet, de México, John Taylor y Luther Evans, de Estados Unidos, V. Veronese, de Italia, René Maheu, de Francia, Amadou M'Bow, de Senegal, y actualmente, Federico Mayor, de España, que fue elegido en 1987.
El otro principal candidato para el puesto era Ismail Serageldin, de Egipto, vicepresidente del Banco Mundial, que contaba con el apoyo de 32 Premios Nobel, entre los cuales figuraban científicos, educadores y líderes culturales.
"Toda mi carrera fue una preparación para el puesto de la Unesco. Pero la política no me es favorable, aunque yo me veo como el candidato (ideal) para representar" al organismo, habría dicho Serageldin.
Pero su candidatura dividió a los países de Medio Oriente debido a la presencia de un segundo candidato árabe, Ghazi Algosaibi, embajador de Arabia Saudita en Gran Bretaña.
Algosaibi había sido aprobado por los seis miembros del Consejo de Cooperación del Golfo, y por los ministros de educación de los 22 integrantes de la Liga de Estados Arabes. (FIN/IPS/tra- en/td/ceb/aq/ip/99
