La victoria amplia y contundente del gobernante PRI en las elecciones legislativos y municipales del violento estado de Guerrero contradijo el diagnósticos de mala salud del partido que gobierna México desde hace siete décadas.
El PRI (Partido Revolucionario Institucional) va camino este lunes de adjudicarse 50 de las 76 presidencias de concejos municipales y 22 de los 28 escaños legislativos en juego, cuando se han escrutado cerca de 75 por ciento de las urnas habilitadas el domingo en Guerrero.
El centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), el principal contendiente del PRI en Guerrero, 400 kilómetros al sur de la ciudad de México, admitió la limpieza de las elecciones.
La secretaria general del PRI, Dulce María Sauri, declaró este lunes el "triunfo amplio y contundente" de su partido.
La jornada, no obstante, se celebró en un clima de tensión por pintadas atribuidas a los grupos insurgentes que operan en el estado y por el asesinato de Marcel Gatica, un militante que recibió tres tiros luego de emitir su voto.
Desde 1996 actúan en Guerrero, uno de los estados más pobres de México, el Ejército Popular Revolucionario y su escisión, el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente, cuyo último ataque dejó cuatro militares muertos.
El PRI venció también hace una semana en los comicios para elegir gobernador,diputados y alcaldes en el norteño e industrial Coahuila, un estado que era territorio del conservador Partido Acción Nacional (PAN) y adonde la oposición se presentó coligada.
La elección en Coahuila fue considerada un barómetro para medir las posibilidades de la alianza de oposición, un proyecto en el que se empeñaron durante cuatro meses ocho partidos y que finalmente abortó ante la falta de acuerdo sobre la designación del candidato único a la Presidencia.
El PRI, que en febrero había ganado la gobernación de Guerrero, hizo trizas las esperanzas del PRD, que esperaba triunfar en ese estado.
Sin embargo, el PRD se alzó con la victoria en el importante balneario de Acapulco, donde el sistema de conteo rápido se cayó en tres ocasiones sin explicación alguna, según denunciaron dirigentes de oposición.
El PRD, que gobierna desde hace dos años la ciudad de México, ganaba en 14 municipios, y el PAN en uno. La gobernadora de la capital es Rosario Robles, la primera mujer que lleva las riendas de una gran ciudad mexicana.
Robles reemplazó la semana pasada a Cuauhtémoc Cárdenas, quien renunció para competir por la Presidencia en las elecciones de julio del 2000. Es la tercera vez consecutiva en que Cárdenas compite por el Poder Ejecutivo.
El PRD aumentó su caudal de votos en Guerrero, un estado de 2,9 millones de habitantes, aunque nuevamente fu postergado por el PRI. En 1993 obtuvo 28 por ciento de los votos, en 1996 logró 36 por ciento y este año alcanzó 47 por ciento.
La tendencia en las urnas parece desdecir a quienes creían que el crecimiento logrado por la oposición es suficiente para poner en jaque al PRI, un partido que no ha perdido ni una sola elección presidencial desde su fundación en 1929.
Vicente Fox, ex gobernador del central estado de Guanajuato y candidato del PAN a la Presidencia, se mantiene a la cabeza en las encuestas con vistas a las elecciones de julio, con 39,6 por ciento de la intención global de voto.
Pero el ex secretario (ministro) de Gobernación, Francisco Labastida, del PRI, lo sigue a sólo 2,5 puntos.
Una encuesta realizada en agosto y publicada este lunes por el diario El Universal otorgó a Fox 40,8 por ciento de las preferencias, frente a 38,3 por ciento de Labastida, que mejoró cinco puntos en dos meses.
Labastida disputa la candidatura del PRI a los ex gobernadores Roberto Madrazo, de Tabasco, y Manuel Bartlett, de Puebla, así como a Roque Villanueva, ex director de una empresa estatal de seguros.
El oficialismo renunció a la tradición que facultaba al presidente en ejercicio a designar al cabdidato del partido y éste surgirá de una elección interna.
Cárdenas, considerado casi seguro postulante del PRD y quien encabezó las encuestas hasta diciembre, sólo logra ahora 18,3 por ciento de la intención de voto, como consecuencia del desgaste de su imagen en la administración de la capital, donde no obtuvo más que imperceptibles resultados.
Las elecciones en Guerrero, Coahuila y en el estado de México, colindante con la capital, que se realizaron en julio, también con victoria del PRI, fueron consideradas por los analistas como ensayos para medir las posibilidades de los partidos.
Hasta antes de los comicios de Coahuila, los observadores concedían a la oposición amplias posibilidades de ganar la Presidencia, sobre todo si llegaba en alianza.
A la luz de los resultados, el PRI se mantiene en buena forma y se fortalece, pese a los reclamos de la oposición, que lo acusa de "acarrear" (transporta) votantes y de "comprar" votos. (FIN/IPS/pf/ff/ip/99
