ESPAÑA: Un paraíso con sol y playa para la delincuencia

La costa mediterránea de España, con sus soleadas playas desde el peñón de Gibraltar hasta el límite con Francia, es un paraíso para bandas delictivas de variado signo.

El Ministerio del Interior tiene detectadas 170 bandas organizadas, con casi 5.200 delincuentes, entre los cuales hay más de 1.100 mujeres.

El 80 por ciento de esas bandas están integradas por españoles y extranjeros, 12 por ciento sólo por españoles y el restante ocho por ciento únicamente por extranjeros.

La razón de que esas bandas en su mayoría estén radicadas en la costa del Mediterráneo se encuentra en el clima, a que llegan yates de lujo de todo el mundo, la situación geográfica y la entrada cada año a España de más de 60 millones de turistas.

Además, sostiene Mariano Simancas, comisario y director de Interpol España, otro factor importante es la desaparición de las fronteras interiores en la Unión Europea, que permite viajar de un país a otro sin ningún tipo de control.

La particular situación del Peñón de Gibraltar, bajo control británico pero con una reclamación de soberanía de España, contribuye a que en las zonas españolas cercanas se concentren actividades delictivas en el terreno del lavado de dinero sucio.

En el Peñón, de sólo seis kilómetros cuadrados y una población de 30.000 habitantes, están registradas 76.000 sociedades, de las cuales 8.006 tienen filiales en territorio español.

La cancillería española ha reclamado al gobierno británico por la falta de control de esas actividades. Desde Gibraltar se lava dinero sucio, gran parte originado en el narcotráfico.

En 1998, la brigada de delitos monetarios realizó 19 investigaciones relacionadas con Gibraltar y detectó que se habían lavado unos 40 millones de dólares.

Por otro lado, la Agencia Tributaria asegura que un tercio de los 74 millones de paquetes de tabaco ingresados de contrabando en Andalucía, la región española limítrofe con Gibraltar, procedían del Peñón.

No obstante, la actividad mayor de las bandas se concentra en el narcotráfico y 59 por ciento de ellas lo hacen, según fuentes del Ministerio del Interior. El resto distribuye su actividad entre el lavado de dinero, contrabando, falsificación de documentos, estafas y tráfico de inmigrantes irregulares.

La actividad de bandas delictivas extranjeras es asimismo preocupante, en especial las provenientes de los países de la ex Unión Soviética, muchas veces aliadas o subordinadas a la tradicional mafia italiana.

En la Costa Brava, como se conoce a las playas más caras de España en la región de Catalunña y cerca de la frontera con Francia, se concentran grandes multimillonarios, jeques árabes y los nuevos ricos rusos.

En esa zona, el poder político se mezcla con los negocios turbios, motivo por el cual Jesús Gil y Gil, alcalde de la ciudad de Marbella, se enfrenta a investigaciones y sumarios judiciales.

Quizás por ello España ha recibido de Interpol, en sólo un año, la detención y extradición de un millar de delincuentes extranjeros, ante las evidencias que llevan a la central de ese organismo policial multinacional, con sede central en la ciudad francesa de Lyon, a creer que están en este país.

Pero en España no se trata sólo de que la policía investigue, identifique y persiga a delincuentes, sean extranjeros o nacionales. También los ha encontrado dentro de sus propias filas.

Máximo Blanco, un teniente coronel de la Guardia Civil (policía militarizada), fue detenido a principios de agosto, como resultado de la investigación del desembarco de 5.400 kilogramos de hachís en las costas mediterráneas.

Blanco fue el segundo jefe del cuartel de Intxaurrondo, de la ciudad vasca de San Sebastián, cuando estaba comandado por el general Enrique Rodríguez Galindo.

Este último está sometido a proceso y en libertad condicional, acusado de dirigir atentados contra independentistas vascos durante la "guerra sucia" (1983-87), bajo el gobierno del socialista Felipe González.

Blanco fue en aquella época, y hasta 1992, el responsable del Grupo de Información Fiscal y Antidroga de Intxaurrondo. Investigaciones policiales y judiciales lo vincularon con José Manuel Olarte, asesinado por la organización separatista vasca ETA por considerarlo un jefe del narcotráfico. (FIN/IPS/td/ag/ip- if/99

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