/Ciudades de América Latina/ PERU: Sólo 85 por ciento de limeños cuenta con agua potable

La provisión de agua potable para la capital de Perú muestra una contradictoria doble faz: equipos de avanzada tecnología operarán desde el año próximo sobre una red de abastecimiento deficiente, que deja sin servicio a casi el 20 por ciento de los siete millones de habitantes.

Alrededor del 18 por ciento de la población de Lima carece de instalación domiciliaria de agua potable, y el 10 por ciento debe adquirirla de camiones cisternas particulares, y acumularlas en cilindros y tanques precarios de cemento.

Ese procedimiento sustitutorio no sólo es más caro que el correspondiente al sistema de servicio público, sino que, por su origen, carece de garantías sanitarias, pues los camioneros llenan sus tanques en fuentes de dudosa calidad.

Sólo el 73,6 por ciento de las viviendas tienen instalaciones domiciliarias de agua potable, el 10,43 por ciento utiliza instalaciones situadas fuera de los inmuebles, y el resto recurre al abastecimiento de camiones o acequias y pozos, según un estudio universitario.

La falta de agua es el principal problema de la capital peruana. Los ríos que abastecían a Lima hasta la década del 70 son insuficientes y se han hecho fuertes inversiones para derivar ríos que corren en la sierra, al otro lado de la cordillera de los Andes.

En Perú, el 98 por ciento del agua dulce se encuentra en la sierra y en la selva, y sólo el dos por ciento en los valles de la costa, región que concentra a la mitad de la población del país.

En la década del 60 se desvió parte del Mantaro, río de la sierra central, a través de un túnel que atraviesa la cordillera de los Andes y desemboca en el Rimac, para abastecer de agua a Lima, en las costas del Pacífico.

Esa obra resolvió durante algunos años el problema, pero el crecimiento explosivo de la población creó una situación crítica de suministro, y Sedapal, la empresa pública que administra el agua potable y el alcantarillado, inició en 1997 dos nuevas obras de derivación, Marcapomacocha y el río Chillon.

Se espera que con esas obras, y otras en etapa de estudio, en el 2030 se alcanzará una cobertura de suministro regular de agua potable para el 98 por ciento de la población de Lima.

"El agua de Lima no sólo es insuficiente, también es cara", dijo el ingeniero sanitario Eduardo Mosqueira. "Debe ser cuidada como un bien valioso, evitando el desperdicio de las fugas domiciliarias, y las grandes pérdidas que se producen cuando estallan las viejas tuberías de los barrios antiguos".

Hacia ambos objetivos apunta Sedapal, que pone a punto un moderno sistema de control y manejo del suministro, para reducir las pérdidas por averías de las redes urbanas, al tiempo que realiza supervisiones domiciliarias para detectar las fugas en los puntos terminales del servicio.

Según fuentes de la empresa, alrededor del 40 por ciento de la producción de agua potable se pierde en los hogares de Lima, por malos hábitos de uso o instalaciones sanitarias en mal estado.

La supervisión domiciliaria es respaldada por una permanente campaña de educación sobre la necesidad de cuidar el agua y de asistencia técnica para que los usuarios reparen las pequeñas averías que, gota a gota, pierden a veces más de un metro cúbico diario en cada casa de instalación defectuosa.

En cuanto a las redes públicas de suministro, Enrique Negrón, de la gerencia técnica de Sedapal, anunció que a partir de junio del 2000 la distribución de agua en la ciudad se manejará mediante un sistema central y computarizado de control remoto.

El sistema, denominado SCADA, permitirá la racionalización del suministro, recogerá datos sobre el caudal y presión del líquido en cada una de las zonas de la ciudad y resolverá por control remoto los problemas que se produzcan en cualquier punto de la red, afirmó.

SCADA no sólo racionalizará la distribución de agua, sino que tambíen localizará automáticamente los puntos de avería, luego aislará y cortará el suministro a la zona respectiva e informará de inmediato al servicio de reparaciones de la empresa.

Ese dispositivo técnico es importante tomando en cuenta que, especialmente en las áreas más antiguas de la ciudad, gran parte de las tuberías de las redes de suministro de agua potable son obsoletas, deficientes y vulnerables, y una presión excesiva las hace estallar.

Los sistemas sanitarios de Lima se instalaron en las dos primeras décadas de este siglo y la red tiene en sus partes antiguas más de 80 años de servicio.

"Desde 1997 se trabaja en el reemplazo de las tuberías y se eligió, casi de modo experimental, el distrito de Breña, muy antiguo y popular, para vislumbrar las dificultades de la tarea", dijo Ricardo García Regal, gerente de Rehabilitación de Sistemas de Sedapal.

Como no existían datos técnicos de archivo sobre la estructura y características de las redes, fue necesario estudiar los suelos, las condiciones de las tuberías y la calidad de sus materiales.

"En algunas zonas en donde es posible aplicarlo, se emplea un procedimiento de rotura de tubos sin descubrirlos, operación que se realiza mediante un martillo neumático que quiebra la tubería existente y la reemplaza por una nueva, sin necesidad de excavar", informó García Regal. (FIN/IPS/al/ag/dv/99

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