El presidente de Argentina, Carlos Menem, deslindó hoy toda responsabilidad de su gobierno en la derrota del oficialismo en las elecciones del domingo, y reiteró que si él habría ganado si hubiera podido ser candidato.
En una conferencia de prensa convocada para hacer un balance del proceso electoral, Menem prefirió no responsabilizar a nadie por la derrota del candidato de su Partido Justicialista, Eduardo Duhalde, que se ubicó segundo detrás del presidente electo Fernando de la Rúa, de la opositora Alianza.
De la Rúa ganó con más de 48 por ciento de los sufragios y, según los sondeos que se realizaron durante el comicio, 60 por ciento de los votantes lo eligieron "por su honestidad".
Menem dijo que hasta el 10 de diciembre, cuando entregue la presidencia a su sucesor, los dirigentes de la Alianza "pueden invadir si quieren la casa de gobierno" para buscar la información que requieran.
En cuanto a Duhalde, prefirió no culparlo directamente del resultado, pero recordó que el candidato le pidió en agosto que le ceda la jefatura del partido, que Menem ostentaba, para dirigir la campaña electoral y hacer las alianzas que creyera conveniente, y que él aceptó de inmediato.
"Yo no puse ningún obstáculo, pero a partir de allí no me dejaron participar de la campaña, ni se me permitió asistir a ninguno de los principales actos del justicialismo", declaró el presidente, que luego aclaró no estar enojado con Duhalde.
Respecto del contundente triunfo de De la Rúa, Menem dijo que a él la ciudadanía no le envió ningún mensaje porque no fue candidato. Sin embargo, aseguró "sin soberbia" que si este domingo hubiera sido candidato "hubiera ganado fácilmente". "Pero eso no fue posible", se lamentó.
Menem, que logró que se modificara la constitución para obtener una segunda presidencia consecutiva en 1995, intentó una nueva reforma en 1998 para presentarse como candidato para un tercer período, pero tanto la justicia como la oposición política y su propio partido le cerraron el camino.
Lejos de hacer una autocrítica por la derrota de su partido en los comicios, la peor que tuvo un candidato justicialista desde que Juan Domingo Perón fundó este partido a mediados de siglo, Menem se atribuyó "el enorme mérito de haber actualizado" el sector.
Además, remarcó que en su gestión hizo "una transformación inédita de Argentina, con enormes resultados económicos que la colocaron como una de las primeras potencias del mundo".
En materia previsional, un asunto crítico por la grave situación socioeconómica de millones de ancianos que viven por debajo de la línea de pobreza, aseguró que las jubilaciones en Argentina figuran entre las más altas del mundo y que son las más altas de la región.
En materia de probidad pública, una de las principales preocupaciones de los argentinos a la hora de votar a De la Rúa, Menem consideró que su gobierno "desmanteló la corrupción estructural con las privatizaciones" y que solo quedó una corrupción residual que investiga la justicia.
"Dimos un impresionante paso en materia de corrupción", dijo Menem, poco después de reconocer que intentará postularse para un nuevo período en el 2003. (FIN/IPS/mv/mj/ip/99
