AGRICULTURA: FAO exhorta a incorporar aporte de mujeres rurales

Las mujeres que viven en las áreas rurales del mundo en desarrollo están llamadas a cumplir un papel clave para la alimentación de los 2.100 millones de personas que se habrán incorporado a la población mundial en el 2030, según un estudio difundido hoy por la FAO.

La demanda de alimentos en el mundo y en buena parte de los países en desarrollo experimentará en esa fecha una altísimo aumento, y gran parte de la tarea de producción recaerá en las mujeres, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

"No habrá seguridad alimentaria sin las mujeres rurales", sentenció el Director General de la FAO, el senegalés Jacques Diouf, al inaugurar este lunes las tres jornadas de Consultas de Alto Nivel sobre Mujeres de las Zonas Rurales e Información.

Ministros y altos representantes de los países miembros de la FAO, observadores de otras agencias de la Organización de las Naciones Unidas y de organizaciones no gubernamentales asisten a la conferencia.

La consulta tiene la finalidad de poner de relieve la importancia que debe asignarse a la información sobre la población femenina de las zonas rurales a la hora de formular políticas nacionales para el desarrollo agrícola y rural.

La FAO espera que la conferencia, a la que asisten 300 participantes, sea un llamado de alerta para los gobiernos y otras entidades que luchan por conseguir a nivel mundial seguridad alimentaria y desarrollo sostenible.

Diouf señaló que si los líderes de las naciones esperan garantizar en los próximos 30 años la alimentación de la población en constante aumento se verán obligados a revisar atentamente las políticas nacionales y asegurarse de que el aporte de las mujeres rurales las integre.

El funcionario llamó la atención sobre la progresiva "feminización" de la pobreza en muchos países en desarrollo, provocada por la persistencia de costumbres que limitan el acceso de las mujeres a la propiedad de la tierra, los préstamos, la educación, la formación y las nuevas tecnologías.

Mientras nadie discute en la actualidad la contribución esencial de las mujeres al desarrollo económico y social, ahora se trata de poner esos datos fehacientemente en manos de los políticos y de cuantos toman decisiones para asegurar que las estrategias nacionales se basen en la realidad económica, afirmó.

Diouf subrayó el poder de los medios y de las nuevas tecnologías de la comunicación también a la hora de cambiar la imagen preconcebida de las mujeres rurales.

De acuerdo con estimaciones de la FAO, las mujeres producen más de 50 por ciento de los alimentos en el mundo.

Sin embargo, todavía no existe suficiente información diferenciada por sexo para proporcionar cifras exactas sobre la contribución de las mujeres a la producción agrícola en distintas regiones del mundo.

Lamentablemente, en muchos casos, la contribución de las mujeres a la agricultura, la silvicultura y la pesca es subestimada debido a que los censos y otros estudios toman en cuenta solamente el trabajo remunerado.

Las mujeres participan activamente tanto en la agricultura comercial como en la de subsistencia, y muchas de las actividades que desempeñan en la producción de alimentos para el consumo de la familia y de la comunidad, que son tan importantes para la seguridad alimentaria, no son consideradas en las estadísticas.

En Africa subsahariana, las mujeres con su trabajo aportan entre 60 y 80 por ciento de la producción de alimentos, tanto para el consumo familiar como para la venta.

Aunque existen variaciones significativas por país, las mujeres en Africa juegan un papel importante en la agricultura, en el procesamiento de alimentos, el transporte y la comercialización.

En Asia, las mujeres son responsables de aproximadamente 50 por ciento de la producción de alimentos, con una variación considerable por país.

Las mujeres representan 47 por ciento de la fuerza laboral agrícola en Filipinas, 35 por ciento por ciento en Malasia, 54 por ciento en Indonesia y cerca de 60 por ciento en Tailandia.

En América Latina y el Caribe, la población rural ha estado decreciendo en las últimas décadas, como también la proporción de trabajadores empleados en la agricultura.

Mientras en 1950, 55 por ciento de la población estaba vinculado a la agricultura, solo 25 por ciento estaba dedicado a esta actividad en 1990.

En la recolección oficial de datos y en los censos de la región, la contribución de las mujeres a la producción agrícola es subestimada debido a que se las vincula solo a la agricultura de subsistencia, a la cría de aves de corral y de ganado menor para el consumo doméstico. (FIN/IPS/jp/mj/dv//99

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