La corresponsal de IPS en Estambul, Nadire Mater, y el editor Semi Sokmen fueron procesados hoy por el delito de "despreciar e insultar" a las fuerzas armadas de Turquía en un libro de entrevistas a veteranos de guerra que lucharon contra la guerrilla kurda.
El juicio generó una ola de protestas de la prensa turca y de organizaciones internacionales.
Ambos se declararon "inocentes" ante la acusación del fiscal Mustafá Gursoy presentada este miércoles en el tribunal penal Beyoglu, en Estambul. En caso de ser hallados culpables, Mater podría pasar hasta seis años en prisión y Sokmen deberá pagar una fuerte multa.
En junio, las autoridades secuestraron "El Libro de Mehmet", una compilación de entrevistas realizadas por Mater a 42 soldados que lucharon en la guerra iniciada hace 15 años entre el ejército y la guerrilla separatista kurda.
El proceso provocó las protestas de periodistas e intelectuales presentes en la audiencia. Según la fiscalía, Mater y Sokmen violaron el artículo 159 del código penal al publicar el libro. Una segunda audiencia se programó para el 26 de noviembre.
"De hecho, quienes son juzgados en este tribunal no soy yo ni mi editor, sino los 42 veteranos a los que por primera vez después de 15 años de cruentos combates se les dio una vía para expresarse a sí mismos, sus frustraciones, temores y esperanzas", declaró Mater en su defensa ante los jueces.
"Todos aquellos relacionados con este cruento conflicto ya hablaron por sí mismos: jefes militares, políticos, diplomáticos, funcionarios de Estados Unidos y la Unión Europea".
"Pero a quienes se les negó la oportunidad de expresarse fue a los principales sujetos de esta guerra, los soldados rasos que fueron enviados a morir o matar con o sin su consentimiento", agregó Mater.
"Todo lo que hice, como periodista auténtica, fue sostener el micrófono para estos jóvenes y reflejar sus palabras con veracidad. La acusación es paradójica porque ni siquiera una sola palabra mía es presentada como evidencia de mi 'culpabilidad' ".
"La acusación se basa en citas aisladas en forma deliberada de las declaraciones de los soldados. De hecho, el fiscal está acusando a los hombres que otrora exaltaba como 'héroes'. Rechazo los cargos", afirmó.
El editor Sokmen también rechazó la acusación. "Estoy sumamente orgulloso de lo que hemos hecho. Por primera vez desde el comienzo de la guerra, hemos podido trasmitir al público las percepciones y sentimientos de soldados de carne y hueso", dijo.
Desde su primera edición en abril, "El libro de Mehmet" se reeditó cuatro veces y vendió 20.000 ejemplares hasta que fue prohibido en junio por un tribunal de Estambul que acató la solicitud del subjefe del Estado mayor general Hilmi Ozkok.
La "cruda intervención" de los militares evidenció la falta de independencia del poder judicial y la naturaleza limitada de la libertad de expresión en Turquía, denunció Mater.
"Este es el tema del año 2000 en Turquía", comentó el periodista Oral Çalislar, quien cumplía una pena de 10 meses de cárcel por entrevistar al líder kurdo Abdulá Ocalan en 1993, pero fue liberado por una amnistía condicional que el Parlamento otorgó a periodistas y escritores condenados por su obra.
"Mientras leía 'El libro de Mehmet' lo que sentí fue el grito 'no más sangre por sangre', no un insulto contra institución alguna", manifestó Zeynep Oral, crítico literario del diario Milliyet.
"Turquía se habría beneficiado con este libro. ¡Qué lástima! Perdemos otra oportunidad debido a nuestras paranoias", dijo.
" 'El libro de Mehmet' expresa la verdad. Y el libro está siendo enjuiciado. Nuestros generales ejecutan sumariamente la verdad", dijo el columnista Necati Dogru, del diario Sabah.
El líder del Partido de Libertad y Solidaridad, Ufuk Uras, también estuvo presente en el juicio en solidaridad con Mater y Sokmen.
"Es muy curioso que mientras el primer ministro Bulent Ecevit es elogiado por el presidente estadounidense Bill Clinton en Washington por el avance de Turquía… hacia libertades más amplias, los presos son muertos a balazos y los periodistas son amenazados con penas de prisión", comentó.
La organización Comité de Protección a los Periodistas, con sede en Estados Unidos, los grupos londinenses Index on Censorship (Indice de la Censura) y Artículo XIX, y Reporteros sin Fronteras, con sede en París y a la cual Mater representa en Turquía, pidieron la solidaridad internacional para su caso.
El director general de IPS (Inter Press Service), Roberto Savio, envió una carta al primer ministro Ecevit en que destacó que la realización y publicación de entrevistas es una actividad profesional legítima para un periodista y que no constituye un delito penal en países donde rige el estado de derecho.
Mater "no ha hecho más que practicar su profesión, que es informar al público independiente y objetivamente", señaló el presidente de Reporteros sin Fronteras Robert Menard, en otra carta a Ecevit.
"Mater no debe ser perseguida por llevar a cabo una investigación seria y bien documentada que sólo refleja los hechos", exhortó.
"Es una ofensa al mundo libre y sólo puede obrar en forma contraproducente al deseo de Turquía de pertenecer a la familia de los países democráticos", protestó Elisabeth Zila Olin, vicepresidenta de la sección sueca de la asociación de escritores Pen International.
"Estoy cansada pero feliz", declaró Mater después de la audiencia de este miércoles.
"Quisiera agradecer a todos los que me ofrecieron su apoyo desde todos los rincones del mundo. Aún me siento amenazada porque el tribunal me pueda juzgar culpable. Pero habiendo recibido tanto apoyo, siento que puedo superarlo todo y esto me inspira a escribir un segundo libro", agregó. (FIN/IPS/tra-en/ek/ak/aq/hd/99