El canciller de Indonesia, Alí Alatas, se reunió hoy en Nueva York con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, para negociar el envío a Timor Oriental de una fuerza internacional de mantenimiento de la paz, un día después de que Yakarta aceptara la intervención extranjera.
El domingo, el presidente Bacharuddin Jusuf Habibie invitó a fuerzas de "naciones amigas" autorizadas por la ONU a ingresar a Timor Oriental y reconoció que ya no se podía esperar más para aplacar la violencia de bandas armadas antiindependentistas que habrían matado a más de 7.000 timorenses en las últimas semanas.
Alatas se reunió con Annan para aclarar la posición de Yakarta sobre la fuerza, pero Alatas insistió en que su gobierno no pondrá condiciones que obstaculicen la labor del contingente.
"No pusimos condiciones en cuanto a la composición (de la fuerza). No vinimos (a Nueva York) para impedir la participación de ningún país", aseguró.
Pero sus declaraciones se conocieron poco después de que varios oficiales indonesios objetaron que Australia encabece la fuerza internacional, así como la participación propuesta de Estados Unidos, Nueva Zelanda y Portugal, la antigua potencia colonial de Timor Oriental.
Este lunes, manifestantes atacaron el consulado australiano en la ciudad indonesia de Surabaya. No obstante, "Indonesia y Australia mantienen buenas, constructivas relaciones", aseguró Alatas.
Tras la reunión de Annan con Alatas, funcionarios de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) señalaron que los planes para enviar la fuerza deben concluir este martes o el miércoles.
Fuentes en Nueva York esperan que el Consejo de Seguridad apruebe la fuerza el miércoles y que los soldados comiencen a ingresar al territorio antes del fin de semana.
Annan elogió a Habibie por su "difícil decisión" de permitir el ingreso de la fuerza internacional a Timor Oriental, y dijo que espera que pronto se decidan los detalles de la misma para que "la incertidumbre y el sufrimiento de los timorenses no se prolonguen".
El canciller australiano Alexander Downer también se trasladó a Nueva York. Australia prometió enviar 4.500 soldados a Timor Oriental.
La fuerza dirigida por Australia también tendría soldados de Canadá, Filipinas, Francia, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur, Suecia y Tailandia. Estados Unidos anunció que dará apoyo logístico y de transporte.
Australia señaló que puede enviar a 2.000 soldados inmediatamente, si el Consejo de Seguridad así lo resuelve. Según funcionarios de la ONU, la resolución será rápida.
China y Estados Unidos, que antes insistían en permitir que Indonesia aplacara la violencia en Timor Oriental, ahora apoyan la intervención multinacional.
Se estima que el Consejo facultará al contingente a usar la fuerza militar para defenderse y brindar seguridad a cientos de miles de desplazados internos timorenses.
Pero también se cree que la fuerza deberá coordinar sus actividades con los militares indonesios, que permanecerán en el territorio durante las próximas semanas, anunció Yakarta.
Según numerosos observadores, las tropas indonesias son cómplices de las bandas armadas antiindependentistas que causan la violencia en Timor Oriental.
El portavoz de la ONU, Fred Eckhard, dijo que Habibie pidió que tropas internacionales "asistan" a las fuerzas indonesias que impusieron la ley marcial en el territorio la semana pasada.
Pero la estadounidense Red de Acción para Timor Oriental, entre otros grupos, sostiene que no se puede confiar en que las fuerzas Indonesias permanezcan en el territorio en el que habrían muerto 7.000 timorenses en los últimos días.
Indonesia ocupa Timor Oriental desde 1975, pero el 5 de mayo había accedido, en un acuerdo con Portugal organizado por la ONU, a permitir un referéndum de autodeterminación que finalmente se hizo el 30 de agosto y en el que 78,5 por ciento de casi 450.000 electores timorenses optaron por la independencia.
Tras la consulta, las milicias proindonesias y sus aliados militares desataron una ola de matanzas que obligó a unas 300.000 personas a huir de sus casas.
Mary Robinson, la alta comisionada de derechos humanos de la ONU, acusó a Indonesia de participar en una "política bien planificada y sistemática de matanzas, desplazamiento, destrucción de propiedad e intimidación".
Tras reunirse con Habibie en Yakarta este lunes, Robinson pidió que se forme una comisión de investigación independiente que examine las "graves violaciones" perpetradas en Timor Oriental.
Eckhard aseguró que la situación se tranquilizó en los últimos días, pero agregó que pende una crisis humanitaria sobre Timor Oriental. Miles de refugiados timorenses necesitan con urgencia alimentos y medicinas, mientras la mitad de las casas en Dili, la capital timorense, fueron arrasadas por incendios intencionales.
Unos 200.000 timorenses se refugiaron en terrenos abiertos, incluso en Dare y varias localidades al sudeste de la ciudad de Baucau, donde muchos carecen de alimentos desde hace días, denunciaron varios observadores.
Constancio Pinto, representante ante la ONU del Consejo Nacional de la Resistencia Timorense, aseguró que 50.000 personas corren el riesgo de morir de hambre.
La situación es especialmente difícil para más de 80.000 timorenses refugiados en Timor Occidental, la mitad occidental de la isla de Timor, que siempre estuvo bajo gobierno indonesio.
El acceso de la ONU a los refugiados timorenses está severamente limitado por las milicias y las fuerzas de seguridad indonesias, denunciaron funcionarios.
"Se debe permitir de inmediato el ingreso (a Timor Oriental) de los organismos internacionales, para proteger a los desplazados", exhortó Sidney Jones, directora para Asia de la organización de derechos humanos Human Rights Watch. (FIN/IPS/tra-en/fah/aq/ip/99