Timor Oriental pasará por un período de transición marcado por las dificultades económicas, ya sea que triunfe la independencia o la integración a Indonesia bajo un plan de autonomía, aunque esto último es muy improbable.
La etapa siguiente a la publicación de los resultados del plebiscito de autodeterminación del pasado lunes 30 de agosto, la semana próxima, pondrá a prueba la paciencia y constancia del pueblo timorense, predijeron analistas.
El recuento de votos está en curso en Dili, la capital de Timor Oriental, donde se escucharon tiroteos en la noche del martes a este miércoles y milicias proindonesias bloquearon la calles. Se informaron algunas muertes, que no fueron confirmadas.
Se prevé que la opción por la independencia triunfará por amplia mayoría en esta antigua colonia portuguesa ocupada por Indonesia en 1975.
"Los timorenses orientales deben prepararse para subsistir por sí mismos. Servirán a su propia gente, administrarán sus propios negocios y sus organismos públicos", advirtió Francisco Nunes dos Santos, un funcionario de la Oficina de Estadísticas de Timor Oriental.
"Sin embargo, muy pocos timorenses están listos para esto", agregó.
El mayor y más evidente desafío para este territorio consistirá en producir los recursos que antes obtenía del gobierno central de Indonesia como su provincia número 27, equivalentes a 83 por ciento de sus fondos.
Para el año fiscal 1998-99, Timor Oriental obtuvo 116 millones de dólares de Yakarta para el gasto público. Más de 80 por ciento de ese total consistió en una transferencia neta del gobierno central indonesio.
Timor Oriental depende mucho de las importaciones, aunque produce carne vacuna y café. Ochenta por ciento de su población trabaja en el sector agrícola.
La reducción del presupuesto anual podría ser una manera de mantener en funcionamiento la administración, pero también implicaría un gran ajuste para los 800.000 habitantes y dificultaría la reconstrucción económica y social.
Además, "el hambre se transforma en enojo muy fácilmente", previno Dos Santos.
Aun si los timorenses orientales eligieran seguir siendo parte de Indonesia, tendrían graves dificultades económicas pese a los fondos de Yakarta.
"Esto se debería a la falta de recursos humanos para servir a la comunidad, administrar los negocios y explotar los recursos naturales", explicó Florentino Sarmento, miembro de la Comisión para la Paz y Estabilidad de Timor Oriental.
"La alternativa consistiría en invitar a trabajadores y consultores extranjeros o expatriados para administrar los recursos. Pero esto a la vez causaría otro problema: la brecha social y la desigualdad económica", señaló.
Algunos temen que la votación por la independencia provoque un abrupto corte de relaciones, especialmente económicas, con Yakarta.
Sin embargo, el presidente indonesio Bacharuddin Jusuf Habibie aseguró esta semana que su país ayudará a Timor Oriental para que la transición hacia el autogobierno sea lo menos difícil posible.
Los propios líderes de la resistencia timorense destacaron la importancia de una transición tranquila.
Xanana Gusmao, el líder de la resistencia armada que sería liberado de su prisión domiciliaria a mediados de mes, dijo que un Timor Oriental independiente tendría que concentrarse en mantener el buen funcionamiento de sus instituciones y su economía.
En este sentido, el territorio debería procurar transformarse en centro económico, paraíso fiscal y centro de banca off-shore, aprovechando su ubicación estratégica entre Asia y Oceanía, opinó Gusmao.
Agregó que los indonesios que decidan permanecer en este territorio aunque triunfe la independencia "serán bienvenidos a contribuir a la construcción del nuevo estado".
Más importante, Gusmao y otros líderes del Consejo Nacional de Resistencia Timorense anunciaron que habrá amnistía política para aquellos indonesios que cometieron atrocidades contra la población local.
No obstante, reina la incertidumbre sobre el futuro de lo que sería la nación más nueva del mundo en los días previos a la finalización del escrutinio.
Sarmento, por ejemplo, espera que muchos profesores y médicos abandonen este territorio, si es que no lo han hecho todavía.
Muchos huyeron debido a la violencia que precedió al plebiscito, afectando los servicios de salud y educación, cuyo personal procede en su mayoría de otras partes de Indonesia.
"Tendremos que pasar por un período sin maestros ni personal médico. Imaginen lo que será eso", destacó Sarmento.
"En pocos días, Indonesia retirará toda la infraestructura: equipos de comunicación, suministros de alimentos, empleados públicos y bancarios. Tendremos que empezar todo de nuevo", advirtió.
Así mismo, se prevé que Yakarta suspenderá la ayuda económica para unos 5.000 timorenses que estudian en diversas universidades de Indonesia.
El gobernador de Timor Oriental, Abilio Soares, sostuvo que Timor Oriental recibirá ayuda del extranjero, pero de todas maneras tendrá que aprender a depender de sí mismo.
"El proceso no llevará mucho tiempo. Pronto los donantes internacionales sabrán si este territorio es capaz de reembolsar los préstamos", comentó.
Soares puntualizó que Timor Oriental no debería confiarse demasiado en la asistencia extranjera, y que en este caso debería aprender de la experiencia de Indonesia.
"El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Grupo Consultivo sobre Indonesia decidieron mantener sus créditos a Indonesia (después de la crisis financiera) porque creen que tiene el potencial de reembolsarlos", destacó.
Además, la economía internacional no podía permitir el colapso de Indonesia, con unos 200 millones de habitantes, pero Timor Oriental no tiene el mismo peso, arguyó Soares.
Los partidarios del plan de autonomía sostienen que Timor Oriental no podrá sobrevivir con sus propios recursos solamente.
"Tendremos que construir un sector manufacturero y una economía basada en la industria, además de servicios, y eso llevará mucho tiempo", previno el economista Araújo de Jesus.
Aunque es natural que existan temores, los independentistas destacan que no hay lugar para el pesimismo entre aquellos que esperaron 24 años para liberarse de la brutal ocupación indonesia, que provocó la muerte de un tercio de la población local.
"Singapur no tiene recursos naturales, y Japón y Hong Kong tienen muy pocos, pero son actores claves en la economía mundial", arguyó Leandro Isaac, vicepresidente del Consejo Nacional de Resistencia Timorense. (FIN/IPS/tra-en/ky/js/mlm/dv-hd/99