Los problemas de salud específicos de las mujeres se multiplicaron en el mundo por su inserción en el mercado de trabajo en condiciones adversas, y se agravaron con la reestructuración productiva impulsada por la globalización.
Ese es un problema de escasa visibilidad aún, según las investigadoras, pero el segundo Congreso Internacional Mujer, Trabajo y Salud, que comenzó el domingo y concluyó este miércoles en Río de Janeiro, reunió a 740 participantes de todos los continentes.
Las mujeres ocupan guetos laborales como el área de la salud, donde son 95 por ciento del personal de enfermería, y la industria textil, en el que suman 70 por ciento, sin hablar de la casi totalidad en el trabajo doméstico, dijo Margarida Barreto, profesora de la Faculdad de Medicina Santa Casa, de Sao Paulo.
El trabajo atribuido normalmente a las mujeres se caracteriza por "ser repetitivo, monótono, sin creatividad, calificado de tareas livianas que exigen habilidad y delicadeza manual", añadió Barreto, experta en medicina laboral y una de las organizadoras del congreso.
Como consecuencia, son frecuentes entre ellas las lesiones por esfuerzo repetido, "patología que en Brasil alcanza a entre 80 y 85 por ciento de las mujeres que sufren enfermedades laborales", agregó.
La reestructuración productiva de estas dos últimas décadas deteriora las condiciones y relaciones de trabajo para todos, pero "incide de manera especial y más aguda sobre las mujeres", evaluó Eleonora Menecucci de Oliveira, de la Universidad Federal de Sao Paulo.
Nuevas formas de discriminación se suman a los mecanismos antiguos de exclusión, agravándolos, al incorporar el trabajo femenino con el fin de reducir costos y restar calificación a los empleos, explicó la investigadora.
Aumentaron las oportunidades de empleo para mujeres, pero a través de la precariedad de contratos temporales, jornadas parciales y trabajo por cuenta propia y a domicilio, con baja remuneración y sin seguridad, señaló Menecucci.
El "miedo al desempleo" se intensificó y, como las mujeres son las primeras en ser despedidas, ellas tratan de ocultar sus enfermedades laborales hasta que se hagan insuportables o evidentes por la reducción del desempeño productivo, agregó Barreto.
Enfermarse a causa del trabajo se convirtió en causa oculta de despido, según la médica. Eso se comprobó en un estudio sobre 2.850 trabajadores, la mayoría mujeres, despedidos de la industria química de Sao Paulo en el que participó Barreto.
Ochenta y cinco por ciento sufrían lesiones de esfuerzo repetido y otras enfermedades laborales.
Hernias como consecuencia del esfuerzo físico, sordera y asma ocupacional, alteraciones hormonales que afectan el ciclo menstrual, alcoholismo y depresión son otras patologías que se diseminan entre las trabajadoras.
Hay también estudios que apuntan causas laborales, en especial la exposición a productos químicos como agrotóxicos en la agricultura y hormonas en la industria farmacéutica, que favorecen el cáncer de mama, señaló Barreto.
Empiezan a reconocerse también, primero en los países industriales, síndromes novedosos, como el "karoshi" (nombre japonés para muerte súbita en el trabajo) y el "burn-out" (fatiga extrema y temor al contacto con el público).
La salud laboral es una materia bien conocida y cuenta con mucha investigación, pero no desde una perspectiva de género, se lamentó la médica.
Para relacionar estos tres aspectos se hizo un primer Congreso sobre Mujer, Trabajo y Salud en 1996, por iniciativa del Centro de Análisis y Programas Sanitarios (CAPS), de Barcelona, España, donde se celebró.
Eso generó un movimiento y una red de instituciones gubernamentales y no gubernamentales, centros de investigación, universidades y personalidades interesadas en intercambiar conocimientos y dar visibilidad al problema.
Este segundo congreso incorporó el movimiento social a la red, incluyendo centrales sindicales y otras organizaciones vinculadas a cuestiones laborales.
El objetivo es ampliar la discusión, "sensibilizar nuevos sectores" para incluir el enfoque de género en el estudio y tratamiento de la salud en el trabajo, según Barreto. (FIN/IPS/mo/mj/he lb/99