El número de refugiados y de personas que buscan asilo en todo el mundo disminuyó de 13,6 millones en 1997 a 13,5 millones a fines de 1998, según una investigación de una organización no gubernamental de Estados Unidos.
La modesta disminución se integra a la tendencia de los últimos siete años, durante los cuales se registró un descenso lento pero sostenido desde 1992, cuando había 17,6 millones de refugiados, concluyen los autores del estudio de la Comisión para los Refugiados.
Sin embargo, la cantidad de personas que huyeron de sus hogares en todo el mundo aumentó, y más de 17 millones de personas se convirtieron en "desplazados internos" a fines de 1998, según la investigación.
Los desplazados internos tienen en común con los refugiados, que atraviesan las fronteras internacionales, el hecho de haber tenido que abandonar sus hogares a causa de la violencia, la persecución y la intimidación.
Pero los desplazados internos no tienen los derechos ni la protección de los refugiados según el derecho internacional.
La consecuencia es que a menudo no reciben ayuda de las agencias de ayuda humanitaria y otras organizaciones extranjeras, y siguen siendo víctimas de los ataques del gobierno o de fuerzas paramilitares, según el estudio.
Cerca de cuatro millones de personas eran desplazados internos a fines de 1998 en Sudán, un país destruido por una guerra civil que se prolonga desde hace 20 años entre el norte, de mayoría musulmana y árabe, y el sur, donde predominan los negros y los cristianos.
El nuevo estudio no incluye la última ola de refugiados que atrajo la atención de los medios de comunicación este año, en particular el éxodo y posterior retorno de casi un millón de albanokosovares, ni la crisis de Timor Oriental, donde al menos 200.000 personas debieron huir en las últimas dos semanas.
Más de dos millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares en 1998 por motivos políticos o étnicos, sobre todo en Africa.
El movimiento de personas más significativo de 1998 ocurrió en Sierra Leona, donde los insurgentes, conocidos por su violencia y por amputar los miembros a sus víctimas, obligaron a más de medio millón de habitantes a abandonar sus hogares.
Los rebeldes y el gobierno firmaron un acuerdo de paz este año, y muchas personas volvieron a su casa desde entonces, según se informó, aunque la paz parece poco firme.
Entre 300.000 y 500.000 angoleños, en su mayoría desplazados internos, se vieron obligados a dejar sus hogares cuando se reanudó la batalla entre el gobierno y los rebeldes de Unita (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola).
Cientos de miles de personas se convirtieron en desplazados internos desde diciembre, cuando se desató una nueva guerra civil entre el gobierno y Unita.
Cerca de 250.000 personas huyeron de República Democrática de Congo (RDC) desde que se desató la guerra entre el gobierno de Laurent Kabila y los rebeldes en agosto de 1998.
La lucha entre el gobierno y los rebeldes, que tienen el apoyo de Ruanda y Uganda, continuó durante los ocho primeros meses de este año, así que muchas personas se vieron obligadas a dejar sus casas, la mayoría del este del país.
Cerca de 350.000 albaneses y 50.000 serbios abandonaron sus hogares en 1998 al agravarse el conflicto entre ambas etnias, y el número aumentó entre marzo y abril de este año. Pero la mayoría de los albanokosovares volvieron a sus hogares, según el informe.
El Comité estadounidense calcula que 300.000 colombianos, en su mayoría desplazados internos, tuvieron que dejar sus viviendas en 1998 como consecuencia de la violencia.
Unos 40.000 georgianos huyeron al reanudarse la lucha en Abjazia, 50.000 serbios volvieron a sus hogares en el este de Croacia, y cerca de 33.000 indios tuvieron que desplazarse a causa de las luchas del nordeste de India, señala el estudio.
Por otro lado, alrededor de 250.000 liberianos que huyeron de la guerra civil volvieron a su país en 1998. Además, 130.000 bosnios fueron repatriados desde Alemania, Yugoslavia y otros países cercanos.
Cerca de 40.000 refugiados chakmas retornaron a India desde su refugio en Bangladesh, el mismo número de camboyanos volvió a su hogar desde Tailandia, unos 56.000 congoleños regresaron a su país desde Tanzania, Uganda, Zambia y otras naciones vecinas, y 50.000 somalíes pudieron reinstalarse en sus hogares.
Todas esas repatraciones fueron voluntarias.
Pero entre las repatriaciones forzosas están el regreso de 34.000 afganos desde Irán, el de 5.000 personas de Burundi y Ruanda desde RDC, y de 4.000 refugiados de China, Cuba, Haití y otros países, interceptados en el mar por Estados Unidos.
Los palestinos son, desde los últimos años, el principal grupo de refugiados del mundo, ya que casi cuatro millones viven fuera de su tierra de origen. Cerca de 2,6 millones de afganos eran refugiados a fines de 1998.
De Iraq hay 586.000 refugiados, de Sierra Leona 480.000, de Bosnia 424.000, de Somalia 421.000, de Sudán 352.000, de Eritrea 323.000, y de Liberia 309.000.
El país con mayor número de desplazados internos en 1998 fue Sudán, y el segundo fue Angola, con entre un millón y 1.5 millones de personas que se vieron obligadas a dejar sus hogares.
Colombia tuvo 1.4 millones de desplazados internos, Iraq, Afghanistan, Birmania y Turquía cerca de un millón cada uno, Bosnia tuvo 836.000, Azerbaiján 576.000, Sri Lanka 560.000, India 520.000, y Burundi y Ruanda registraron 500.000 cada uno.
Los países con mayor número de refugiados en relación a su población fueron Jordania, donde uno de cada tres habitantes era refugiado, Líbano, con una proporción de uno a 11, y Guinea, con un refugiado cada 15 habitantes.
Yugoslavia tenía un refugiado cada 22 habitantes, Liberia uno cada 23, Djibouti uno cada 30, Irán uno cada 33, y Zambia uno cada 61. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/ceb/aq/pr/99