PANAMA: Impulsores de constituyente denuncian jugarreta política

Políticos que impulsan la convocatoria a una asamblea constituyente en Panamá aseguran ser víctimas de una jugarreta política para abortar la propuesta por parte de la alianza que apoya a la presidente Mireya Moscoso.

La idea de convocar a una constituyente fue presentada en mayo por un grupo de políticos independientes, encabezados por Miguel Antonio Bernal, y luego respaldada por Moscoso cuando aún era presidenta electa.

Moscoso afirmó a fines de mayo que la actual constitución redactada en 1972 y modificada parcialmente en 1978 y 1983 "está desactualizada y debe modificarse para adecuarla al actual proceso democrático".

La presidenta, instalada en el cargo el 1 de septiembre, proponía introducir en la carta fundamental la descentralización del Estado, mayor poder económico a los gobiernos municipales, cambios a la ley electoral y establecer un nuevo sistema para la designación de los ministros de la Corte Suprema de Justicia.

El respaldo de Moscoso a la propuesta de Bernal y sus seguidores se produjo cuando aún no tenía mayoría en el parlamento y buscaba un mecanismo para limitar el poder que podría asumir el hoy opositor Partido Revolucionario Democrático (PRD).

Pero la inesperada alianza parlamentaria hecha al comienzo de su mandato, que le dio la mitad más uno de las 71 bancas y dejó al PRD en minoría, habría influido para desestimar el respaldo anterior a la constituyente.

Moscoso no ha opinado al respecto desde que se instaló en el cargo, pero su ministro de Gobierno y Justicia, Winston Spadafora, aclaró la semana pasada que en los planes del gobierno "no está contemplado la convocatoria a un referendo para la instalación de una constituyente".

"Lo siento mucho, aquí no va ha haber convocatoria de referendo alguno", advirtió el funcionario.

En tanto, que el legislador Noriel Salerno, del partido Solidaridad, nuevo aliado de la gobernante Unión por Panamá, le pidió a Moscoso que "le baje el volumen" a Bernal, quien desde el 1 de septiembre la asesora en política internacional.

Salerno indicó que "Bernal debe ir olvidando eso, más ahora que está cerca de la presidenta y puede afectar su gestión", y aseguró que "Moscoso no tiene necesidad de una constituyente porque tiene el órgano legislativo de su lado".

Por su parte, el legislador de Unión por Panamá Alberto Cigarruista advirtió que la propuesta de Bernal "quedó derrotada luego que el gobierno lograra la mayoría parlamentaria" el 1 de septiembre.

Bernal incrementó en las últimas dos semanas sus actividades públicas y de recolección de firmas para respaldar la convocatoria a una asamblea constituyente, junto a un grupo de políticos independientes, abogados y miembros de la sociedad civil.

El dirigente calificó de "jugarreta política" los planteamientos en contra de la constituyente realizados por Spadafora, Salerno y Cigarruista y advirtió que, a pesar de ello, seguirá insistiendo ante Moscoso en que la convocatoria "podría ayudar y mejorar la gobernabilidad del país".

Otros partidarios de la constituyente, como el influyente ex presidente de la Corte Suprema de Justicia Cesar Quintero, insisten en cambiar la carta fundamental para adecuar las instituciones del país al actual proceso democrático.

"Los poderes legislativo y judicial no funcionan porque estuvieron amparados bajo el paraguas de los militares", que gobernaron el país de 1968 hasta el 20 diciembre de 1989, cuando una cruenta invasión de Estados Unidos derrocó el gobierno del general Manuel Noriega, dijo Quintero.

Puso como ejemplo "la serie de prebendas y favores (supuestamente obtenidos por esos dos poderes del Estado) amparados en las reformas que se le realizaron (a la constitución) en 1983 bajo el gobierno militar" de aquella época.

Quintero sostuvo que, además de acabar con esos supuestos privilegios, la reforma es necesaria "porque Panamá vive hoy en democracia y la actual constitución ha quedado desfasada debido a los cambios sociales, económicos y de seguridad que han ocurrido en el país" en los últimos años.

En tanto, el presidente de la Comisión de Justicia y Paz de la Iglesia Católica, Stanley Muschett, dijo que lo que se propuso "no significa la anulación y la suspensión de la institución establecida, sino la oportunidad de revisar los principios fundamentales que ordenan la vida de la nación".

Muschett subrayó que "de ninguna manera la constituyente debe utilizarse como un mecanismo de revancha o de amenaza, y quienes piensen que la misma va a romper el orden establecido están en un error".

Pero el ex canciller Ricardo Arias estimó que la convocatoria de una asamblea constituyente "al margen de la actual constitución implicaría un peligro para todos los organismos del Estado".

Explicó que la actual carta no establece el mecanismo de convocatoria de una asamblea constituyente para su reforma, ya que cualquier iniciativa contraria a ello "implicaría violentar el esquema institucional vigente".

La constitución en vigor sólo permite su reforma mediante la votación de un proyecto sustitutivo en dos períodos legislativos diferentes y consecutivos o por la aprobación parlamentaria con posterior ratificación en un referendo popular. (IN/IPS(sh/dm/ip/99

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