La transnacional agroindustrial Monsanto presiona para que Pakistán modifique un proyecto de ley que daría garantías a los agricultores contra las semillas modificadas genéticamente, o transgénicas.
El Ministerio de Alimentación y Agricultura informó que la compañía con sede en Estados Unidos envió "sugerencias no solicitadas" para modificar la Ley de Derechos de los Agricultores, elaborada de acuerdo con las obligaciones internacionales por el acuerdo de Derechos de Propiedad Relacionados con el Comercio (TRIP).
"Monsanto también mueve sus poderosas palancas para influir a su favor en el proceso legislativo, enviando cartas a funcionarios y reuniéndose con políticos", comentó una fuente del Ministerio que pidió reserva sobre su identidad.
El TRIPs requiere que los firmantes extiendan la protección a variedades de plantas mediante patentes o un sistema sui generis.
Pakistán optó por este último, o sea un sistema nacional para dar la máxima protección a los agricultores contra las transnacionales agroindustriales que fijaron su atención en los lucrativos mercados de semillas de los países en desarrollo.
Un comité gubernamental con representantes de los ministerios de Comercio, Agricultura e Industria elabora el borrador de la Ley de los Agricultores de 1999.
Shahid Zia, representante de una organización no gubernamental e investigador del Insituto de Políticas de Desarrollo Sustentable con sede en Islamabad, también integra el comité.
"La ley propuesta permitiría a los agricultores almacenar, conservar e intercambiar semillas, aunque no podrían utilizarlas para la explotación comercial", dijo Zia a IPS, y agregó que la norma propone la protección durante un período de 20 a 25 años.
El comité, formado el 6 de agosto, se reunió en dos ocasiones y elaboró el primer borrador, que propone salvaguardias adecuadas contra el ingreso de variedades de semillas transgénicas, o modificadas genéticamente, al mercado paquistaní.
"La ley propuesta requiere que las plantas transgénicas o genéticamente modificadas aprueben rigurosas evaluaciones sobre el impacto ambiental y la bioseguridad antes de que se les dé protección", dijo Zia.
El proyecto también obligará al propietario de la nueva variedad transgénica a pagar una compensación por riesgos y daños causados por su uso y manejo.
"En esos casos, la evaluación de los riesgos y daños será decidida por el comité de bioseguridad", según una cláusula del proyecto de ley que llevó a Monsanto a protestar ante el gobierno.
En una carta dirigida al jefe del Departamento de Certificación de Semillas del gobierno con fecha 16 de agosto, el director general de Monsanto en Pakistán, A. Rehman Khan, pidió que se quitara esa cláusula diciendo que sería inaceptable para la transnacional.
"En virtud de esa cláusula, cualquiera podría demandarnos y pedirnos una compensación por los riesgos y daños que en cierto modo no están limitados de antemano. En consecuencia, quiten esa cláusula", dijo Khan en su fax.
"Reitero que esa cláusula no es aceptable para ninguna compañía multinacional y (el tratamiento) no debería ser diferente de cualquier variedad no transgénica", agregó.
Después de la resistencia a su tecnología en los países industrializados, Monsanto dirigió su atención a India, Pakistán y China para impulsar sus semillas genéticamente modificadas, cuyos efectos para la bioseguridad aún son desconocidos.
Los científicos opinan que la "esterilidad" de la semilla de primera generación infectará mediante el polen los campos vecinos de cultivos de polinización abierta y otros cultivos silvestres cercanos.
"Dado que la tecnología es nueva y no fue probada a gran escala, las inquietudes en materia de bioseguridad siguen siendo válidas", declaró la Fundación Internacional para el Progreso Rural con sede en Canadá, ferviente opositora de ese tipo de tecnología.
"Monsanto planea comenzar a probar sus semillas transgénicas en los distritos de Sahiwal o Faisalabad de la provincia de Punjab", dijo Irfan Ahmed, editor de la Seed Magazine, durante un encuentro sobre los derechos de los agricultores organizado por el Instituto de Desarrollo de Políticas Sustentables en Islambad la semana pasada.
Unas 240 compañías paquistaníes comercializan semillas desarrolladas por instituciones de investigación del sector público.
Las transnacionales como DuPont, Monsanto, Novartis, Pioneer Group, AgriVo e ICI, esperan para ingresar al mercado una vez que se haya adoptado la legislación para proteger las variedades de plantas.
Aunque el proyecto de ley incluye salvaguardias adecuadas contra las variedades transgénicas, tiene otras fallas que necesitan corregirse.
"La ley propuesta impide a los agricultores la explotación comercial de las semillas, pero no es clara acerca de qué es la explotación comercial. ¿Significa que los agricultores no podrán vender parte de su cosecha en el mercado, como lo han hecho tradicionalmente?", preguntó Zia.
El gobierno defiende el proyecto de ley, y funcionarios afirman que no afectará a los agricultores que podrán almacenar, intercambiar y compartir semillas.
"La ley brindará incentivos en forma de regalías para que las instituciones de investigación del sector público y científicos especializados en la agricultura desarrollen nuevas semillas de calidad", dijo Akhlaque Ahmed, jefe del Departamento de Certificación de Semillas.
Las instituciones de investigación del sector público introducen más de 90 por ciento de las nuevas variedades de plantas en el país, y el resto son desarrolladas por los propios agricultores.
"La ley debería asegurar que se protegieran los intereses de los agricultores y no los de las transnacionales" dijo Mushtaq Gadi, que trabaja para la organización no gubernamental Grupo de Acción para la Agricultura Sustentable.
"De manera ideal, el gobierno debería interpretar el sistema sui generis a la luz de la Convención sobre Diversidad Biológica que habla de los derechos de las comunidades locales sobre los recursos genéticos y la biodiversidad", dijo Gadi. (FIN/IPS/tra-en/mr/rdr/at/aq/if/99