La economía de Malasia puede haber mejorado tras un año de control de capitales, pero el gobierno podría cometer un error si aplica un polémico plan para fusionar en seis firmas a más de 80 por ciento de los bancos de este país.
El esquema, anunciado a fines de julio por el Banco Central, enojó a muchos banqueros y desorientó a los analistas, que tratan de entender las razones ocultas de las fusiones forzosas.
Cada una de las seis firmas tendrá facilidades bancarias comerciales, mercantiles y financieras. A los bancos se les dio un plazo hasta fin de mes para firmar memorandos de intención para las fusiones, si bien el Banco Central señaló que los acuerdos preliminares deberán comenzar a suscribirse esta semana.
Las fusiones, según el gobierno, permitirán bancos mejor capacitados para competir en un ambiente de liberalización económica, dado que los mercados financieros serán liberados en el 2003.
El plan reorganizará la administración del sistema bancario del país, en respuesta a las críticas de que Malasia no aplicó una auténtica reforma desde que estalló la crisis económica en Asia a mediados de 1997.
El ministro de Finanzas, Daim Zainuddin, declaró que los bancos necesitan fortalecerse porque el gobierno ya no puede rescatarlos. "No podemos permitirnos salvar bancos cada 10 años. Por eso las fusiones son inevitables", expresó.
"La crisis dejó en descubierto la vulnerabilidad de un sistema bancario fragmentado", señalaron funcionarios del Banco Negara. "Es importante que la actual ventana de estabilidad sea usada para lograr la consolidación decisiva del sistema", agregaron.
Desde mediados de 1998, el gobierno gastó casi 16.000 millones de dólares para cancelar los préstamos incobrables de bancos y de entidades financieras. Malasia cuenta con 21 bancos comerciales, 12 mercantiles y 25 firmas financieras.
Sin embargo, los detractores del plan sostienen que si bien hay consenso de que el país tiene demasiados bancos en relación a sus 22 millones de habitantes, diversos factores hacen que el esquema gubernamental de fusiones sea riesgoso.
Pocos banqueros están dispuestos a criticar abiertamente el plan, pero se preguntan cuál es el apuro oficial para realizar algo que normalmente es tarea del sector privado en consulta con los accionistas.
Los adversarios de la iniciativa también encuentran otros motivos, incluso políticos, como quitar del medio a aliados del destituido y procesado ex viceprimer ministro Anway Ibrahim de posiciones financieras claves.
El plan afectaría a bancos pertenecientes a esos aliados, y debilitaría el peso económico de instituciones de crédito manejadas por la comunidad de origen chino.
El líder opositor Lim Kit Siang pidió la formación de una comisión independiente para asegurar que no haya irregularidades en las fusiones.
"Incluso si las dudas sobre las fusiones no son ciertas, el gobierno sólo debe culparse a sí mismo por los rumores, porque condujo el proceso de decisión a puertas cerradas", comentó un editorial del diario Asian Wall Street Journal.
Las críticas en Internet, la red mundial de computadoras, son más directas. Allí se afirmó que el gobierno pretende concentrar el negocio bancario y ser su único propietario.
"Además, el propósito y la rapidez del plan revela una auténtica desesperación por apoderarse del control del sistema y, por supuesto, conseguir las reservas de capital de los bancos fusionados", se indicó en la Free Malaysia Website.
El gobierno pretende formar seis grandes grupos bancarios, dirigidos seis grandes bancos del país.
Otras entidades se unirán a los grupos, y quién se fusiona con quién lo decidió el Banco Central. El economista Subramaniam Pillay dijo que "es como tener matrimonios arreglados pero sin que los novios en perspectiva hayan sido presentados unos a otros con antelación".
Los que más tienen que perder son los bancos pequeños y medianos, en su mayoría pertenecientes a la población china. Su posición financiera es más saludable que aquella de los bancos políticos, señalaron algunos críticos.
Ocho de los 21 grupos de bancos comerciales malasios son controlados por la comunidad china, y muchos banqueros pronostican que probablemente se amalgamen en dos.
En lugar de ayudar a los bancos locales para que afronten la competencia extranjera, el plan de fusiones beneficiará seguramente a bancos extranjeros en Malasia, como el Citybank, Hong Kong Bank, y Stanchard, explicó Pillay.
"Los bancos extranjeros tenderán a beneficiarse porque los bancos locales tendrán un enfoque introspectivo durante el proceso de fusión", apuntó.
"Como las fusiones son forzadas, no se harán sin problemas porque se producirán choques entre culturas gerenciales, como demostraron las experiencias en otros países donde hubo esas expropiaciones hostiles", añadió.
Gran parte del personal de los bancos y filiales que serán absorbidos probablemente esté desmoralizada, acotó. El sector financiero emplea alrededor de 97.000 personas y, previsiblemente, cerca de 20.000 quedarán sin empleo por las fusiones.
Las fusiones bancarias se convertirán también en un importante tema electoral. Los cuatro principales partidos de oposición difundieron una declaración conjunta diciendo que desistirán del esquema si ganan las próximas elecciones generales en agosto.
Los partidos opositores dijeron ser favorables a "incentivos basados en el mercado en lugar de órdenes rígidas y predeterminadas, para inducir a los bancos a servir lo mejor que puedan a los intereses nacionales".
"En vez de seis bancos similares, que seguirían siendo diminutos a nivel internacional, apoyamos un sistema bancario de varios niveles en el cual las entidades de diferentes dimensiones puedan coexistir y complementarse unas con otras", dijeron los partidos en su declaración conjunta.
Un proceso voluntario "sería la mejor manera de asegurar que los intereses de todos los accionistas sean protegidos adecuadamente", agregaron.
Actualmente, el plan pasa por encima de los intereses de propietarios y administradores de la mayoría de los bancos, sin mencionar a los accionistas minoritarios, clientes, usuarios y empleados, indicó la declaración.
"Es una combinación de avidez e insensibilidad", comentó un analista económico en Kuala Lumpur.
Incluso los banqueros que concuerdan con las razones que están detrás del deseo del gobierno de tener bancos más grandes y poderosos, señalaron que la forma en que se realizan las fusiones es tan importante como la consolidación misma de esas entidades.
No obstante, el gobierno tiene otros planes. En agosto, el viceministro de Finanzas, Mustapa Mohamad, declaró que el país contempla la posibilidad de que las 65 firmas de operadores bursátiles se conviertan en una sola. (FIN/IPS/tra-en/an/js/ego/aq/if/99