Una oleada de protestas sociales y críticas afecta la popularidad del presidente de El Salvador, Francisco Flores, apenas 15 semanas después de que asumiera el gobierno.
Una huelga de trabajadores de la salud paralizó el lunes el servicio de consulta externa de seis hospitales, para demandar, entre otras cosas, que el gobierno se comprometiera a no privatizar los servicios.
Herbert Guevara, secretario general de la Asociación de Trabajadores del Ministerio de Salud, dijo que su organización aumentará las protestas si no logra un compromiso de las autoridades.
Maestros afiliados a la Asociación Nacional de Educadores Salvadoreños llevan ya cinco días de huelga para pedir un aumento salarial de 40 por ciento que debió haberse efectuado en marzo, según un acuerdo con el gobierno del anterior presidente Armando Calderón Sol.
Calderón Sol pertenece, al igual que Flores, a la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena).
Los educadores afirman que el gobierno pretende privatizar la educación primaria y secundaria.
La ministra de Educación, Jacir de Lovo, aseguró que el Estado no tiene recursos para pagar el incremento salarial, y que no está considerando la posibilidad de privatizar la educación pública.
"Nos hemos comprometido públicamente, no estamos privatizando la educación", dijo la funcionaria la semana pasada, cuando comenzó la huelga de maestros.
Miles de ex paramilitares que colaboraron con el ejército en la guerra civil (1980-1992) amenazan, por su parte, con realizar violentas protestas si el gobierno no les otorga indemnizaciones y pensiones.
Flores ha declarado que no hay fondos para satisfacer esa demanda y que no cederá ante las presiones.
Los ex paramilitares denunciaron hace dos semanas que el anterior gobierno de la Arena les había entregado cerca de un millón de dólares, desviando ayuda internacional para los damnificados por el huracán Mitch, que azotó Centroamérica en octubre de 1998.
Luis Alonso Molina, dirigente de la Asociación de Productores Agropecuarios (Aproas), que agrupa a los ex paramilitares, dijo que el dinero les fue entregado (junto a camisetas con publicidad de la Arena) un mes antes de las últimas elecciones, para que aplacaran sus protestas y votaran por Flores.
Alfredo Cruz, otro dirigente de Aproas, aseguró que el dinero se distribuyó entre 5.000 ex paramilitares a pesar de que no habían sido afectados por el huracán.
En medio de esos conflictos, los críticos de Flores lo acusan de no tener claro qué hacer, de no gobernar y de no escuchar el clamor de la población.
Una encuesta realizada por la jesuita Universidad Centroamericana José Simeón Cañas mostró la semana pasada un importante descenso de la popularidad del presidente entre los consultados.
Flores intentó defender su gestión y mejorar su imagen el viernes, refiriéndose a varios problemas que antes no había querido abordar.
El mandatario aseguró que la entrega de dinero a Aproas se debió a que los ex paramilitares alegaron que el huracán los había afectado en su tarea como agricultores, y que 5.000 personas de una lista de aspirantes presentada fueron consideradas merecedoras de ayuda.
Flores instó a los maestros a dialogar con el Ministerio de Educación en busca de un entendimiento, pero los huelguistas demandan que el mandatario participe directamente en las negociaciones o que nombre una comisión negociadora.
Los conflictos laborales fueron aprovechados por el principal adversario político de Arena, el ex guerrillero Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, para señalar que Flores no ha planteado soluciones a los graves problemas de pobreza, desempleo y violencia que afectan al país.
Rubén Zamora, del opositor partido Centro Democrático Unido, afrimó a su vez que el gobierno no sabe qué hacer porque asume un "mal diagnóstico de la realidad, y presenta una pésima comunicación y resultados pobres".
El presidente pretende enfrentar el problema de la mala comunicación con un discurso semanal por radio y televisión para explicar sus medidas de gobierno.
El vicepresidente, Carlos Quintanilla, respondió a las criticas asegurando que el gobierno trata de reactivar la agricultura y la construcción, apoya a la micro y pequeña empresa y busca impulsar las inversiones nacionales y extranjeras.
"En cuestiones como la inseguridad y la pobreza difícilmente se puede ver el éxito de un día para otro, pero al final de un período puede verse que los índices han disminuido", afirmó. (FIN/IPS/mso/mp/ip lb/99)