El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, pidió hoy el compromiso de todos los países que integran la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra las violaciones masivas de los derechos humanos.
"Cuando los crímenes son tan graves que amenazan a la humanidad, toda ella debe ocuparse de que se acaben", sostuvo Clinton ante la 54 plenario anual de la Asamblea General de la ONU, principal foro mundial que integra a 188 países.
Sin embargo, advirtió que Estados Unidos "no puede hacer todo, en todos lados", y sostuvo que su país debe a veces limitarse a apoyar las gestiones de otros países o las operaciones de la ONU para mantener la paz.
Clinton manifestó su completa adhesión a la propuesta de organizar un programa de acciones conjuntas contra las violaciones masivas de derechos humanos planteada el lunes por el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
El presidente estadounidense aplaudió a Annan por su afirmación de que los autores de "limpiezas étnicas y asesinatos en masa no encontrarán refugio en la ONU", declaró Clinton.
Clinton elogió las últimas gestiones pacificadoras, entre ellas la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Kosovo, el despliegue de tropas al mando de Australia en Timor Oriental y la intervención de la Organización de Estados de Africa Occidental en Sierra Leona.
Sin embargo, la respuesta de la comunidad internacional, que "no puede y no debe ser la misma" para todos los casos, abarca un amplio abanico de posibilidades que va desde la intervención militar hasta la presión económica y política, explicó Clinton.
"La manera en que intervenga la comunidad internacional dependerá de la capacidad de los países para actuar y de su percepción acerca de los intereses nacionales", puntualizó.
Clinton marcó sus diferencias con Annan en cuanto al apoyo a las intervenciones contra ciertas violaciones de derechos humanos, incluso cuando no hay consenso en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Annan advirtió el lunes que las acciones de la OTAN en Kosovo podían sentar "antecedentes peligrosos" para intervenciones futuras carentes de criterios claros en cuanto al compromiso internacional.
El bombardeo de 11 semanas que realizó la OTAN en Yugoslavia nunca fue autorizado por el Consejo de Seguridad porque China y Rusia, ambos países con escaños permanentes y poder de veto en el organismo, lo rechazaron.
"La incapacidad de la comunidad internacional en Kosovo para conciliar la legitimidad universal y la eficacia en la defensa de los derechos humanos puede interpretarse como una tragedia", se lamentó Annan.
Cualquier "medida coercitiva" que adopten los países "debería respetar la Carta de la ONU y esperar que el Consejo de Seguridad tome una decisión" al respecto, agregó el canciller de Rusia, Igor Ivanov, que instó a que el año próximo se inicie un diálogo sobre cómo y cuándo usar la fuerza.
"Los medios ilegítimos sólo pueden socavar los fines legítimos", advirtió Ivanov, en referencia a la denominación de "intervención humanitaria" aplicada para justificar las acciones de la OTAN en Kosovo.
Clinton, sin embargo, defendió los bombardeos de la OTAN en ese territorio y dijo que la alianza llegó a un "claro consenso" acerca de que "las atrocidades cometidas por las fuerzas serbias eran inaceptables" y de que se les debía poner fin.
"Si hubiéramos optado por no hacer nada ante esta brutalidad, creo que no habríamos fortalecido a la ONU, sino que habríamos desacreditado todo lo que representan", dijo Clinton.
El discurso del presidente fue una poco habitual defensa de la participación de Estados Unidos en esfuerzos para combatir crímenes contra la humanidad como la limpieza étnica, después de un período en el que Washington pareció desentenderse de muchos conflictos.
Luego de la muerte de 24 soldados estadounidenses en una fallida operación junto con tropas de la ONU en Somalia, Clinton fijó una serie de condiciones para la futura participación de su país en futuras fuerzas de paz del foro mundial.
Las tropas estadounidenses también se retiraron de áreas críticas como Haití y Bosnia-Herzegovina.
Sin embargo, esa posición cambió drásticamente este año, y Estados Unidos desempeñó el papel clave en los ataques de la OTAN a Yugoslavia.
Este mes, después de dudar dos semanas, durante las cuales varios miles de timorenses fueron asesinados, Clinton decidió apoyar a la fuerza autorizada por la ONU y liderada por Australia que llegó a Timor Oriental el lunes.
En general, el discurso del presidente a la Asamblea General reflejó su deseo de proyectar la participación de su país en esfuerzos globales, en un momento en que Washington debe a la ONU unos 1.600 millones de dólares, la mayoría destinados a misiones internacionales de mantenimiento de la paz.
Clinton reiteró que su gobierno quería trabajar con otros gobiernos para avanzar hacia distintos objetivos, desde la ratificación por todas las partes de un Tratado para la Prohibición Total de Pruebas Nucleares hasta la eliminación del trabajo infantil y la lucha para combatir el sida.
También admitió que Washington tiene "la responsabilidad de equipar a las Naciones Unidas con los recursos que necesita para ser eficaz" y prometió que haría lo que estuviera a su alcance "para tener éxito este año".
El Congreso legislativo estadounidense estudia un proyecto de ley que establece condiciones estrictas para que Washington pague a la ONU la mayor parte de la deuda.
Entre estas condiciones figura la reducción de los futuros compromisos anuales de ese país, que pasará de financiar 25 por ciento de su presupuesto a 20 por ciento.
La ONU podría no aceptar tales condiciones, según algunos funcionarios.
El dinero podría no llegar nunca a la ONU, ya que los republicanos en el Congreso amenazan con incluir en el proyecto restricciones al apoyo estadounidense a las agencias de población que defienden cambios en las leyes internacionales sobre el aborto.
Es probable que Clinton vete esas restricciones, de la misma manera en que vetó un proyecto similar de pago de deudas atrasadas anteriormente.
La secretaria de Estado estadounidense Madeleine Albright, ex embajadora en la ONU, declaró esta semana que el pago de las deudas debería resolverse en el corto plazo.
Funcionarios de la ONU advirtieron que a menos que se paguen unos 350 millones de dólares antes de fin de año, Estados Unidos podría perder su derecho a voto en la Asamblea General, de acuerdo con las reglas del foro mundial. (FIN/IPS/tra-en/fah/ceb-at/mj/hd ip/99