La principal organización mundial de consumidores declaró su decepción por los resultados de la aplicación de los acuerdos multilaterales de comercio, y anunció condiciones estrictas para apoyar una nueva ronda de negociaciones.
Consumers International, que representa a 247 instituciones de consumidores de 211 países, dijo que su respaldo a la convocatoria de la ronda depende de la introducción de "cambios cruciales" en la forma en que la Organización Mundial del Comercio (OMC) administra el proceso de liberalización.
Louise Sylvan, vicepresidenta de Consumers International, advirtió que no habrá ampliación de las negociaciones a otros temas a menos que se cumplan algunas promesas pendientes desde la concertación de los acuerdos de los últimos debates, en la denominada Ronda Uruguay.
Consumers International coincidió con los objetivos de la Ronda Uruguay porque entendía que los acuerdos podrían llevar beneficios substanciales a los consumidores, recordó Julian Edwards, director general de la institución.
"Pero los compromisos no han sido honrados, y esta vez decimos no, por lo menos hasta que los problemas hayan sido resueltos", insistió.
El movimiento de consumidores presentó esta semana en Ginebra el programa de la campaña que realizará con motivo de la Conferencia Ministerial de la OMC, que se celebrará en Seattle, Estados Unidos, del 30 de noviembre al 3 de diciembre.
En esa instancia se decidirá la probable negociación, que ya ha sido bautizada como "Ronda del Milenio".
Antes de comenzar cualquier negociación, "las debilidades del régimen existente deben ser revisadas y corregidas", dijo Consumers International, que atribuyó a la OMC la responsabilidad por algunas de esas deficiencias.
El objetivo expreso de la OMC era promover el consumo sustentable y elevar la calidad de vida en todo el mundo a través del fomento y la regulación del comercio en el mercado global, recordó la institución de los consumidores.
Sin embargo, la OMC ha ignorado algunos de esos compromisos y ha favorecido permanentemente los intereses de las empresas transnacionales, a menudo a costa de los consumidores de los países más pobres, dijo.
Consumers International llamó a la OMC a retomar sus metas originales "y a asegurar que se le otorga la misma importancia a los derechos de los consumidores que a los intereses empresariales".
Los conflictos que las transnacionales sostienen contra los gobiernos "socavan los derechos de los consumidores", sostuvo la declaración de la entidad.
Cuando las transnacionales tienen dificultades para exportar debido a las leyes de protección del consumidor de un país, amenazan con iniciar acciones a través de la OMC para intimidar a los gobiernos con la intención de que ignoren o reformen esas leyes, dijo.
El movimiento de consumidores responsabilizó a los países industrializados de una escasa implementación de los compromisos asumidos de liberalización comercial, lo que ocasiona una distribución desigual de los beneficios del régimen basado en la OMC.
En los últimos 20 años, el consumo por habitante de Africa disminuyó en 20 por ciento, ejemplificó la institución.
Pero además del perjuicio a los consumidores y del desequilibrio para los países pobres, Consumers reprocha a la OMC por la forma en que opera y por el tratamiento que otorga a los asuntos críticos de la sociedad.
Las cuestiones más preocupantes se relacionan con la transparencia y con la marcha del proceso e incluyen el acceso a la OMC de las organizaciones de la sociedad civil, dijo Sylvan, quien también es dirigente de la Asociación Australiana de Consumidores.
A diferencia de otras agencias intergubernamentales, la OMC no autoriza a las organizaciones no gubernamentales a observar sus procedimientos.
Los consumidores carecen de capacidad para efectuar aportes en el momento de la adopción de decisiones que afectan a la política de comercio internacional, lamentó la entidad.
Una de las cuestiones más críticas de la OMC se relaciona con el funcionamiento de su mecanismo de solución de diferendos, donde los gobiernos canjean mercancías, pero a veces también llegan al trueque de bienes como los derechos del consumidor o la protección de la salud, dijo Sylvan.
La vicepresidenta de Consumers objetó la forma en que los tribunales de la OMC y las partes litigantes, la Unión Europea y Estados Unidos, actuaron en la disputa por la exportación de carne bovina estadounidense criados con hormonas al mercado europeo.
La Unión Europea sostuvo que tenía el derecho de proteger a los consumidores con la adopción de medidas cauteralares, como la prohibición de importación de esas carnes con hormonas, cuando el dictamen científico aún no estaba seguro, recordó Sylvan.
El caso demuestra, afirmó, que en el mecanismo de solución de diferencias de la OMC, el comercio es más importante que el derecho de los consumidores a ser protegidos contra perjuicios potenciales.
Consumers demandó que la Conferencia de Seattle incluya un compromiso para asegurar que el sistema multilateral de comercio asuma los principios establecidos en la directrices de la Organización de las Naciones Unidas para la protección de los consumidores. (FIN/IPS/pc/mj/if dv/99