La capital de Guatemala se ahoga entre los problemas de congestionamiento vial y la creciente contaminación, y aunque los políticos prometen maravillas en un año electoral, la única solución parece ser el tranvía eléctrico.
Los candidatos al gobierno municipal de ciudad de Guatemala, en plena campaña para las elecciones del 7 de noviembre, prometen en cambio la construcción de un metro, pese a que el actual alcalde, Eduardo Castillo, descartó ese proyecto, por su alto costo.
Los usuarios del metro tendrían que pagar un dólar por viaje, según un estudio de 1995 citado por Castillo, reemplazante de Oscar Berger, que renunció a la Alcaldía para presentarse como candidato a la Presidencia por el gobernante Partido de Avanzada Nacional (PAN).
Pero el candidato del PAN al gobierno municipal, Fritz García- Gallont, a quien las encuestas atribuyen la mayor opción de triunfo, declaró al diario Prensa Libre que las obras del metro estarán adelantadas cuando se cumpla la primera mitad de su gobierno, si vence en los comicios.
El candidato de Unión Democrática, Cesar Barrientos, aseguró por su parte que "el metro se conducirá en la superficie y en carriles aéreos si fuera necesario".
La empresa Metroguat promueve un sistema de tranvía eléctrico sobre rieles, también conocido como metro ligero, que se habilitaría en varias fases, informó el arquitecto René Minera, realizador del proyecto.
Estudios preliminares señalan que el metro ligero llevaría a unas 500.000 personas por día y el costo del pasaje sería de unos 20 centavos de dólar, cuando el transporte colectivo actual cuesta alrededor de 15 centavos, señaló Minera.
Entre sus ventajas, Minera destacó que el tren eléctrico contribuye a disminuir la contaminación y sólo se necesitan cinco metros de la calle para que circulen simultáneamente dos unidades con dos o tres vagones.
Este medio de transporte, que tendría vagones articulados de plataforma baja guiado por un sistema central computarizado y estaría construido con estructuras ligeras de acero inoxidable, plástico y fibra de vidrio, alcanzaría una velocidad de 60 kilómetros por hora en algunos tramos.
El proyecto no se ha llevado a cabo, según Minera, porque necesita autorización municipal o gubernamental y los inversionistas privados extranjeros no tienen seguridad de contar con un marco jurídico y reglamentario permanente.
En la ciudad de Guatemala, de más de dos millones de habitantes, circulan diariamente casi 400.000 vehículos y más de un millón de personas se trasladan en un deficiente servicio de transporte colectivo.
"A mi me cuesta mucho mantener mi carrito (automóvil), pero no me queda otra, porque el transporte público es malo y muy peligroso", dijo a IPS Sonia Guzmán, una joven de 22 años que estudia administración de empresas por la noche en una universidad privada.
Eduardo Velázquez, analista del Centro de Estudios Urbanos, asegura que, según informes multisectoriales, se necesita un cambio en el sistema de transporte colectivo en el área metropolitana, y el metro parece el más viable.
Velázquez agregó que la ciudad está llegando a sus límites y que la opción de un transporte público eficiente no son los autobuses, ya que se debe contemplar un sistema que no contamine. (FIN/IPS/cz/ag/tr/99