El gobierno de Indonesia rechazó formalmente las propuestas de enviar una fuerza multinacional de mantenimiento de la paz a Timor Oriental, y afirmó que esa iniciativa es "inviable".
El ministro de Justicia, Muladi, declaró que Indonesia "mantiene el rechazo a la presencia de fuerzas internacionales de seguridad" en Timor Oriental, donde milicianos proindonesios persiguen y asesinan a partidarios de la independencia.
Esto ocurre desde el sábado 4, cuando se anunció un resultado ampliamente favorable a la independencia en el plebiscito de autodeterminación realizado en Timor Oriental el 30 de agosto.
La opción que resultó derrotada era mantener el territorio, con autonomía, bajo control de Yakarta, que ocupó Timor Oriental tras el cese de la dominación protuguesa, en 1975.
El canciller indonesio Ali Alatas afirmó el martes que no tiene sentido discutir ahora el ingreso a Timor Oriental de fuerzas de mantenimiento de la paz, ya que esa iniciativa no será viable durante algún tiempo, "salvo que se pretenda entrar por la fuerza. Que Dios no lo permita".
Maladi y Alatas habían recordado previamente que la administración y la responsabilidad por el orden público en Timor Oriental corresponden a Indonesia hasta que se cumpla la tercera fase prevista en el acuerdo del 5 de mayo entre Indonesia, Portugal y la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La primera fase se cumplió con el plebiscito del 30 de agosto. La segunda estará a cargo de la Asamblea del Pueblo de Timor Oriental, que en noviembre debe ratificar el pronunciamiento por la independencia.
La tercera fase prevista es un período de transición bajo supervisión de la ONU, hasta la instalación del nuevo gobierno.
Yakarta afirma que el ingreso de fuerzas extranjeras a Timor Oriental antes de que se cumpla totalmente ese plan sería una violación de su soberanía, y sugeriría que Indonesia no es capaz de controlar un territorio que aún está dentro de su jurisdicción.
Cinco representantes de la ONU encabezados por el embajador Martin Andjaba, de Namibia, realizaron varias reuniones en Yakarta con funcionarios indonesios, incluyendo a Maladi y Alatas, y pronto regresarán a Nueva York para informar al secretario general del foro mundial, Kofi Annan.
Los integrantes de la delegación solicitaron el miércoles a Alatas que el gobierno indonesio adoptara medidas para "restaurar la ley y el orden" en Timor Oriental, donde se impuso la ley marcial el martes, y antes de abandonar el país se reunirán con el presidente, Bacharuddin Jusuf Habibie.
El general indonesio Sudjarat declaró que el plazo de 48 horas fijado por la ONU para el restablecimiento de la seguridad en Timor Oriental "no es realista". "No podemos aceptar este tipo de cosas", añadió.
Las gestiones para el envío a Timor Oriental de una fuerza multinacional de intervención están encabezadas por Australia, el único país que había reconocido la anexión del territorio a Indonesia, decretada en 1976 y no aceptada por la ONU.
Australia deseaba que el ingreso de esa fuerza fuera aprobado por la ONU y autorizado por Indonesia, y se presumía que el liderazgo del contingente correspondería a oficiales australianos.
El general Wiranto, jefe de las Fuerzas Armadas indonesias, advirtió a Australia que no debe provocar a su país con el envío de buques de guerra y tropas de mantenimiento de la paz a Timor Oriental.
"Aconsejo que ningún país extranjero se involucre en juegos peligrosos en este caso, que es una cuestión de dignidad nacional (para Indonesia)", declaró Wiranto a los periodistas.
La secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright, aseguró este miércoles que Indonesia "sufrirá" de varias maneras si no pone fin al caos provocado en Timor Oriental por las milicias que pretenden impedir la independencia de ese territorio.
Albright participó en la ciudad de Auckland, el jueves y el viernes, de la reunión de cancilleres del foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC), instancia previa a la cumbre de jefes de Estado y de gobierno del mismo bloque, que se realiza este domingo y el lunes.
Los debates de APEC, referidos normalmente a asuntos comerciales y económicos, se concentrarán esta vez en la situación de Timor Oriental, y el presidente de Indonesia decidió no asistir a la cumbre.
Yakarta sostiene que puede controlar la situación en Timor Oriental, a pesar de los constantes informes sobre incendios intencionales, saqueos y asesinatos cometidos por las milicias contrarias a la independencia y por los propios miembros del ejército indonesio. (FIN/IPS/tra-en/js- bb-ky/js/mp/ip/99