El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) condenó la matanza indiscriminada de civiles en Timor Oriental y los ataques contra mujeres y niños, además de reclamar justicia para estos crímenes.
"La violencia en Timor Oriental ejemplifica la total falta de consideración por los derechos humanos que caracteriza a los conflictos de todo el mundo", declaró el martes la directora ejecutiva de Unicef, Carol Bellamy.
En pocos meses, señaló, "pasamos del horror de las mutilaciones en Sierra Leona a la práctica increíble de la decapitación en Timor Oriental".
"Unicef condena de la forma más enérgica posible tal ataque a la decencia y a los derechos humanos", expresó.
La naturaleza de la guerra a fines del siglo XX es mucho peor que al principio, destacó la funcionaria. "Ha sido un deslizamiento de 100 años hacia la barbarie", dijo.
La violencia en Timor Oriental se agravó inmediatamente después del plebiscito del 30 de agosto en que 78,5 por ciento de los votantes prefirieron la independencia a la integración a Indonesia, que administra la antigua colonia portuguesa luego que la invadió, en 1975.
Los ataques indiscriminados a la población civil, en particular a mujeres y niños, constituye "una respuesta infame a la libre elección de la independencia".
Unicef está sumamente preocupado por la falta de refugios para miles de niños y mujeres forzados a huir de sitios de protección internacional como iglesias, escuelas, hospitales y sedes de agencias humanitarias.
El Comité Internacional de la Cruz Roja, cuyos trabajadores en Timor Oriental también fueron blanco de ataques, declaró que no existen refugios en el territorio.
Sadako Ogata, titular del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, denunció que las organizaciones humanitarias en Timor Oriental no sólo fueron objeto de ataques, sino también de saqueos.
Unicef se manifestó "especialmente alarmado" por la falta de acceso de los civiles que huyeron a las montañas o a otras partes a los alimentos, al agua potable, a instalaciones sanitarias y a cualquier tipo de protección.
En la misma situación están muchos otros timorenses que se refugiaron en la sitiada sede de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Timor Oriental.
Este miércoles se preveía que la mayor parte de las agencias humanitarias se retirarían del territorio si la situación de seguridad no mejoraba en un plazo de 48 horas.
La actual situación se agrava por el hecho de que la mayor parte del personal humanitario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), incluido el de Unicef, se vio obligado a evacuar el territorio, explicó Bellamy.
Así mismo, advirtió que los responsables por la violencia contra los civiles y contra personal y sedes humanitarias enfrentarán algún día a la justicia de acuerdo con el derecho internacional.
El ataque a trabajadores de la ONU y de agencias humanitarias, destacó, constituye una violación directa a las normas internacionales.
"Este tipo de crímenes destaca la necesidad del pleno funcionamiento de mecanismos como el Tribunal Penal Internacional para acabar con la impunidad", añadió Bellamy.
Hubo varios planteamientos sobre la necesidad de llevar ante la justicia a los responsables de los ataques y matanzas, informó Fred Eckhard, portavoz de la ONU.
Como el Tribunal Penal Internacional todavía está en fase de formación, los crímenes de Timor Oriental deberían llevarse ante tribunales de guerra ad hoic como los que investigan las atrocidades perpetradas en Ruanda y la antigua Yugoslavia, explicó.
Bellamy urgió al gobierno de Indonesia a adoptar "medidas urgentes" para proteger eficazmente a los niños y mujeres y a garantizar el pleno respeto de las normas humanitarias y la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de la Infancia, de la cual Yakarta es signataria.
"De la misma manera, debe protegerse al personal humanitario y de la ONU todavía presente en el territorio", exhortó. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/mlm/hd/99